Título:  Martí y la Ternura en la Educación.

Autores: Lic. Soleyma Beatriz Enríquez Roche

               solbe@isphlg.rimed.cu 

              MSc. Mariela Silva Cruz

              mcruz@isphlg.rimed.cu 

              Lic. Isabel Almaguer Guerrero

 

 

RESUMEN

 

En este trabajo  abordamos algunas consideraciones dadas por nuestro Héroe Nacional relacionadas con la ternura en la Educación. Nuestro principal objetivo es precisamente el  de demostrar la incursión de José Martí en la temática seleccionada, viendo  como él alerta, la necesidad de  unificar  la parte educativa del amor con la formación y el desarrollo intelectual del hombre. Por lo que  resulta imprescindible educar los sentimientos del hombre preparándolos  para asumir las tareas que la sociedad les planteé.

 

ABSTRACT

In this work we approach some considerations given by our National Hero related with the fondness in the Education. Our main objective is in fact the one of demonstrating José Martí incursion in the thematic one selected, seeing as the alert, the necessity to unify the educational part of the love with the formation and the man's intellectual development. For what is indispensable to educate the man's feelings preparing them to assume the tasks that the society outlines them.

 

Desde hace décadas se ha estado asistiendo a la obra inagotable de José Martí, por lo que ha significado para toda la humanidad ese gran hombre. Las riquezas encerradas en sus ideas, sus aportes y esa gran visión de creer en la sensibilidad  humana, son lo que  hace que sea vital su estudio dentro y fuera del territorio nacional.

De él se plantea... “José Martí es llegada y partida; cumbre de una cordillera hasta que se avizoran nuevas cumbres; hombre- enlace; hombre de todos los tiempos, porque él es la historia. Su ser no se agota en la brevedad de una vida y en el marco geográfico de su archipiélago. Como actuó conforme a lo esencial de su tiempo y lugar tiene la relativa eternidad y universalidad del género humano1.

Los educadores y otros profesionales dedicados al estudio de la obra martiana se han dado a la tarea de investigar todo lo relacionado con su pensamiento educativo por sus amplios aportes al tema referido. Las obras de José Martí, deben constituir para todos lecturas obligadas en cada docente, contribuyendo a perfeccionar la tarea de Educar, con el amplio sentido del amor.

En toda la obra martiana este amor está presente al reflejar  un ser más humanizado, un ser que marche junto a los cambios sin perder la sensibilidad para ser solidario, comunicativo y presto a ayudar a quienes le rodeen y a luchar por el bienestar de la patria y por la transformación de nuestra América y de toda la humanidad.

 

Retomando las ideas expresadas por el Maestro de lo necesario del amor, nos percatamos de que el hombre se educa en los principios del amor; pero vio esta doctrina educativa en unidad con la práctica del hombre, con su vida material y espiritual, y no descartó el carácter egoísta y vanidoso del hombre.

No fue partidario del castigo como vía de educación. En su obra  el énfasis está puesto en los estímulos intrínsecos al deber, la unidad de la doctrina educativa del amor con la formación y el desarrollo intelectual del hombre.

En el período de 1883 – 1889 Martí reafirma su concepción de la educación para la vida a su propio estilo, no es casualidad su profunda crítica a la educación en Nueva York en 1886, que lo impactó porque vio las funestas consecuencias de esta para la formación del hombre, a raíz de lo visto habló con énfasis de la Ternura al hombre como motor impulsor de la labor educativa.

En la actualidad  la educación es dirigida desde la óptica martiana, se pone el mayor empeño en  lograr que el alumno actúe como una persona responsable, libre, educado en la democracia. Si se  logra que el alumno disfrute del derecho a la plena participación, se puede afirmar que en él se desarrollarán actitudes que le impulsarán a ser crítico y a comportarse de una forma positiva en todos los problemas de la vida.

En sus obras  refleja su confianza en el hombre, como principal protagonista de su propio porvenir, en  la obra el ”Ismaelillo” Martí en dedicatoria  le confesó a su hijo:  " Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti "  (t.16 p. 17)

 

Como se puede apreciar confería gran importancia a la cultura de las emociones en los niños, por ello siempre consideró necesario llevar a un primer plano la formación de los sentimientos, para poder formar y desarrollar después la inteligencia y el talento en función de éstos.

En su artículo “El colegio de Tomás Estrada Palma en central Valley “. refiriéndose al fin de la educación expuso en 1892  “...  El fin de la Educación no es hacer al hombre desdichado, sino hacerlo feliz... “   (t. 5, p. 261)  

La felicidad deseada para ese hombre es la relacionaba con la unidad indisoluble de los conocimientos con los sentimientos, para lograr  la sólida formación de un hombre integral. Comprendió que la generosidad, el desinterés, el saber valorarse a sí mismo, a los demás en su justa medida, son sentimientos a los que no se pueden renunciar cuando se pretende hacer perdurar una obra.

 En un artículo publicado en 1883, expresó: “... El amor es el lazo de los hombres, el modo de enseñar y el centro del mundo...”(t. 13, p. 188).

Tuvo el gran mérito de la síntesis, pudo integrar el pensamiento pedagógico progresista del mundo y de América Latina, legándonos en sus obras una fuente incomparable para obtener tesis y valoraciones que nos proyecten hacia el futuro, él sitúa al ser humano en el contexto histórico social en que vive, destacando cómo se completa la felicidad  dentro de la sociedad y en su contribución a su transformación y mejoramiento. Abogó porque el proceso educativo debe estructurarse sobre la base de la unidad, de la relación que existe entre las condiciones humanas, o sea no instruir solamente en el proceso si queremos llegar a su esencia. Estructurarse además sobre la posibilidad de conocer al mundo que lo rodea y su propio mundo, de sentir y de  actuar.

Uno de los aportes más significativos sin restarle importancia a toda su obra, fue” La Edad de Oro”, escrita para niños. Mediante esta obra los lectores serían conducidos a hondas reflexiones, descubrirían remotos y desconocidos mundos llenos de poesía, sabiduría y amor. Como se ha podido apreciar Martí nos legó un sinfín de aportes relacionados con la ternura, no solo esa ternura dentro de un aula, sino aquella que se da desde la cuna, aquella que se encuentra en un libro, en un cuento pues todas contienen en sí una enseñanza. Se hace referencia  a “La Edad de Oro” por ser  considerada  una alternativa no convencional y de una riqueza extraordinaria.

También, sus propias experiencias son  transmitidas en muchos de sus escritos, y si se es lo suficientemente perceptivo se podrá apreciar  del camino que trazó en las obras en las que aborda la ternura, que se reconozca  que los jóvenes y niños sientan la satisfacción de que la educación responde a sus intereses, a sus interrogantes, a que se encamine la labor pedagógica con ternura, para que ellos se incorporen con esfuerzo y optimismo a la búsqueda de las respuestas y a la solución de los problemas que se les presenten.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

Se debe actuar conforme a sus ideas, no descartar la posibilidad de entregarles a nuestros hijos, estudiantes la satisfacción de sentirse admirados, queridos, de mostrarles respeto por su persona. Tampoco dejar pasar la oportunidad de dar un lugar a la poesía, la música, a los más hermosos sentimientos y cualidades humanas, y entonces se verá que los propósitos trazados  serán  realizados.

 

 Martí consideraba, con toda seguridad, que al educar los sentimientos del hombre a éste se le preparaba para asumir las tareas que la sociedad les planteara.

Simbolizando la importancia de la Educación de los sentimientos en los niños, escribió en 1875: “ ... violentando las fuerzas nobles en el ánimo de los niños, no se forman hijos fuertes para las conmociones y grandeza de la patria. Deben cultivarse en la infancia preferentemente los sentimientos de independencia y dignidad.” (T.6,p. 202)

Si se analizan sus ideas con la adecuada formación de los sentimientos, podemos percatarnos que éstas van más allá. En carta dirigida al director de ” La Nación “, en 1886  planteó:

“ El remedio está en desenvolver a la vez la inteligencia del niño y sus cualidades de amor y pasión, con la enseñanza ordenada y práctica de los elementos activos de la existencia en que ha de combatir, y la manera de utilizarlos y moverlos “ (T.11,p.86)

Criticó acertadamente, por su experiencia en otros países además de Nueva York,  la falta de atención a la educación de los sentimientos en el ser humano y la intención de prepararlos desde el punto de vista instructivo, sin tener en cuenta la formación de sentimientos.

Señaló en carta dirigida al director de “La Nación”, en 1886, que en nuestras escuelas no podía suceder lo que ocurría en las escuelas de Nueva York, que no se enseñaban los elementos vivos del mundo y no se percibía entre maestros y alumnos aquel calor de cariño que agiganta en los educandos la voluntad y aptitud de aprender.

En sus obras es dejada una fuente muy rica, despertando en todos sus seguidores la necesidad de crear, estimular la presencia de la alegría enlazada al esfuerzo.

No fue sólo un gran patriota y un gran revolucionario que dedicó su existencia a luchar por la independencia de Cuba, sino que fue un hombre de alma pura que pasó por la tierra predicando y regando amor, que se sintió unido a todos los infortunados, que escribió sin descansar acerca de los seres más humildes.

Expresó “...  El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque. “(T. 19, p.375)

 

 Como se ha podido apreciar, la  Enseñanza es fundamentalmente instructiva, ya que a través de ella los alumnos adquieren conocimientos y desarrollan hábitos y habilidades pero ¿Pueden existir éstos conocimientos por sí solos sin el desarrollo de la esfera motivacional afectiva?. La Enseñanza, estamos convencidos, es una obra de infinito amor.  En la labor Educativa,  se percibe en determinados estudiantes falta de espontaneidad, alegría por saber, capacidad de observación, expresión de sus ideas, por citar algunos ejemplos. Estas dificultades se encuentran en estudiantes que se les ha imposibilitado  expresar sus puntos de vistas, cerrándoles el camino de la confianza, sus sueños y expectativas, en ocasiones no han recibido afectividad en su propio hogar.

La mayor pretensión de este trabajo es  conocer la incursión del Apóstol, sus significativos aportes a la temática desarrollada, además de reflexionar y darle continuidad a las ideas del Maestro. Si se coopera,  se descubrirán  los beneficios que se podrán  alcanzar cuando realmente en la labor pedagógica se ofrezca ternura, dedicación y respeto, unidos maestros, comunidad, familia y sociedad, para no disipar el recurso más valioso del mundo:   El HOMBRE

 

Notas Bibliográficas.

1 Compendio de Pedagogía. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2002, p. 38.

 

Bibliografía.

Fernández Retamar, Roberto: Introducción a José Martí. Editorial Letras Cubanas, 2001.

García Batista, Gilberto: Compendio de Pedagogía. Compilación. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2002.

 

Mesa Redonda: ¿En qué tiempo puede cambiarse la mente de un niño?, Editorial Abril, La Habana, 1999.

Martí Pérez, José: Obras Completas. Tomo 6. Editorial de Ciencias sociales. La Habana, 1975.

------------------------ : Obras Completas. Tomo 8. Editorial de Ciencias sociales. La Habana, 1975.

------------------------ : Obras Completas. Tomo 11. Editorial de Ciencias sociales. La Habana, 1975.

------------------------ : Obras Completas. Tomo 18. Editorial de Ciencias sociales. La Habana, 1975.

------------------------ : Obras Completas. Tomo 19. Editorial de Ciencias sociales. La Habana, 1975.      

Pichardo, Hortensia: José Martí. Lecturas para niños. Editorial Pueblo y Educación, 1990.

Turner, Lidia y B. Pita: Pedagogía de la Ternura. Editorial Pueblo y Educación, 2002.

Turner, Lidia y otros: Martí y la Educación, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1996.