La responsabilidad de la escuela, la familia y
la comunidad en la Educación Musical de
niños y jóvenes.
Autora:
Lic. Dulce Verdecia Almaguer
verdecia@hlg.rimed.cu
En nuestra mundo, a diferencia del
pasado, los avances científicos se realizan con gran rapidez, gracias a la
disminución del tiempo entre uno y otro descubrimiento y su utilización
práctica. El progreso técnico ha abarcado simultáneamente todas las esferas de
la vida social: la producción, el transporte, los medios de comunicación e
información, la vida militar y doméstica, y en el arte en todas sus
manifestaciones, y de manera especial, la música. Este trabajo tiene como objetivo argumentar
sobre la necesidad e importancia del trabajo mancomunado de la escuela, la
familia y la comunidad en la Educación Musical de las niñas, los niños y los
jóvenes, con el fin de formar en ellos el gusto estético y nuestra identidad
musical. Los métodos más utilizados fueron la observación, la encuesta y la
entrevista a educadores y personas especializadas de la provincia de
Holguín, así como el criterio de
estudiantes holguineros de la Enseñanza Primaria.
In our world,
contrary to the past, the scientific advances are carried with great speed,
thanks to the decrease of the time between one and another discovery and their
practical use. The technical progress this it has embraced all the spheres of
the social life simultaneously: the production, the transport, the media and
information, the military life and domestic, the art and in a special in the music.
This work has as objective to argue on the necessity and importance of the
joint work of the school, the family and the community in the Musical Education
of the children and youths, with the purpose of forming in them, the aesthetic
pleasure and our musical identity. The
used methods were the observation, the survey and the interview to educators
and specialized people as well as the criteria of students of the county
Holguín of the Primary Teaching.
Key words: Musical education, relationship
school-family-community.
En nuestra época, a diferencia del
pasado, los logros de la ciencia se ejecutan en la producción con una rapidez
mucho mayor, gracias a la disminución de la distancia entre los descubrimientos
científicos y su utilización práctica. Nadie puede hoy mantenerse ajeno al
progreso técnico porque este ha abarcado simultáneamente todas las esferas de
la vida social: la producción, el transporte, los medios de comunicación e
información, la vida militar y doméstica, y el arte.
Los avances tecnológicos se reflejan en todas las
manifestaciones del arte y de manera especial en la música, la
cual ha experimentado cambios sustanciales a partir de la introducción rápida y
sucesiva en el mercado mundial de los medios masivos de difusión, como la
radio, el cine sonoro y la televisión.
Otras innovaciones que se ponen en práctica
son: las grabaciones electrónicas, el disco de larga duración, el sonido
estéreo, el cuadro fónico, el video casete, el CD y el DVD, que han hecho posible la divulgación y promoción musical
a gran escala. La música del cine, la radio y la televisión es escuchada y
tarareada, ya sea buena o mala, por millones de voces en el mundo entero.
Los niños y los jóvenes de hoy se desarrollan
en un ambiente sobresaturado de mensajes sonoros, impregnados de diferentes
sonidos y ruidos. La música nos invade, la encontramos en todas partes: en la calle, en el parque, en el ómnibus, en el
cine, en la radio, en la televisión, etc.
En algunas ocasiones, y a nuestro pesar, se escucha
una música carente de valor artístico; puede que haya problemas en los aspectos
técnico-musicales, pero es el texto el más preocupante, porque algunas veces no
dice nada y en otras, se utiliza un lenguaje vulgar; o sea, que no es el modelo
adecuado, y, lejos de educar, esta música, va en contra de la formación de
valores estéticos y morales que promueve nuestra sociedad. Refiriéndose a esto,
Abel Prieto expresó: “El problema no es sólo la
música extranjera, sino la pésima música extranjera que se nos está colando
aquí, aunque también hay cosas cubanas que son pésimas, pero siento que hay un
retroceso en las preferencias musicales de nuestros jóvenes y un retroceso
respecto a la gran música cubana”. (1)
La psicología ha demostrado que es una
característica de las y los adolescentes identificarse con lo que está de moda;
ya sea en la forma de vestir, de hablar o de peinarse. De esta misma forma
ocurre con la música. Esta
tiene un papel importante en la vida del hombre y especialmente en la del
cubano, por ser alegre y amante de la música; de ahí la necesidad e importancia
de insistir en la Educación Musical desde las primeras edades.
La Educación Musical es un proceso mediante el cual se
educa a través de la música, y su principal objetivo es el desarrollo de conocimientos, habilidades y hábitos que le
permitan al individuo hacer una valoración musical y disfrutar de su entorno sonoro. En este sentido, le
corresponde a la escuela el papel protagónico.
El fin de la Educación Musical es
contribuir a la educación artística como parte de la cultura general integral
que se quiere lograr en cada ciudadana y ciudadano de nuestra sociedad. Esto
significa lograr la satisfacción social plena, expresada en la necesidad de
conocer y sentir la música, en el amor y el deseo de estar en contacto con
ella.
A partir del año 2000 y gracias a los avances tecnológicos, sin los cuales sería
imposible seguir adelante, se
introducen en la escuela cubana los medios audiovisuales de forma
masiva. Comienza así una nueva era para la educación.
A partir del curso 2002-2003, la Educación Musical
comienza a impartirse en forma de teleclases con una frecuencia quincenal,
alternando con el maestro. Por lo que es importante que este posea aptitudes y
conocimientos que le permitan formar hombres y
mujeres con una alta sensibilidad musical. Es un hecho que cuando la
música forma parte de la vida del ser humano, se puede lograr en este un estado
emocional satisfactorio, y una vida espiritual más plena y feliz.
Es cierto que se ha trabajado mucho, que se
observan algunos logros; sin embargo, la escuela debe seguir trabajando sin
descanso, ya que las deficiencias en la Educación Musical siguen
manifestándose.
En una investigación
realizada recientemente en el municipio de Holguín, se
comprobó que existen insuficiencias en la Educación Musical de
las niñas y los niños.
Los resultados obtenidos en las encuestas,
entrevistas individuales y grupales, y la observación en muchos casos,
demuestran que:
·
Las niñas y los niños
de hoy se desarrollan en un ambiente sobresaturado de mensajes sonoros que no
siempre favorecen la Educación Musical.
·
No son pocos los
ejemplos en los que se utiliza un lenguaje vulgar, y, lejos de ser el modelo adecuado,
va en contra de las normas de conducta que promueve la escuela cubana, en
defensa de nuestra lengua y nuestros más genuinos valores universales.
·
No siempre los medios
de difusión masivos realizan el mejor trabajo en aras de fortalecer el amor y el
conocimiento de la música cubana, como base para formar el gusto estético y la
identidad musical.
·
Los estudiantes no conocen los géneros de la
música cubana, incluyendo los de la localidad, así como sus principales
representantes.
·
Prefieren la música extranjera a la cubana,
sin importarles si es buena o mala, y gustan de canciones y bailes para
adultos.
Los
resultados obtenidos demuestran que existen carencias en la Educación Musical y
que se hace necesario la búsqueda
y aplicación inmediata de acciones eficaces que permitan divulgar, promover y
enseñar nuestra música. El descuido de la música nacional y local puede generar problemas que contribuyan a la pérdida de valores
identitarios, como el arraigo nacional y la identidad cultural, así como
afectar la formación del gusto estético en las niñas y los niños.
La música no está exenta de
la globalización neoliberal, sino todo lo contrario; es una de las
manifestaciones artísticas que más ha sido empleada por las potencias
económicas con el fin de socavar las identidades culturales de los países más
pobres y subdesarrollados.
Los educadores no deben aceptar una atmósfera sonora
negativa sin hacer nada. El maestro ha de tomar partido, asumir los retos que
le impone la nueva sociedad, y educar en valores y contenidos socialmente
aceptables y útiles. Pensemos en las amplias posibilidades que ofrecen nuestras
canciones, himnos y marchas. Obras como: ¡Cuba,
qué linda es Cuba!, de Eduardo Saborit, o
las gloriosas notas del Himno de
Bayamo son sólo algunos ejemplos
dignos de mencionar.
Un educador que realmente ame su profesión y a sus
educandos, no puede darse el lujo de dejar pasar de entre sus manos todo el
caudal educativo que ofrece el lenguaje musical. Refiriéndose
a esto, la gran musicóloga argentina Violeta Hemsy de Gaínza expresó: “La escuela y el maestro son los encargados de conservar y difundir el
patrimonio cultural de un pueblo.” (2)
Otros factores que atentan contra la buena Educación
Musical son la inadecuada educación familiar y comunitaria. La familia, como
célula básica de la sociedad, constituye un eslabón fundamental para calzar el
trabajo educativo que realiza la escuela; sin embargo, en el caso de la
Educación Musical no siempre ocurre así.
Son muchos los padres que “complacen” a sus hijos con
músicas de las llamadas mezclas, cuyos textos y ritmos en no pocos
ejemplos son vulgares, y en ninguno de los casos representan los verdaderos
valores de nuestra música, como es el caso de ¿Quién tiró la tiza?, o simplemente no dicen nada y sólo consiguen
fomentar el mal gusto musical de las niñas, los niños y los jóvenes. Se hace
necesario, por tanto, la capacitación a la familia. Sensibilizar y orientar a
los padres puede ayudar en la Educación Musical de nuestros estudiantes.
Por último, veamos la comunidad. Es el medio social
donde los niños crecen, se desarrollan y actúan. Esta desempeña un rol
importante en la educación de todo individuo. Desde los primeros años el Estado
Cubano ha proyectado un intenso trabajo comunitario con el fin de ayudar a la
formación plena de sus miembros.
Esta labor se ha intensificado en la última década,
pero aún así no siempre se puede encontrar en ella a los instructores de arte o
personas preparadas para desarrollar allí la cultura artística. Por lo que
muchas veces se escucha cualquier tipo de música, no importa si es buena o
mala; tampoco se tiene en cuenta la
altura e intensidad adecuadas.
El exceso de decibeles afecta el oído humano (a
partir de 50). Ya se han dado pasos de avance, pero en este aspecto hay que
seguir trabajando, educando; en primer lugar porque afecta la salud, y también
porque es una manifestación de mal gusto y reflejo de una incorrecta educación
musical. “El mal gusto es infeccioso
y mientras las ropas feas de las modas no hieren la salud de nadie, el mal
gusto en las artes es tan serio como una enfermedad mental”. (3)
La Educación Musical es un tema que aunque ha sido
tratado en diferentes ocasiones, mantiene plena vigencia, ya que no ha sido
resuelto, sino todo lo contrario. En los últimos tiempos se observa cierto
deterioro en el gusto y preferencias musicales. De ahí la importancia de
insistir en este. Todos debemos continuar trabajando, pero es la escuela la
institución rectora en esta tarea. No se debe imponer o prohibir, sino convencer
y sensibilizar. Se trata de propiciar el disfrute de una buena música, así como
el desarrollo humano hacia su espiritualidad.
Se hace necesario que los educandos conozcan la
música de sus respectivos pueblos, que la canten y la sientan, porque ello
forma parte de su identidad e historia, sin negar la buena música de otras
naciones, ya que nada sería más justo que tomar la cultura universal en
igualdad de principios, de tradiciones musicales; no establecer divergencias,
sino saber cómo y con qué medios puede resolverse el
problema de las interacciones culturales.
Es preciso enseñar a las nuevas generaciones que los
pueblos deben ayudarse, sin que esa ayuda se convierta en una agresión
cultural. Se trata de encontrar una lengua común para afirmar y preservar los
grandes valores culturales que los pueblos del mundo han creado y crearán para
el porvenir. Con esta premisa, la escuela cubana ha hecho grandes esfuerzos
para llevar la Educación Musical a todos los niveles de enseñanza: primaria,
media y superior.
Actualmente, la clase de Educación Musical se imparte
por la televisión. No se puede negar que
esta forma es mucho más emotiva y garantiza, a nuestro entender, mejor
calidad en el desarrollo de los contenidos; pero la labor del maestro es
fundamental en la continuidad y desarrollo de los conocimientos, habilidades y
hábitos musicales de los estudiantes.
En este sentido es importante aprovechar las
potencialidades que en estos momentos nos brindan las programaciones de los
canales educativos de la Televisión Cubana y la música de la localidad. Para
ello contamos con la ayuda de todos los agentes socializadores que tienen que
ver con la Educación Musical en nuestro país. La escuela la familia y la
comunidad tienen la inminente tarea de conducir el proceso de musicalización de
ese hombre nuevo que tanto necesitamos, el hombre sensible, revolucionario y
humanista del siglo XXI.
1. Prieto, Abel
(Ministro de Cultura Cubano). VI Congreso del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Cultura, celebrado en La Habana en diciembre de 2004 .
2. Ppedagoga
argentina de prestigio internacional, considerada como una de las máximas
figuras internacionales de la educación musical.
3. Kodály, Zoltán
(1882-1967). Compositor, recopilador de música folclórica y profesor húngaro.
BIBLIOGRAFÍA
HEMSY DE GAINZA, VIOLETA. La
iniciación musical del niño. Ciudad de La Habana, Ediciones Revolucionarias,
1989.
FRÓMETA LORES, MANUEL
Y OTROS. Para un análisis del CONCEPTO CULTURA. Guantánamo, Editorial El Mar y La
Montaña, 2002.
MARINKO. ABC de
conocimientos sociopolíticos. ¿Qué es la revolución científico-técnica?. Moscú,
Editorial Progreso, 1989.
SÁNCHEZ ORTEGA, PAULA. Algunas
consideraciones acerca de la Educación Musical en Cuba. Ciudad de La Habana,
Editorial Pueblo y Educación, 1992.