La formación laboral: un reto para la Educación Técnica y Profesional. 

Autores:

MsC. Eliberto Domínguez Zaldívar

eliberto@hlg.rimed.cu

MSc. Georgina Torres Quevedo

 

Resumen

En el artículo se ofrecen los resultados investigativos arribados por los autores, que revelan cuáles son los fundamentos pedagógicos de la formación laboral en la Educación Técnica y Profesional en Cuba. Ellos parten de asumir la formación laboral como el desarrollo de cualidades de la personalidad que orienta el sujeto hacia la obtención de productos de utilidad social; de aquí se desprende que una formación laboral adecuada resulta imposible sin que un egresado de la Educación Técnica y Profesional se desempeñe competentemente en el proceso profesional. En su concepción, el principio de estudio-trabajo en la formación laboral sólo constituye uno de sus elementos, como lo son también, entre otros, la motivación hacia lo laboral, el diseño curricular hacia lo laboral, la vinculación teoría-práctica, la concepción pedagógica de preparar al hombre para la vida, el principio de la cientificidad, todos los cuales tienen una sustentación pedagógica en la concepción de la dirección del aprendizaje que se defiende.

Palabras claves: Formación laboral, Educación Técnica y Profesional.

 

Summary 

In the article offers the investigative results arrived by the authors that reveal which the pedagogic foundations of the labour formation are in the Technical Education and Professional in Cuba. The authors leave of assuming the labour formation as the development of qualities of the personality that the fellow guides toward the obtaining of products of social utility; of here it comes off that an appropriate labour formation is impossible, without students of the Technical Education and Professional acts competently in the professional process.   In our conception of the labour formation, the principle of alone study-work constitutes one of its elements, as they are also it, among other, the motivation toward the labour thing, the curricular design toward the labour thing, the linking theory-practice, the pedagogic conception of preparing the man for the life, the principle of the cientificidad, all which have a pedagogic sustentation in the conception of the address of the learning that defends. 

Key words: Labour formation,  Technical Education and Professional.

 

Los retos que impone el desarrollo económico‑social y la necesidad de enfrentar con éxito los pro­blemas que plantean las tendencias del mundo contemporáneo, exigen el aumento permanente del nivel de preparación de los trabajadores, tanto en el nivel de conocimientos, como de habili­dades y convicciones, lo cual hace que impere una tendencia en la formación profesional: la formación por competencias.

Se necesita un trabajador competente, es decir, un trabajador "apto, idóneo, que además de dominar en los niveles teóricos y prácticos los procesos técnico‑profesionales que realiza, esté capacitado para el autoaprendizaje, el cambio frecuente de puesto de trabajo, el trabajo en grupos, con capacidades creativas y de iniciativa, que actúe con decisión y responsabilidad, que sea un trabajador para hoy con posibilidades para irse adecuando a las nuevas circunstancias..." (7,22)

Sin embargo, a pesar de lo mucho que se ha avanzado en esta dirección, numerosas investigaciones realizadas en nuestro país relativas al desempeño profesional, especialmente los estudios realizados por el departamento de Formación del Profesional del Ministerio de Educación  Superior, por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, y una experiencia en la formación por competencias laborales en el Instituto Politécnico de Química “Mártires de Girón”, demuestran que aún existen limitaciones en la  formación de los profesionales sobre la base de competencias.

En el proceso pedagógico profesional, para lograr la formación de un trabajador competente, es indispensable la aplicación del principio de vinculación del estudio con el trabajo, ya que posibilita que el estudiante adquiera los conocimientos esenciales del objeto de la profesión en la realización de acciones directamente relacionadas con este y la aplicación del método científico como una vía lógica del aprendizaje en un proceso de desarrollo de tareas para la solución de problemas.

Pero la formación laboral es mucho más que la simple vinculación del estudio con el trabajo, en este sentido los autores asumen la definición dada por Alberto Leyva y Laura L. Mendoza (2003) que la conciben como el desarrollo de cualidades de la personalidad que orienta el sujeto hacia la obtención de productos de utilidad social. (6, 26)

De aquí se desprende que una formación laboral adecuada resulta imposible, sin que un egresado de la  Educación Técnica y Profesional se desempeñe competentemente en el proceso profesional.

En el análisis anteriormente realizado, se hace perceptible la significación que tiene la formación laboral de un técnico medio que necesariamente debe ser competente. De ahí que la idea de la formación laboral y politécnica de las nuevas generaciones, sea interpretada por la filosofía marxista como consecuencia de las leyes objetivas del desarrollo de la producción y de la formación integral del individuo, ya que la escuela politécnica que forma trabajadores para el escenario productivo, debe sustentar su labor pedagógica en aquellos saberes científicos sobre cuya base se originan las transformaciones en el referido contexto. En este sentido, el presente trabajo desea fundamentar, desde el punto de vista pedagógico, la incidencia del aprendizaje en la formación laboral de un trabajador competente.

Uno de los elementos que debe ser abordado al analizar la instrumentación didáctica del proceso de formación laboral, lo constituye el principio estudio-trabajo, contenido en el ideario martiano y la tradición marxista que asume la pedagogía cubana actual. En la interpretación didáctica de este principio, se ha evidenciado un análisis reducido del verdadero alcance del mismo. Tal afirmación se hace desde una concepción de la relación entre teoría y práctica, que establece una separación entre ambas categorías, y, en el mejor de los casos, sólo presupone la materialización de la práctica a partir de la teoría.

Se expresa, además, una relación entre escuela y contexto que sólo reconoce, como saber válido, el que es trasmitido como contenido de las asignaturas. Las experiencias de los alumnos y, en menor medida, las del mundo del trabajo, son poco valoradas en la configuración de la formación de los escolares. Es positivo destacar el reconocimiento de la necesidad de valorar la actividad laboral, no sólo por su importancia económica, sino también por su impacto social.

En la concepción de estos autores la formación laboral, el principio de estudio-trabajo, constituye uno de sus elementos, como lo son también, entre otros, la motivación hacia lo laboral, el diseño curricular hacia lo laboral, la vinculación teoría-práctica, la concepción pedagógica de preparar al hombre para la vida, el principio de la cientificidad, todos los cuales tienen una sustentación pedagógica en la concepción de la dirección del aprendizaje que se defiende.

Para lograr la acertada instrumentación del proceso de formación laboral, es necesario que todas las actividades laborales que se programen por la institución docente se interrelacionen bajo un sistema y se complementen entre sí. Este primer paso, en la concepción del proceso pedagógico profesional, es lo que permite que se pueda lograr la dirección adecuada del aprendizaje de las asignaturas técnicas que conduzca a la formación laboral de un trabajador competente.

El proceso de formación laboral se implementa en la escuela politécnica teniendo en cuenta también las leyes y principios de la didáctica y se dirige fundamentalmente a la transmisión y adquisición, por parte de los alumnos, del conjunto de valores, normas, conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias que se necesitan para analizar, comprender y dar solución a los problemas de la práctica social, y que están encaminados a potenciar el saber hacer y cómo hacerlo.

En esta idea se abarca consecuentemente la amplitud de la dirección del proceso de formación laboral, al englobar el más amplio espectro de la personalidad de los estudiantes y recalcar no sólo la dirección de lo que el sujeto recibe en término de valores, habilidades y conocimientos, sino que busca también enriquecer las herramientas necesarias para el autodesarrollo.

Este proceso se materializa a partir del vínculo dialéctico que se da entre los componentes personales y no personales del proceso pedagógico-profesional en el contexto social y tiene en cuenta además, como principios didácticos que lo rectoran, el del carácter científico de la enseñanza y el principio de la relación entre teoría y práctica. En la Educación Técnica y Profesional, el proceso de formación laboral tiene el encargo social de formar trabajadores aptos para un mundo laboral en continuo cambio, donde se requiere periódicamente reciclar, reconvertir o actualizar habilidades específicas.

La formación laboral debe contribuir, en primer lugar, a mostrar una actitud laboriosa y responsable hacia las tareas que se le encomiendan al estudiante, así como hacia el ahorro de materiales y medios técnicos puestos a disposición de las escuelas politécnicas. En segundo, prepararlo para el continuo autoaprendizaje, a partir del creciente desarrollo científico-técnico que se experimenta en la actualidad. En tercero, que domine los elementos esenciales sobre la especialidad para la cual se forma, que le permita insertarse en ese mundo laboral con eficiencia y competencia. Por último, que lo prepare no sólo para la vida laboral, sino para su convivencia en sociedad, con altos valores de colectivismo y altruismo propios de la sociedad socialista que se construye.

Por todo ello, en las condiciones de la escuela politécnica agropecuaria, se asume que  “los conocimientos de las bases científicas de la producción han de sintetizarse y aplicarse  en forma creativa  en un trabajo productivo, pues sin vincularse con un trabajo productivo la instrucción politécnica adquiere un carácter contemplativo verbal, pasando a ser formales los conocimientos. "  (7)

Únicamente la integración del trabajo productivo con la enseñanza durante todo el período que dure el proceso de formación del trabajador, logra que las asignaturas del ciclo básico y general desempeñen un papel efectivo en la preparación del estudiante, ya que él  comprenderá la significación de los contenidos de las mismas para poder manifestar un desempeño profesional competente. (Álvarez, C. M, 1989; Fuentes, 1998). Sin embargo, esta tesis teórica en la actualidad no se implementa cabalmente en el proceso pedagógico de las especialidades de Mecanización Agrícola y Agronomía en la ETP, lo cual deja sentir lo que muy acertadamente Krupskaya (1986) calificó como “artesanía en la preparación laboral” de los estudiantes; puesto que se  pretende formar  laboralmente a un trabajador en condiciones de polígonos, aislados del proceso profesional que acontece  en la producción.

Desde el prisma de la filosofía  marxista, el proceso de obtención del conocimiento científico considera a la práctica social como fuente primaria para desarrollar el pensamiento abstracto y de ahí retornar nuevamente a ella para sistematizar los saberes adquiridos en su transformación. Es por ello que la formación laboral que se defiende, se sustenta en una concepción científica de la comprensión de la formación multifacética  del trabajador que se forma y, en modo alguno, responde a una alternativa coyuntural que se orienta básicamente a suplir las necesidades de recursos para las actividades laborales, cuestión esta que se observa con marcada connotación en las escuelas politécnicas del territorio al implementar la RM 595/88.

Por lo tanto, el Instituto Politécnico Agropecuario que intente lograr mejorar el nivel de formación del saber hacer profesional de los estudiantes que se preparan como trabajadores en estas especialidades, tendrá que instrumentar un sistema de acciones que posibilite la integración de los mismos al proceso profesional, a todo lo largo de sus estudios, sin dejar por ello de proporcionarles una preparación básica y general. (1; 21)

Esta alternativa de formación laboral no es utilizada adecuadamente por parte de escuelas politécnicas agropecuarias de la provincia de Holguín, lo cual provoca una errática utilización del tiempo previsto por el plan de estudios para las asignaturas prácticas, así como carencias en el saber hacer profesional de los educandos e incompetencia en su desempeño y escasez de recursos materiales.

Por otra parte, no se puede dejar pasar por alto que aquellas empresas agropecuarias que conforman las esferas de actuación profesional del mecanizador agrícola y el agrónomo, en los momentos actuales tienen que operar eficientemente sus medios mecanizados y obtener altos rendimientos de sus producciones agrícolas, pues la adquisición de insumos para su puesta en funcionamiento, muchas veces se hace en moneda libremente convertible; por lo tanto, no pueden darse el lujo de insertar en su proceso productivo a personas que no se desempeñen profesionalmente con competencia.

Ante esta situación, la dirección del aprendizaje de las asignaturas técnicas en esta escuela debe permitir la inserción al proceso profesional de la empresa a un trabajador en formación, que se desempeñe con competencia en el enfrentamiento a los problemas profesionales que se generan en la operación de los medios mecanizados y el trabajo con los diferentes cultivos, lo cual adquiere una connotación especial, ya que la escuela no está en condiciones de proporcionar a los estudiantes todos los recursos materiales que demanda su preparación y esta vinculación con la empresa agrícola viene a convertirse  en una alternativa de trabajo socialmente útil que puede utilizarse para mejorar el nivel de formación de las habilidades profesionales del trabajador en formación y en consecuencia, su desempeño.

Para lograr la adecuada formación laboral y con ello mejorar el desempeño de este trabajador, deben concebirse propuestas metodológicas que relacionen dialécticamente un sistema de acciones dirigido a combinar la actividad laboral de los alumnos en centros productivos, en la empresa y en la escuela, y la ejecución de tareas docente- profesionales que integren lo académico, lo laboral y lo investigativo.

La combinación de las acciones antes destacadas posibilita la manifestación de múltiples formas de interacción y comunicación social entre los sujetos que intervienen en el proceso pedagógico; es decir, la de los estudiantes entre sí, y la de estos con los profesores, instructores de la producción y empleadores. Además, se desarrollan habilidades para resolver problemas en grupos donde se cumplimentan normas técnicas de seguridad y de producción.

En fin, la formación laboral que tiene en su base la combinación armónica del estudio con el trabajo “[...] aparte de un principio de orden moral, de un principio de orden teórico, es además una imperiosa necesidad  material [...] Hoy para nuestro país es una necesidad de orden material, a la vez que es una necesidad de orden  educacional.” (4)

Hacer realidad la potencialidad que se manifiesta en una concepción holística de la formación laboral, bajo estrategias de aprendizajes de las asignaturas técnicas en las especialidades de Mecanización Agrícola y Agronomía, implica la necesaria conversión de la escuela politécnica en una institución generadora de bienes espirituales y materiales. Esta concepción teórica no se concreta aún de forma consistente en la práctica pedagógica que acontece en esta especialidad; ya que no se cuenta con una teoría pedagógica y metodológica suficientemente sistematizada y validada, que explique la manera en que debe ocurrir este proceso de dirección del aprendizaje de las asignaturas técnicas, en el que se involucren los docentes, instructores y estudiantes, y que conduzca al egreso de trabajadores que se desempeñen con competencia en su actuación profesional.

Por otro lado, las investigaciones llevadas a cabo  en el país durante los años noventa del siglo anterior por importantes autores (Abréu, 1995; Cortijo, 1996; Patiño, 1996, 2000; Fraga, 1997) revelan la necesidad de una ciencia pedagógica que aborde las particularidades de la formación técnica y profesional  “...y haga realidad la integración entre docencia, producción e investigación, y entre escuela politécnica y empresa. " (4)

Por lo tanto, para hacer realidad los presupuestos teóricos que se asumieron desde una concepción pedagógica que tiene como sustento la filosofía marxista y el ideario cubano, en relación con la preparación de un trabajador que manifiesta un desempeño laboral competente, se requiere que el proceso de dirección del aprendizaje que acontece en la escuela politécnica agropecuaria se caracterice por ser pedagógico y profesional.

La dirección del aprendizaje de las asignaturas técnicas es un proceso de educación que se caracteriza por la generación de acciones académicas, laborales e investigativas, bajo condiciones de integración entre la escuela politécnica y la entidad productiva, en la que se manifiestan necesidades profesionales que pueden ser abordadas, tanto desde la escuela, como desde la empresa; todo ello, para la formación laboral de un trabajador competente.    

El papel que puede desempeñar el instructor de la producción en la formación de un trabajador se reconoce por múltiples autores. (Abréu, 1995; Patiño, 1996). Él debe llegar a convertirse en un docente más que tenga el alumno y contribuir con su experiencia al mejoramiento del nivel de formación de las habilidades profesionales de este; por lo que en la estrategia de dirección del aprendizaje que se adopte, es un elemento que ocupa un lugar relevante.

La organización del contenido de las asignaturas del ciclo técnico y la ubicación de algunas de ellas dentro de este ciclo, no puede responder sólo a criterios de carácter pedagógico gene­ral, sino también tendrá presente la secuencia científicamente argumentada de las acciones, y operaciones intelectuales y físi­cas del obrero en su actividad laboral, así como la lógica de los proce­sos tecnológicos que la conforman. Es precisamente en esta uni­dad, que tiene su génesis la pedagogía profesional como ciencia específica y, dentro de su sistema de categorías, el concepto de proceso pedagógico profesional, que une en sí, en una relación dialéctica, el proceso docente-educativo y el productivo.

Ahora bien, si todo el ciclo de formación profesional incide en la obtención de esa personalidad integral, son las asignaturas técnicas las que encierran el mayor peso, pues  estas asignaturas se desarrollan tanto en los talleres y áreas de las instituciones docentes, como en los de los centros de trabajo.

La formación profesional es preciso que responda a los re­querimientos reales de la producción, ya sea en la responsabilidad que tiene esta para la consecución de este objetivo, como en la necesidad de que los centros de producción se conviertan en verdaderos complejos docente-productivos, donde los alumnos, al insertarse, encuentren no sólo la base material y técnica más idónea, sino al personal más capaz que logre cumplimentar sus necesidades de carácter cognoscitivo, laboral, moral y estético, entre otros.

Todo lo cual muestra la necesidad de un trabajo científico que modele una escuela politécnica que, en su proyección, dé solución a los problemas, dificultades y deficiencias antes expuestas y tenga en cuenta la multilateralidad de respuestas más actuales y correspondientes al momento histórico-concreto en que se va a implementar, y a sus proyecciones de cambios futuros.  Dicho modelo tiene que tener como obje­tivo supremo la entrega a la sociedad de un trabajador-productor politizado y comprometido con la solución de problemas de su co­munidad y de su propia cultura; es decir, un egresado preparado para la vida y su necesaria transformación.

Se infiere de lo expuesto hasta aquí, que para preparar a los estudiantes de las especialidades de Mecanización Agrícola y Agronomía, de modo que puedan cumplir la función social asigna­da a la Educación Técnica y Profesional, se hace necesario garantizar en ellos un amplio dominio del carácter y el contenido del trabajo, y de los instrumentos, equipos, máquinas que se utilizan en el mismo; la interiorización del proceso tecnológi­co, la actitud creadora ante el trabajo, la aspiración a la auto­instrucción y la autoeducación, el desarrollo de la autoconcien­cia y su materialización en la conducta personal y la vida social de cada uno de los alumnos. Por todo ello, la formación laboral bajo esta concepción debe garantizar:

·        El desarrollo de la personalidad del alumno vinculado al contexto grupal, que lo prepara para su incorporación a la vida social.

·        Un enfoque holístico, donde todos los componentes se relacionan y se potencia el carácter interdisciplinario en el currículo.

·        El carácter integrador del principio estudio–trabajo, teniendo en cuenta la formulación de objetivos laborales, permite la actuación coherente de todos los factores que influyen en la formación de los estudiantes.

·        La educación en y para el trabajo toma como punto de partida la vida, la práctica social, los problemas inherentes a la realidad y el entorno social para el cual se preparan los alumnos.

·        La formación de una cultura laboral en los escolares se considera una concepción del mundo.

·        Las exigencias relativas a la preparación del estudiante para la vida social se reflejan en objetivos dirigidos a la solución de problemas sociales que deben ser resueltos por el estudiante.

·        Este aprende, haciendo; lo que garantiza el proceso de formación de valores y actitudes que deben distinguir al futuro ciudadano.

 

BIBLIOGARFÍA

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