Metodología para la autoevaluación del nivel educativo
en adolescentes de Secundaria Básica.
Autores: MsC. Raquel Leyva González
Lic. Caridad Leyva Soler.
Lic. Idalmis Ochoa Ochoa
MsC. Ángela Rodríguez Maden
lilia@hlg.rimed.cu
Resumen
En el trabajo se ofrece una metodología para la autoevaluación del nivel
educativo en adolescentes de Secundaria Básica. Esta consta de cuatro niveles
internamente relacionados que conllevan a una evaluación desarrolladora, siendo
el educando el principal protagonista en la evaluación de su aprendizaje.
Dichos niveles son: autodiagnóstico vivencial, comprensión de los contenidos
educativos bajo la guía del profesor, aplicación de los contenidos educativos y
autoevaluación del nivel educativo.
Palabras claves: Metodología,
autoevaluación, adolescentes, secundaria básica.
Summary
In this research paper we propose a methodology for the evaluation of
the educational livel of teenagers in junior high school.The methodology as
such comprises four interrelated levels that lead to a developing assessment in
wich the student plays the leading role
in the evaluation of his / her learning. These four levels are: aelf –
diagnosis of the experience, understanding
of the educational contest under the professor’s, application of the
educational contest and self – evaluation of the educational level.
Key words: Methodology, autoevaluación,
adolescents, secondary basic.
El elaborar una metodología que
sirva al escolar como punto de apoyo para la autoevaluación de su nivel
educativo no es una tarea fácil. Como ya
se conoce, durante siglos al estudiante no se le han evaluado aspectos tan
importantes como su desarrollo socioafectivo, su autonomía, su ser personal
como totalidad, no repitiendo el grado por falta de solidaridad, sensibilidad,
responsabilidad, etc. Tampoco ha sido costumbre evaluar el contexto en el que
se desenvuelve el estudiante y los múltiples factores que lo pueden afectar en
su desarrollo. Precisamente al concebir esta metodología integrada por cuatro
niveles: autodiagnóstico vivencial; comprensión del contenido educativo bajo la
orientación del profesor; aplicación de los contenidos educativos y
autoevaluación del nivel educativo de la personalidad del/la adolescente de
Secundaria Básica, las autoras han tenido presente el sistema de evaluación
actual de la Secundaria Básica Cubana, sus dimensiones e indicadores,
enriqueciéndose con los pasos o niveles anteriormente mencionados.
Asimismo en su concepción se
han basado en el sistema de principios para la dirección del Proceso Pedagógico
(Addine, F. F., 2002), específicamente en el psicopedagógico que expresa la
unidad de lo afectivo y lo cognitivo en el proceso de educación de la personalidad.
Este principio dice que cuando el educador trata de influir en la
transformación de los conocimientos en convicciones, obligatoriamente tiene que
estar presente en el mundo subjetivo del estudiante, en el aspecto afectivo que
facilite que la formación psicológica predominantemente inductora sea positiva,
estable, duradera y adquiera por tanto una orientación activo transformadora de
su personalidad. Se está de acuerdo con dicha autora cuando expresa que la
verdadera educación no se logra hasta tanto esta no se haga consciente en el
sujeto, es decir, que se autoeduque gracias a la autorregulación que se ha
alcanzado en la unidad de lo cognitivo y lo afectivo de su personalidad.
A continuación se detallan
los niveles que conforman la metodología.
Nivel I: Autodiagnóstico
vivencial.
Según Betancourt T. J.
(2003), la exploración vivencial es una de las direcciones fundamentales del
autodiagnóstico, ya que propicia analizar el aspecto estructural de la
personalidad en cuanto a la integración de los elementos afectivos relacionados
con las emociones y sentimientos del sujeto, su vínculo con el análisis
intelectual de situaciones, objetos y acciones comportamentales desarrolladas,
los fines, objetivos y proyectos de vida modelados, así como una concepción personal
y del mundo. En dicha exploración se revelan también formaciones psicológicas
como la autovaloración y autoestima. Por tales razones es que el objetivo de
este nivel es que el/la estudiante se autodiagnostique partiendo de las
principales tareas y/o actividades que debe hacer o ha desarrollado, y de los
indicadores siguientes:
¿Cómo realizar este
diagnóstico vivencial?
Resulta conveniente que se
realice en un tiempo de descanso en el día para meditar sobre lo que se ha
hecho o se proyecta hacer, en presencia y con la orientación del Profesor
General Integral y demás compañeros; así como expresar las vivencias afectivas
experimentadas, predominantemente en la realización de las tareas y/o
actividades, las cuales argumentará. Las vivencias podrán ser:
Durante la ejecución de este
autodiagnóstico se tendrán presentes los requisitos siguientes:
·
Demostrar respeto por la autovaloración que realiza cada estudiante de sí.
·
Resaltar sus cualidades positivas.
·
Estimular sus resultados.
·
Asignar tareas variadas. De acuerdo con la situación planteada, estas
pueden ser docentes, investigativas, culturales y deportivas.
Nivel II. Comprensión del contenido educativo bajo la orientación del educador.
En este nivel resulta necesario que
el/la adolescente comprenda y concientice la importancia de los contenidos
formativos. Estos son:
Para ello el Profesor General
Integral (PGI) de Secundaria Básica o Profesores Tutores seguirán los pasos
siguientes:
a) Explicará la esencia de cada contenido, se auxiliará de filmes, cuentos,
historias, videos, valoraciones o explicaciones con ejemplos vivos,
emocionantes, atractivos.
b) Los educandos expondrán sus puntos de vistas y experiencias respecto a los
mismos.
c) Realización de técnicas participativas y/o ejercicios prácticos que
permitan la fijación de los contenidos educativos estudiados.
Podrán incluirse otras temáticas
de interés, entre ellos: disciplina, puntualidad, honradez, laboriosidad u
otros valores necesarios en la vida.
Nivel III. Aplicación de los
contenidos educativos.
La aplicación de los contenidos
educativos se manifiesta cuando el/la adolescente puede utilizarlos libremente
en alguna de las actividades siguientes: clases (teleclases, videoclases),
matutinos o vespertinos, trabajo socialmente útil, cumpleaños colectivos,
BELCAS, asambleas de brigadas, tribunas abiertas, desfiles conmemorativos,
recesos, acampadas pioneriles, talleres, huertos, otras.
En la realización de las mismas
el/al alumna podrá apoyarse en las preguntas siguientes:
–
¿Tiene importancia lo que hago?
¿Por qué?
–
¿Puedo aplicar en la vida lo que
estoy aprendiendo?
–
¿Es correcto lo que hice?
–
¿Cómo me he sentido?
–
¿Cómo puedo mejorar mi conducta?
A su vez, el
educador que acompaña en estos momentos al/el alumno, podrá auxiliarse de
métodos educativos que favorecerán el desarrollo de los mismos. Son ejemplos de
ellos: asignación de tareas o encomiendas, estímulo, sanción, emulación, debate, juegos,
narraciones éticas, lectura, dramatizaciones, persuasión, conferencias éticas,
otros.
IV. Autoevaluación del nivel
educativo .
Al autoevaluar el nivel educativo
el/la adolescente transitará por diferentes fases íntimamente relacionadas las
cuales se pueden observar en la espiral de la evaluación.
La espiral de la evaluación
representa el movimiento hacia formas más complejas y exactas de evaluación,
concibe el desarrollo del estudiantado como un proceso orientado positivamente,
opuesto al retroceso y a la degradación. En dicho proceso la actuación del
estudiante es fundamental, se evalúa no solo lo que dice y habla, sino lo que
hace realmente. Considerando todo lo anterior, el/la educando al realizar su
autoevaluación tendrá en cuenta las categorías siguientes expresadas
cualitativamente:
Insuficiente (I): Cuando no ha logrado solucionar los
problemas actitudinales o de conducta, al existir dicotomía entre conocimientos
y conducta, o sea, sabe lo que tiene que hacer
y cómo debe comportarse, pero en la práctica, en la vida, actúa de otra
manera. No participa en las actividades políticas, patrióticas, laborales,
culturales u otras que se organizan o lo hace por obligación.
Regular (R): Cuando al realizar la autoevaluación
constata que tiene dificultades en la realización de lo previsto en cada nivel
de la metodología (I, II, III, IV), no llega a ejecutar los pasos que son
característicos a alguno de ellos. Comete algo indebido pero reconoce el error.
Bien (B): Presenta alguna dificultad en la
comprensión de las tareas o actividades políticas, patrióticas, culturales,
deportivas, etc., pero llega a realizarlas con ayuda de un/una compañero/a
o profesor.
Muy Bien (MB): Posee un dominio emocional
aceptable y asume las tareas generalmente con seguridad y optimismo; por lo
general manifiesta normas de cortesía adecuadas en sus relaciones y se expresa
correctamente; participa con frecuencia en las diferentes actividades que se
organizan; demuestra un dominio aceptable de la situación económica, política y
social de su país y de su entorno.
Excelente (E): Cuando el/la adolescente se
autoevalúa teniendo en cuenta las normas de cortesía adecuadas en su
realización con los demás, con un dominio emocional estable; asume las tareas y
actividades con seguridad y optimismo en correspondencia con su edad; participa
activa y sistemáticamente en las actividades políticas, patrióticas, laborales,
culturales y otras que se organicen.
En la profunda Revolución
Educacional que se lleva a cabo en estos momentos en la Secundaria Básica
Cubana, las autoras consideran que la metodología elaborada favorecerá no solo
la autoevaluación del nivel educativo de los adolescentes, sino también
propiciará:
·
Un autodiagnóstico dinámico,
continuo e integral del estudiantado.
·
Permitirá conocer a profesores,
tutores, directores, metodólogos y familiares, en qué medida el aprendizaje
realizado por los educandos es significativo y contribuye a la formación de
sentimientos, valores y actitudes.
·
En esta concepción el alumno es
considerado centro y protagonista activo de su aprendizaje, exigencia actual de
una evaluación desarrolladora.
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