El trabajo y la conciencia en las concepciones económicas del Che.
Autor:
MSc. David Aguilera Leyva
davidal@hlg.rimed.cu
Resumen
Aborda la necesaria reflexión del pensamiento del Che
para enfrentar la construcción del socialismo en
su carácter creador y transformador, en la que se sitúa al hombre en el centro
de todos los cambios. Señala que para él resultaba importante el nuevo
significado que tendrían el trabajo y la conciencia en la nueva sociedad, así
como su estrecha vinculación con los resultados productivos a alcanzar.
Enfatiza en la estrecha relación entre
trabajo y conciencia, y entre conciencia y producción, cuestiones a las que él
les prestó la máxima atención. Subraya el valor práctico que le atribuye al
trabajo en su relación con la conciencia y la producción. Expresa que él captó la idea de que para construir el
socialismo no se debía apelar a los mecanismos de estimulación material
directos para incentivar a los productores, sino en formar una conciencia en
ellos de la necesidad del deber social por encima de cualquier interés personal
de grupos, y que esta idea guarda estrecha relación con su concepción del
trabajo voluntario, considerado como el más importante instrumento en la
formación de una nueva conciencia comunista.
Palabras claves: Pensamiento de Ernesto Che Guevara,
construcción del socialismo, relación entre trabajo y conciencia, relación
entre conciencia y producción, concepción del trabajo voluntario.
Summary
It approaches the
necessary reflection of the thought of the Che to face the construction of the
socialism in their creative character and transformer, in which is located the
man in the center of all the changes. It points out that for him it was
important the new meaning that you/they would have the work and the conscience
in the new society, as well as their narrow linking with the productive results
to reach. It emphasizes in the narrow relationship among work and it makes
aware, and between conscience and production, questions to those that he lent
them the maximum attention. He/she underlines the practical value that
attributes to the work in their relationship with the conscience and the
production. Expressed that he captured the idea that to build the socialism you
should not appeal to the direct mechanisms of material stimulation to motivate
to the producers, but in forming a conscience in them of the necessity of the
social duty above any personal interest of groups, and that this idea keeps it
narrows relationship with its conception of the voluntary work, considered as
the most important instrument in the formation of a new communist
conscience.
Key words: Thought
of Ernesto Che Guevara, construction of the socialism, relationship among work
and it makes aware, relationship among conscience and production, conception of
the voluntary work.
Al enfrentar los retos actuales del proceso de construcción del socialismo, nuestra sociedad se ve obligada a reflexionar sobre los postulados teóricos en que se sustenta este tipo de proyecto social revolucionario. Para muchas personas en el mundo, la caída estrepitosa del Muro de Berlín significó la Apocalipsis de todo el sistema teórico del socialismo, y, en consecuencia, la anunciada crisis del marxismo, lo cual significaría el entierro definitivo de dicha concepción.
Por todo ello, repensar al socialismo desde una
posición genuinamente marxista es ya, de por sí, un reto que debemos de asumir,
partiendo de antemano que este tipo de sociedad nueva fue apreciada desde los
clásicos como la más radical alternativa al capitalismo. No hubo en ellos una
receta preconcebida de sociedad, ni de caminos para llegar a ella; esta sería
el resultado de la acción revolucionaria y creadora de los hombres y de las
mujeres en contextos históricos concretos.
Es entonces oportuno recurrir a un pensamiento como el del Che para meditar acerca de cómo debe ser enfrentada la construcción del socialismo, pues nadie como él supo apreciar con tanta claridad el carácter creador y transformador de dicho proceso, situando al hombre en el centro de todos los cambios.
Para el Che, resultaba de primera importancia el papel y el nuevo significado que tendrían el trabajo y la conciencia en la nueva sociedad en construcción, así como su estrecha vinculación con los resultados productivos a alcanzar.
Esa relación íntima y estrecha entre trabajo y
conciencia, y entre conciencia y producción, fueron cuestiones a las que el Che les prestó máxima atención. Así se expresó en una
de sus conferencias “... siempre insistimos en este doble aspecto del avance
de la construcción del socialismo. No es sólo trabajo la construcción del
socialismo, no es sólo conciencia la construcción del socialismo, es trabajo y
conciencia, desarrollo de la producción, desarrollo de los bienes materiales
mediante el trabajo y desarrollo de la conciencia.” (1)
¿Y cuál es el valor práctico que Guevara le atribuye
al trabajo en su relación con la conciencia y la producción?. Él mismo se
responde:
”…porque la
construcción del socialismo está basada en los frutos del trabajo, en la mayor
producción, en la mayor productividad. En balde sería que profundizáramos al
máximo nuestra conciencia, si no pudiéramos aumentar la producción, si no
tuviéramos bienes que repartir al pueblo…El trabajo contribuye con sus frutos a
dar la producción y, además, el trabajo ejercido día a día con entusiasmo
creador, desarrolla en todos nosotros la conciencia del socialismo;
productividad, más producción, conciencia, esa es la síntesis sobre la que se
pude formar la sociedad nueva”. (2)
¿Se puede entonces sostener la tesis de que en el Che
hay una visión subjetivista de la construcción del socialismo? No, pues él
parte del reconocimiento de la actividad económica de los hombres mediante el trabajo y de la impetuosa necesidad de
elevar la producción de bienes para el pueblo. Advierte sobre un aspecto que es
olvidado en otros enfoques, de donde se parte de un determinismo absoluto de
los procesos económicos, y se somete al hombre a la búsqueda del bienestar
sobre la base del individualismo y el egoísmo.
En ese
sentido, el trabajo se convierte en el simple medio a través del cual el
productor satisface una parte de sus necesidades; en el caso de la sociedad
capitalista, el hombre no poseedor de medios de producción tiene que vender su
fuerza de trabajo como una mercancía más y recibirá como salario una parte del
trabajo realizado. Pero en el socialismo, sociedad donde el hombre es liberado
de la explotación asalariada y no es liberado del trabajo, este último debe de
adquirir otro significado y variar su contenido.
Es por eso que Guevara nos alerta sobre lo siguiente:
”…no nos olvidemos que todavía no hemos formado la sociedad nueva…, que las
masas obreras que hoy entran a la construcción del socialismo no son puras,
porque están constituidas por seres humanos que tienen en sí toda una serie de
malos hábitos heredados de otra época”. (3)
Se refiere al hombre no hecho, no acabado, expresado
en su obra, El socialismo y el hombre en Cuba, cuando reflexiona acerca
de las taras provenientes del capitalismo que se han ido sistematizando en la
conciencia de estos hombres. La labor de la sociedad en formación es por tanto
la de un largo y complejo proceso de educación, con un fuerte componente
ideológico dirigido a la necesidad de eliminar todos esos vicios, entre los que
se encuentran considerar al trabajo como un castigo o como un mal necesario
para vivir.
Pero el Che está consciente de la complejidad de
dicho proceso y nos advierte que ”ni el ejercicio del trabajo social, del
trabajo en comunidad, donde el trabajo de uno se funde en el de todos,
contribuye a dar esa nueva conciencia: la del hombre que siente el trabajo como
una necesidad moral, y no solamente como la necesidad material para llevar el
salario a sus hijos, a sus familiares”. (4)
Guevara llega a comprender que aún en la sociedad
socialista, con la persistencia de las relaciones monetarias mercantiles, el
dinero funciona a nivel social y todavía hay que medir el trabajo realizado por
dinero, ingresos mediante los cuales se realiza el consumo. Es por eso que él
apela al comportamiento ético del obrero en relación con el trabajo y plantea
que este debe transformar su contenido y convertirse ahora en el deber social
de cada obrero, que se traduce en el compromiso moral contraído para con la
sociedad y que se refleja en el cumplimiento de su norma de trabajo.
Crear esta nueva conciencia en el individuo es un
reto del proceso de construcción socialista, pero él insiste en que hay que
trabajar en esa dirección de manera sistemática, mediante un sistema educativo
de carácter masivo por un lado y mediante la selección cuidadosa de los
mecanismos económicos que se utilicen en la organización empresarial de tipo
socialista. ¿Y cómo se lograría apreciar el avance de la formación de una nueva
conciencia respecto al trabajo? Cuando se haya logrado hacer realidad lo
expresado por el Che en este sentido “…el trabajo debe ser una necesidad
moral nuestra, el trabajo debe ser algo al que vayamos cada mañana, cada tarde,
o cada noche, con entusiasmo renovado, con interés renovado.” (5)
Lograr inculcar en los sujetos sociales ese
entusiasmo renovado en el cumplimiento de la tarea diaria, sería una de las
exigencias éticas actuales que quedarían expresadas al mismo tiempo en ese
compromiso individual para con la sociedad y no concebir el trabajo como un
propósito individualista de beneficio personal. Cuando el Che clama por esta
nueva cualidad en la conciencia, no lo hace pensando en forma utópica, sino
comprendiendo, como lo pensó el Apóstol, que se podía tener fe en el
mejoramiento humano y en la virtud de las personas, porque ese comportamiento
que él reclamaba no distaba de su propio comportamiento personal, al entregarse
con entusiasmo a las tareas revolucionarias del momento.
Es así como él comprende que el factor subjetivo se
va convirtiendo en el protagonista principal de los cambios y logra apreciar
cómo la transformación a producirse en la conducta humana estaría relacionada
fundamentalmente en lograr esa nueva actitud frente al trabajo. ¿Y cuál sería
la medida de esa nueva actitud? La de considerar al trabajo como “deber
social”, esa categoría ética que el Che utiliza para designar el trabajo
liberado fuera de su condición de fuerza de trabajo mercantilizada en las
condiciones del capitalismo. ¿Y qué significa el trabajo considerado como deber
social para Guevara?. Él nos dice: ”la norma de trabajo mínima, la que debe
cumplir cada obrero día a día, ese es su deber social. No es lo que tiene que
hacer para ganar un salario, sino que es lo que tiene que hacer por el deber
ante la colectividad que le ofrecen mediante el salario la oportunidad de
vivir, de vestirse, de educar a sus hijos, de adquirir cultura y de realizarse
cada día más como individuo humano.” (6)
Así planteada, esta concepción es un valioso aporte a
la ética marxista, en el sentido de brindar una forma de actitud humana
liberada de los egoísmos y fines lucrativos con que es vista la acción del
hombre dentro del sistema capitalista; además, el aporte de esta visión está en
que no solo se asume el humanismo marxista y el comportamiento del hombre en
sí, sino que es capaz de apreciar cómo el hombre, a través del cumplimiento de
su tarea diaria, de su trabajo liberado, puede también liberarse de los
individualismos mezquinos de las sociedades explotadoras y la posibilidad de
ponerse al servicio de los intereses colectivos y supremos de la sociedad.
Es de esta manera que el Che logra captar la idea de
que para construir el socialismo no se debe apelar a los mecanismos de
estimulación material directos para incentivar a los productores,
sino formar una conciencia en estos de la necesidad del deber social por encima
de cualquier interés personal de grupos. Con el amor al trabajo, ahora en las nuevas condiciones, este dejaría de
ser esa actividad enajenante y oprobiosa que sí es en las sociedades
explotadoras, y se convertiría en esa actividad creadora y de compromiso de
tipo moral, a la que él aspiró.
Esta idea guarda estrecha relación con su concepción del trabajo voluntario, considerado como el más importante instrumento en la formación de una nueva conciencia comunista, porque es a través del mismo que, el ciudadano, sin trabajar por un salario o retribución alguna, es capaz de aportar algo extra a la sociedad como un simple hecho natural derivado de su deber social.
A partir de lo expresado se aprecia un significativo
aporte de cómo debe ser enfrentada la tarea de la construcción socialista,
desde una posición filosófica que privilegia a la acción humana y
transformadora de la sociedad. Guevara no apela al trabajo voluntario como
mecanismo para que se desarrolle más rápido la producción; ese no es el
principal objetivo, sino que este se convierta en una experiencia donde hombres
y mujeres trabajen por conciencia de estar creando una nueva sociedad, sin
esperar ninguna retribución material.
Sin dudas, estas reflexiones de Guevara acerca de la
relación entre el trabajo y la conciencia tienen que estar presentes en los
actuales debates sobre la construcción del socialismo, ahora cuando estamos
enfrascados en una serie de retos derivados de los traumáticos efectos del
llamado “período especial”, que han incidido negativamente en el seno de
la sociedad cubana.
Es precisamente el valor trabajo, uno de los
más dañados durante estos años, porque debido a las circunstancias, muchas personas
asumieron resolver sus necesidades acudiendo a las más diversas formas de
obtención de ingresos, ajenas a los frutos del trabajo creador, las que han
desvirtuado el verdadero contenido del trabajo en nuestra sociedad.
Ello ha
derivado en una lógica de pensamiento, impropia de las ideas socialistas, que
han despertado en los individuos comportamientos que anteponen la ostentación
de la riqueza material y los egoísmos personales, frente a la conciencia del
deber social y del trabajo como necesidad moral. Si en un momento determinado
había que formar a nuestra juventud en la conciencia del trabajo como única
fuente de riqueza, hoy se hace imprescindible reforzar este valor en la acción
práctica de la actividad laboral, unida a los valores del trabajo con fines
colectivos, al de la responsabilidad social, al de la honradez y al espíritu de
sacrificio por el bien social.
Es por eso que cuando el Che se refiere a la necesidad de formar al hombre nuevo, comprende que una de las cualidades más importante a tener presente, es la de forjar en los individuos una nueva actitud ante el trabajo; esa sería una manera efectiva de apreciar el nivel de conciencia que se va adquiriendo y al mismo tiempo se reafirma la tesis marxista y guevariana del carácter consciente del proceso de construcción del socialismo.
Entre las cualidades a desarrollar en las personas
está la de comprender que el socialismo es esa sociedad de sujetos sociales
libres, que han superado en lo fundamental las relaciones de explotación, y
donde se les ha puesto fin al enajenante proceso mediante el cual la fuerza de
trabajo de los obreros se convertía en una mercancía más. La libertad ahora
consiste en comprender que todo el trabajo social nos pertenece, al igual que
el resultado de todo lo producido; asimilar el precepto guevariano, de que se
ha comenzado a poner fin a la enajenación impuesta en la sociedad capitalista,
para dar paso a la creatividad y al entusiasmo humano, para convertir al
trabajo en esa necesidad imperiosa que nos permita construir la sociedad nueva.
Y es así como el Guerrillero Heroico logra comprender
que el fin último de la ambición revolucionaria es ver al hombre liberado de su
enajenación; pero para lograrlo, es justo reconocer lo complejo y
contradictorio del proceso de cambio, de cómo se puede lograr que los sujetos
sociales involucrados en las transformaciones piensen y actúen de forma
distinta a como lo hacen. Por eso se requiere del proceso educativo y formativo
a nivel de toda la sociedad que tanto él clamó, en la que se logre transformar
la conciencia de los individuos, pero incluyendo la formación en estos de la
convicción de legítimos dueños de los medios de producción y de los resultados
productivos obtenidos, y que ello
contribuya a una mayor motivación hacia el trabajo.
Adquiere una mayor significación en ese contexto la
compresión del papel que desempeñan los factores éticos y morales en la
construcción del nuevo proyecto social, pues no se trata sólo de superar las
contradicciones existentes en la vieja sociedad capitalista, desplazada por el
proceso revolucionario en marcha, sino de tener bien presente que, en la
concepción guevariana construir el socialismo es en primer lugar realizar una
revolución ética y moral en la que los valores humanos tienen una alta
dimensión.
Por eso resulta tan valioso tener en cuenta algunas
ideas sobre la teoría de los valores y el proceso de su formación, y vincularla
a las ideas del Che sobre el papel de los factores subjetivos y a su tesis
axiológica de que el socialismo, sin moral revolucionaria, no le interesa.
Si asumimos que los valores surgen de la actividad
trasformadora en la práctica social, la cual condiciona a su vez la posibilidad
de la evaluación de esa realidad, nos percatamos que en el proceso de creación
del socialismo, la actividad de trasformación debe de orientarse hacia la
incorporación de todos los sujetos sociales a la toma de conciencia de que cada
individuo es actor fundamental y decisivo de dicho proceso. Esto es, tomar
conciencia del deber ser; y, a partir de esto, actuar en consecuencia con los
cambios. Luego de interiorizar lo que este concepto significa, se es capaz
entonces de asimilar que una de las principales cualidades a formar en las
personas es la capacidad de sacrificio por el bien común de todos, por lo que
se puede entender que es este y no otro el verdadero significado humanista de
ese proyecto social que llamamos socialismo.
Es por eso que el Che apelaba a que se educa a la juventud cubana en la capacidad de perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica ante el trabajo, sin otra significación que no fuera el cumplimiento del deber. ¿Acaso hemos logrado formar a nuestros jóvenes en esta dirección? ¿Están nuestros jóvenes preparados para formarse convicciones, a partir del significado individual de lo que es la actitud heroica y creadora del trabajo?
En el marco de aquellos años, el Che respondió a estas interrogantes de la siguiente forma:
”Todavía no hemos sido capaces de
darle al trabajo su verdadero contenido, no hemos sido capaces de unir al trabajador
con la conciencia de la importancia que tiene el acto creativo que realiza día
a día… porque deben ir formándose nuevas generaciones que tengan el interés
máximo de trabajar y que sepan encontrar en el trabajo una fuente permanente y
constantemente cambiante de nuevas emociones, hacer del trabajo algo creador.”
(7)
Así el Guerrillero va comprendiendo la necesidad de
que se asuma el trabajo como un deber social nuestro, como el compromiso ético
y económico a la vez, y que esto sería una cualidad interna a incorporar en la
nueva subjetividad en formación. De esa forma los hombres y las mujeres
dejarían de pensar cada vez menos en su “yo” e irían reconstruyendo el
verdadero significado de “nosotros”.
Formar en esa nueva generación de jóvenes la conciencia
del trabajo como deber social, así como el espíritu creador y de sacrifico, es
un reto actual de los proyectos de construcción socialista y una tarea de
máxima prioridad, sin la cual sería imposible llegar a la sociedad nueva.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1 Guevara,
Ernesto. Escritos y discursos, p. 15-16.
2 -----.
Política e ideología, p. 143.
3 -----. -----., p. 143-144.
4 -----. -----., p. 144.
5 -----.
-----., p. 149.
6 -----. -----., p. 15.
7 -----. -----., p. 57-58.
GUEVARA DE LA SERNA, ERNESTO. Escritos y discursos. Ciudad de La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1977. Tomo V.
-----. Política e
ideología. Ciudad de La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1990.