Editorial

La caída en combate de nuestro Apóstol José Martí, el 19 de mayo de 1895, constituyó un rudo golpe para la Revolución Cubana, pues esta perdía al hombre de acción y pensamiento más destacado de la última mitad del siglo XIX. Su genial inteligencia le permitió analizar las causas de la derrota de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y prever las vías para la organización del Partido Revolucionario Cubano fundado el 10 de abril de 1892, para lograr la unidad de todos los cubanos alrededor del ideal de independencia de Cuba.
Su certera visión le hizo ver los males que aquejaban a los países de nuestra América, luego de haber alcanzado la independencia y anticipar las vías para evitar que estos se repitieran en Cuba al formarse la República.
Avizoró muy tempranamente el peligro que representaba para Cuba, América y el mundo el desarrollo del joven y lozano imperialismo norteamericano, por eso, a pesar de su muerte, su pensamiento y su ejemplo fueron banderas de combate para las generaciones de cubanos que en la pseudo República lucharon por romper el dominio económico y político que los Estados Unidos ejercían sobre Cuba. Por esta razón Fidel, al ser hecho prisionero luego de los sucesos del 26 de julio en el cuartel Moncada, al ser interrogado sobre quién era el autor intelectual del asalto a dicho cuartel, respondió sin vacilación que era José Martí.
Hoy, más que nunca, su pensamiento y ejemplo constituyen guías para la acción de los revolucionarios cubanos contemporáneos. Por tal motivo los estudiosos e investigadores de la vida y la obra del Maestro, le dedicamos este número especial en el 111 aniversario de su caída en combate.

Dr.C Arnaldo Zaldívar Leyva
Lic. Etna Noriega Rodríguez