Apuntes sobre El socialismo y el hombre en Cuba, de Ernesto Che Guevara.

Autoras:

Lic. Elizabeth Aguilera Díaz

eli@hlg.rimed.cu

Lic. María Julia Tejeda Ferrera

 

Resumen

Sintetiza los aspectos más relevantes de la vida y obra de Ernesto Che Guevara. Analiza profunda y exhaustivamente el libro El socialismo y el hombre en Cuba, escrito por él. En las conclusiones destaca las ideas esenciales contenidas en el mismo y subraya la vigencia de su pensamiento en la actualidad. El trabajo de las autoras puede ser consultado por directivos y docentes de todas las educaciones para conocer el pensamiento de este autor acerca del socialismo y llevarlo a la práctica en su trabajo con los estudiantes, lo que puede hacerse a través de ejemplos, para lo cual deben realizarse las adecuaciones pertinentes en correspondencia con la edad, el nivel de escolaridad y los valores morales que sean necesarios acentuar en los mismos.

Palabras claves: Ernesto Che Guevara, socialismo, doctrina política, educación y formación de valores.

 

Summary

It synthesizes the most outstanding aspects in the life and work of Ernesto Che Guevara. It analyzes deep and thoroughly the book The socialism and the man in Cuba, written by him. In the conclusions it highlights the essential ideas contained in the same one and he/she underlines the validity of their thought at the present time. The work of the authors can be consulted by directive and educational of all the educations to know this author's thought about the socialism and to take it to the practice in its work with the students, what can be made through examples, for that which you/they should be carried out the pertinent adaptations in correspondence with the age, the escolaridad level and the moral values that are necessary to accentuate in the same ones.  

Key words: Ernesto Che Guevara, socialism, political doctrine, education and formation of values. 

 

Nacido en 1928 en Rosario, Argentina, Ernesto Guevara de la Serna hizo la carrera de Medicina. Viajó por toda América Latina. En Guatemala, en 1954, participó en la actividad política antimperialista durante el período del gobierno electo de Jacobo Arbenz. Después de que cayera el gobierno como resultado de un golpe organizado por la CIA, Guevara se vio forzado a abandonar Guatemala y viajó a Ciudad de México. Allí, a mediados de 1955, conoció a Fidel Castro Ruz y se unió a la expedición guerrillera que el líder revolucionario estaba organizando para derrocar al régimen de Fulgencio Batista. Sus compañeros le dieron el apodo de “Che”, que en Argentina es una forma popular de saludo.

Formó parte de la expedición que entre fines de noviembre y principios de diciembre de 1956 partió hacia Cuba a bordo del yate Granma para comenzar la lucha armada revolucionaria en las montañas de la Sierra Maestra. Tras desempeñarse inicialmente como el médico de las tropas, ya a mediados de 1957 era jefe de una columna del Ejército Rebelde y organizaba la educación marxista de sus cuadros.

Después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, se desempeñó como jefe del Departamento de Industria del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA); fue el presidente del Banco Nacional de Cuba en 1960, un año decisivo, cuando los bancos en manos de capitalistas nacionales y extranjeros fueron nacionalizados junto con casi todas las industrias; encabezó el Ministerio de la Industria cuando fue establecido en febrero de 1961. Representó a Cuba en muchos viajes en el exterior y ante Naciones Unidas, así como en numerosas conferencias internacionales.

Estaba dirigiendo una lucha guerrillera en Bolivia contra el régimen dictatorial en ese país, cuando fue asesinado por tropas entrenadas por Estados Unidos el 8 de octubre de 1967.

El Che inició el estudio del marxismo antes de cumplir los veinte años de edad, mucho antes de conocer a Fidel y a otros líderes del movimiento 26 de Julio. Comenzó a leer algunas de las obras principales de Carlos Marx (a quien se refiere afectuosamente como “San Carlos”) y de Federico Engels, los fundadores del movimiento obrero comunista moderno, y del dirigente comunista V. I. Lenin. En 1954, 1955 y 1956, se concentró en la economía política al realizar un estudio del Capital, de Marx. Más adelante, como parte de su labor revolucionaria en Cuba, intentó profundizar su conocimiento sobre los escritos y discursos de Lenin de los primeros años de la república obrera y campesina en la Rusia soviética y de los congresos de la Internacional Comunista. Frecuentemente regresó al Capital, La crítica  del Programa de Gotha, y a otras obras de Marx y Engels. (1)

Son numerosos los escritos y discursos del Che, algunos publicados; otros, inéditos. Acerca de El socialismo y el hombre en Cuba se tratará en el siguiente artículo, que analiza su pensamiento sobre esta doctrina política, con el objetivo de que pueda ser consultado por directivos y profesores de todas las educaciones,  cuyas ideas pueden ser llevadas a la práctica en el trabajo con los alumnos a través de ejemplos, los que deben ser adecuados según la edad, el nivel de escolaridad y los valores morales que sean necesarios fortalecer en ellos.

En esta obra el Che enfatiza en determinados términos y conceptos que se relacionan con su ideología política y económica, los que serán abordados en los párrafos siguientes.

Durante el proceso de lucha revolucionaria en Cuba, luego de ser amnistiados los sobrevivientes por el ataque al Cuartel Moncada, él considera que sólo existían gérmenes de socialismo y que el hombre* era un factor fundamental, puesto que en él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido. (2)

En la etapa de la lucha guerrillera, apunta que se desarrolla en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla,  motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. El individuo fue el factor fundamental, pues cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias tenía una historia de hechos notables en su haber. Sobre esta base lograba sus grados. (3)

Señala que esta fue la primera época heroica y enfatiza que en el trabajo de educación revolucionaria se vuelve a menudo sobre este tema aleccionador. “En la actitud de nuestros combatientes se vislumbraba al hombre del futuro”. (4)

En enero de 1959 triunfa la Revolución Cubana y aparece en ella, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa. Señala el Che, que este ente multifacético no es la suma de elementos de la misma categoría, que actúa como un manso rebaño, aunque sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel; pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas. La masa realiza con entusiasmo y disciplina las tareas que el gobierno fija, ya sean económicas, culturales, deportivas, o de otra índole. (5)

Advierte que el Estado se equivoca a veces y cuando esto se produce, es el instante de rectificar. (6)

Explica que lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la Revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes. Aclara que en la sociedad capitalista, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que habitualmente escapa al dominio de su comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor, que actúa en todos los aspectos de su vida, va modelando su camino y su destino. (7)

Define al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad: “creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las tareas del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas. El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación”. (8) 

En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países “civilizados” por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios.

Continúa su explicación y dice que al perseguir la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas legadas por el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.), se puede llegar a un callejón sin salida. Enfatiza en que para construir el comunismo, simultáneamente con la base material, hay que hacer al hombre nuevo; por lo que es tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas, que debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social. En momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela. (9)

En su explicación, el Che apunta que la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de divulgación del Partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.

Pero el individuo, bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca. (10)

Es entonces cuando el Che señala que en este período de construcción del socialismo se puede ver el hombre nuevo que va naciendo, cuya imagen no está todavía acabada y no podría estarlo nunca, ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Y no marchan solos hacia lejanos anhelos; siguen a su vanguardia, constituida por el Partido, los obreros de avanzada, los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunicación con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, la cual no es individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista. (11)

Hace hincapié en el hecho de alentar a las masas con el ejemplo. (12)

Explica que el grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa, pues esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Advierte sobre la necesidad de crear una serie de mecanismos: las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización, como el de un conjunto armónico de canales, escalones, aparatos bien aceitados que permitan esa marcha.

Aunque se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin prisa, el freno mayor que se ha tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal la separe de las masas y del individuo, que haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación.

Insiste en que el hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo, y su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor. Y logrará la total conciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación; lo que se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana, a través de la cultura y el arte. (13) 

Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social.

Señala que se hace todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría del deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.

Y aclara que aún hay aspectos coactivos en el trabajo, aun cuando sea voluntario, ya que el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos bajo la presión del medio, pues le falta lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos, esto será el comunismo.

Apunta que no se está frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en La crítica del Programa de Gotha, sino a una nueva fase no prevista por él: el primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo, el que transcurre en medio de violentas luchas de clases y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.

Y agrega que el escolasticismo ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, por lo que se debe convenir en que todavía se está en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance. La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica. (14)

El Che expresa que en el campo de las ideas  que conducen a actividades no productivas, es más fácil ver la división entre necesidad material y espiritual. Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Defiende su individualidad oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser único, cuya aspiración es permanecer inmaculado. Se trata sólo de un intento de fuga. La ley del valor no es ya un mero reflejo de las relaciones de producción.

Continúa su análisis, y dice que el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecen muchas veces de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó.

Agrega entonces que se busca la simplificación, lo que entiende todo el mundo. Se anula la auténtica investigación artística y se reduce el problema de la cultura general a una apropiación del presente socialista y del pasado muerto. Así nace el realismo socialista sobre las bases del arte del siglo pasado.

Pero el arte realista del siglo XIX, también es de clase, más puramente capitalista, quizás, que este arte decadente del siglo XX, donde se transparenta la angustia del hombre enajenado. El capitalismo en cultura ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en arte, su decadencia de hoy. Opina que no se puede oponer al realismo socialista “la libertad”, porque esta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva. Pero no se puede pretender condenar todas las formas del arte posteriores a la primera mitad del siglo XIX desde el trono pontificio del realismo a ultranza, pues se caería en un error proudhoniano de retorno al pasado, poniéndole camisa de fuerza a la expresión artística del hombre que nace y se construye hoy.

Considera que en Cuba el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí de otro signo contrario. Y ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas del siglo XIX, pero tampoco las del siglo XX decadente y morboso. Recalca que el hombre del siglo XXI es el que se debe crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada, y este es uno de los puntos fundamentales de su estudio y de su trabajo, y en la medida en que se logren éxitos concretos sobre una base teórica o, viceversa, se extraerán conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de la investigación concreta, lo que será un aporte valioso al marxismo-leninismo y a la causa de la humanidad. (15)

Señala el Che que en la sociedad cubana juegan un papel muy importante la juventud y el Partido,  y pone énfasis en la primera, por ser la arcilla con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores, a la que se le dedica una educación cada vez más compleja y se le integra al trabajo desde los primeros instantes.

En relación con el Partido, expresa que es una organización de vanguardia, con la aspiración de que este sea de masas, pero cuando ellas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados para el comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo.

Declara que el Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase, las lacras del pasado, el imperialismo. (16)

Explica el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo de las masas que hacen la historia. En Cuba, el individuo sabe que la época gloriosa que le toca vivir es de sacrificio y conoce este. Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de la libertad plena. (17)

Considera que, dentro del país, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia y que la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa.

El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor, tiene que tener esa cualidad; y que uno de los grandes dramas del dirigente es unir a un espíritu apasionado, una mente fría, y tomar decisiones dolorosas sin que se le contraiga un músculo.

Enfatiza en que los dirigentes de la revolución tienen que tener una gran dosis de humanidad, de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.

El revolucionario, profundiza él, es el motor ideológico de la revolución dentro de su Partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala local y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por el imperialismo.

Declara que los hijos de los dirigentes de la revolución deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y su familia debe comprenderlo y luchar por ello. La revolución se hace a través del hombre, pero este tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.

Señala que en esta marcha, Fidel va a la cabeza, después los mejores cuadros del Partido e inmediatamente el pueblo en su conjunto, sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común; individuos que han alcanzado la conciencia de lo que es necesario hacer; hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar al de la libertad.

Finaliza su análisis, al decir que los dirigentes deben pagar un precio por tener derecho a decir que se encuentran a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América, y que todos y cada uno paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio de la satisfacción del deber cumplido, de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte. (18)

El pensamiento del Che sobre el socialismo y el hombre en Cuba puede resumirse en las siguientes ideas:

ü      Sólo existían gérmenes de socialismo, luego de ser amnistiados los sobrevivientes por el ataque al Cuartel Moncada.

ü      En la etapa de la lucha guerrillera, esta se desarrolla en dos ambientes distintos: el pueblo, masa que había que movilizar, y la guerrilla, vanguardia, motor impulsor de la movilización. Dentro de esta, el individuo fue el factor fundamental.

ü      Con el triunfo de la Revolución Cubana aparece un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.

ü      Cuando el Estado se equivoca, es el instante de rectificar.

ü      Estrecha unidad dialéctica entre el individuo y la masa, y de esta con los dirigentes.

ü      En la sociedad capitalista, el hombre está dirigido por la ley del valor.

ü      En el individuo, la sociedad actúa con su educación de manera directa e indirecta, pero él también se somete a un proceso consciente de autoeducación.

ü      Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material, hay que hacer al hombre nuevo.

ü      El instrumento de movilización de las masas debe ser de índole moral fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social.

ü      La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gran escuela.

ü      En el período de construcción del socialismo se puede ver el hombre nuevo que va naciendo.

ü      La vanguardia de la sociedad está constituida por el Partido, los obreros de avanzada, los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas.

ü      La vanguardia tiene su vista puesta en el futuro y en su recompensa, que no es individual: la sociedad del hombre comunista.

ü      La vanguardia debe alentar a las masas con el ejemplo.

ü      La dictadura del proletariado se ejerce no sólo sobre la clase derrotada, sino también sobre la clase vencedora. Para su éxito total se necesitan las instituciones revolucionarias. Concepto de institucionalización como conjunto armónico de canales, escalones, aparatos bien aceitados que permitan la marcha de las multitudes hacia el futuro.

ü      Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero el freno mayor que se ha tenido ha sido el miedo a perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria, que es ver al hombre liberado de su enajenación.

ü      La cultura y el arte como reapropiación de la naturaleza del hombre, a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana.

ü      Para que el hombre se desarrolle en la primera, la  mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social.

ü      El trabajo, con la nueva categoría del deber social, unido al desarrollo de la técnica (da condiciones para una mayor libertad) y al trabajo voluntario, está basado en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana, cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.

ü      Cuando el hombre logre la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos, esto será el comunismo.

ü      Se está en el primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo, el que transcurre en medio de violentas luchas de clases y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.

ü      Es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales de este período, antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance. La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica.

ü      No se puede oponer al realismo socialista “la libertad”, porque esta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva.

ü      En Cuba no se ha dado el error del mecanicismo realista, pero sí de otro signo contrario, que ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo que es el del siglo XXI.

ü      Las posibilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores, cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión.

ü      Importancia de la juventud y el Partido en la sociedad cubana. La primera por ser la arcilla con que se puede construir al hombre nuevo; la segunda, por ser una organización de vanguardia, la cual es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio.

ü      Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de libertad plena.

ü      En Cuba, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia; su tarea es a la vez magnífica y angustiosa.

ü      El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor y debe unir a su espíritu apasionado, una mente fría; tomar decisiones dolorosas, sin que se le contraiga un solo músculo.

ü      Los dirigentes de la revolución tienen que tener una gran dosis de humanidad, de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Y luchar porque todos los días ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.

ü      El revolucionario es el motor ideológico de la revolución dentro de su Partido. Su afán de revolucionario tiene que ir más allá de lo local: el internacionalismo proletario.

ü      Los hijos de los dirigentes de la revolución deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; su familia debe comprenderlo y luchar por ello.

ü      En esta marcha, Fidel va a la cabeza, después los mejores cuadros del Partido e inmediatamente el pueblo en su conjunto, como sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común: salir del reino de la necesidad y entrar al de la libertad.

ü      Los dirigentes deben pagar un precio por tener derecho a decir que se encuentran a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América, y que todos y cada uno paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio de la satisfacción del deber cumplido, de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte.

Como conclusión puede afirmarse que el Che conocía la filosofía marxista-leninista mucho antes de enrolarse en la expedición del Granma, junto con Fidel y demás compañeros que partieron rumbo a la libertad. Tenía ideas muy acertadas acerca del comunismo y la construcción del socialismo, del papel que le correspondía desempeñar a los dirigentes de la Revolución Cubana, de su Partido como vanguardia de ella, así como del pueblo y de cada individuo. Sabía perfectamente que los errores que se cometieran por sus cuadros, se pagarían muy caros, en detrimento del prestigio de la Revolución y de la confianza depositada por las masas en sus dirigentes. Estaba convencido de la conducción correcta de la misma por Fidel, como máximo líder, a quien el pueblo ha seguido fielmente. Le dio una importancia relevante al trabajo voluntario, al papel de la cultura y el arte, al internacionalismo proletario, a la rectificación de errores cometidos por el Estado, al ejemplo de sus dirigentes, al estímulo moral y a la creación del hombre nuevo, entre otros aspectos.

Las ideas contenidas en el libro del Che aquí analizado, tienen una vigencia extraordinaria, el que debe ser consultado en la actualidad por los directivos y profesores de cada centro educacional, pues se viven momentos difíciles en este mundo unipolar, en el que Cuba recibe con mayor crudeza los embates del ya añejo y criminal bloqueo impuesto por los gendarmes del universo, el gobierno de los Estados Unidos de América, y de sus agresiones a través de diferentes vías. Su pensamiento debe ser analizado con los estudiantes mediante ejemplos concretos. Los pioneros tienen su lema, que es “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”, pero debe enseñárseles por qué deben ser como él y explicárseles los valores morales que lo caracterizaron.

Hoy, cuando se ha llamado a salvar la Revolución Cubana al precio que sea necesario, no puede dejar de leerse este libro del Guerrillero Heroico por quienes aún no lo han hecho y releerlo por quienes ya lo hicieron, pero han olvidado su mensaje, que permanece vivo a pesar de los ya cuarenta años de su desaparición física.

* El subrayado de palabras, oraciones y párrafos ha sido hecho por las autoras de este trabajo, quienes han querido resaltar ideas esenciales del pensamiento del Che contenidas en El socialismo y el hombre en Cuba.

 

REFERANCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.        Waters, Mary Alice. Che Guevara y la lucha por el socialismo hoy; Cuba hace frente a la crisis mundial  de los años 90, p. 10-17.

2.        Guevara, Ernesto Che. El socialismo y el hombre en Cuba, p. 1-2.

3.   -----. -----., p. 2.

4.   -----. -----., p. 3.

5.   -----. -----., p. 3 – 4.

6.   -----. -----., p. 5.

7.   -----. -----., p. 6.

8.   -----. -----., p. 8.

9.  -----. -----., p. 8 – 10.

10. -----. -----., p. 11 – 12.

11. -----. -----., p. 12-13.

12. -----. -----., p. 13.

13. -----. -----., p. 13-16.

14. -----. -----., p. 16-18.

15. -----. -----., p. 18-23.

16. -----. -----., p. 24-25.

17. -----. -----., p. 25.

18. -----. -----., p. 26-29.

 

BIBLIOGRAFÍA

GUEVARA, ERNESTO CHE. El socialismo y el hombre en Cuba. La Habana, Editora Política, 1988.

SUÁREZ CABRERA, RENÉ Y DAVID AGUILERA LEYVA. El proceso actual de la construcción socialista en Cuba a la luz del pensamiento económico del Comandante Ernesto Che Guevara. Holguín, Instituto Superior Pedagógico “José de la Luz Y Caballero”,  2002-2003.

WATERS, MARY ALICE. Che Guevara y la lucha por el socialismo hoy; Cuba hace frente a la crisis mundial de los años 90. Estados Unidos de América, Pathfinder Press,  1992.