La educación para la conservación de la
biodiversidad. Papel de la disciplina Sanidad Vegetal.
Autora: Lic. Silvia Nelly Almaguer Hidalgo.
Resumen
La educación ambiental, ocupa cada vez mayores
espacios de reflexión y de actuación hacia los cambios globales constituyendo
un tema transversal en todas las educaciones, incluyendo la Educación Técnica y Profesional. En este sentido los
profesores de la ETP sobre los profesionales que actúan directamente sobre el
medio.
El profesor de Agronomía juega un papel importante en
la contribución a la protección y conservación de la biodiversidad, partiendo
de la influencia que debe ejercer en los futuros técnicos Agrónomos.
En
el trabajo se expone el papel que desempeña la disciplina Sanidad Vegetal, en la conformación de
una educación ambiental en los
estudiantes; explotando los componentes académico, laboral e investigativo.
The environmental
education, of the national and international present time, occupies every time
bigger reflection spaces and of performance to understand the global changes
and it constitutes a traverse topic in all the educations, including the
Technical Education and Professional.
In this sense the professors of the ETP on the professionals that act
directly on the means.
Agronomy´s
professor plays an important paper in the contribution to the protection and
conservation of the biodiversity, leaving of the influence that should exercise
in the Agricultural technical futures.
In the work the
paper is exposed that carries out the discipline Vegetable Sanity, in the
conformation of an environmental education in the students; exploiting the
academic, labor and investigative components.
El mundo está amenazado de
desaparecer, y ha motivado que en los últimos años se halla intensificado, la
preocupación por los problemas ambientales, que nos afectan en todas las
esferas de la vida y constituyen motivos de análisis para toda la sociedad.
La cuestión ecológica irrumpe en el escenario
político, científico y educativo como uno de los retos más importantes de la
actualidad nacional e internacional. En este contexto la educación ambiental ha
venido ocupando cada vez mayores espacios de reflexión y de actuación para
comprender los cambios globales de nuestro tiempo y para preparar nuevas mentalidades
y habilidades, capaces de resolver los problemas ambientales, abriendo el
camino hacia un futuro sustentable, equitativo y democrático.
En
la década de los setenta, luego de la Conferencia de Estocolmo sobre Medio
Ambiente Humano en 1972, y, sobre todo, a partir de la Conferencia
Intergubernamental sobre Educación Ambiental, celebrada en Tbilisi en 1977, se
inició un amplio proceso a nivel mundial para fomentar la conciencia sobre los
principales problemas ambientales y el valor de la naturaleza. Estos problemas
globales son: la pérdida de la diversidad biológica, el agotamiento de la capa
de ozono, cambios climáticos, degradación de los suelos y la contaminación
ambiental.
En Cuba, los principales problemas ambientales están
centrados en:
·
Degradación de los
suelos
·
Deterioro del
saneamiento y las condiciones ambientales en asentamientos humanos.
·
Contaminación de las
aguas terrestres y marinas.
·
Deforestación
·
Pérdida de diversidad
biológica.
Con respecto a la pérdida de la diversidad biológica,
en el transcurso de los años se han ido manifestando diferentes causales que de
una forma u otra han incidido provocando afectaciones, entre las cuales pueden
citarse: el inadecuado manejo de determinados ecosistemas frágiles, la
destrucción del hábitat natural de especies, la aplicación de una agricultura
intensiva con la utilización excesiva de recursos y baja rotación de cultivos,
una débil integración entre las estrategias de conservación y uso sostenible de
la biodiversidad y las actividades de desarrollo económico, la carencia de
programas integrados para evaluar, conservar y usar de manera sostenible la
diversidad biológica, así como la caza furtiva y la falta de conciencia y
educación ambiental de la población.
El estudio de estos elementos, constituye un factor
esencial de trabajo a corto y mediano plazo, lo que debe traer consigo logros
en la implementación de la política ambiental, en la que la Educación Ambiental
constituye uno de los programas priorizados en todos los niveles de enseñanza.
Dentro de esta la necesidad de proteger y conservar la biodiversidad, debe
convertirse en una cualidad de la personalidad de los egresados de la carrera de Agronomía, teniendo en cuenta que “el personal técnico profesional ejerce un impacto ambiental significativo
respecto a los demás grupos sociales que interactúan con el medio ambiente (
Roque, 1998, 32).
La formación del profesor de esta carrera, comienza a partir de 1977,
cuando surge el ISPETP momento en que
se inicia la Licenciatura en Educación, según la RM 777/ 76, en
específico la especialidad de Agronomía donde se introducen los planes de
estudio A. En aras de lograr un mayor perfeccionamiento y con el objetivo de
elevar la calidad del graduado fueron transitando por los planes de estudio B y
C hasta la actualidad.
A partir del curso 1990-1991 se
aplican diferentes planes de estudio donde ya existe una distinción de
disciplinas y se estudian en la carrera de Agronomía las siguientes: Ecología, Fitotecnia, Sanidad Vegetal, Riego
y Drenaje. Estas se conciben desde un inicio a partir de la preparación
integral, sustentada en un sistema de conocimientos y habilidades que se
desarrollan en los estudiantes en correspondencia con los objetivos de años y
su salida en la práctica laboral desde el 1º al 5º año de forma gradual y ascendente.
En
el ISP “ José de la Luz y Caballero”, comienza a impartirse la disciplina
Sanidad Vegetal, en septiembre de 1993, debido a la necesidad de incorporar en
los estudiantes, conocimientos básicos, hábitos y habilidades inherentes a la
profesión, de manera que les permita dirigir el proceso pedagógico de una
manera más efectiva. Es a partir de 1995/96
que se reconocen sus potencialidades para desarrollar la educación
ambiental, en el contexto de la Enseñanza Técnica y Profesional.
A
la Sanidad Vegetal, le ha correspondido desempeñar un papel determinante en la
educación para la conservación de la biodiversidad y para ello, es necesario
efectuar transformaciones en el proceso de enseñanza aprendizaje, por lo que
resulta fundamental que este se oriente de forma tal que permita la preparación
de un profesional competente, en correspondencia con las exigencias sociales
actuales.
Tal
situación hace que con el desarrollo de las asignaturas de la disciplina se
emprenda un trabajo metodológico, encaminado a lograr una mayor coherencia
entre: los objetivos formativos y su
derivación gradual por temas, el nexo entre los objetivos de la disciplina y
los objetivos por años y carrera, el análisis lógico de los contenidos, las
orientaciones metodológicas del programa, el estudio de la bibliografía
disponible y la elaboración de materiales básicos y auxiliares.
Para
dar respuesta a ello, resulta importante trabajar en cada clase la educación
para la conservación del medio ambiente y dentro de ella, la biodiversidad, en
correspondencia con las posibilidades que brinde el contenido de la misma y
lograr que cada estudiante sea partícipe y protagonista de cada una de las
acciones que se tomen; donde tengan que esforzarse constantemente en la búsqueda
de soluciones, con bases medioambientales.
Es importante tener en cuenta para el logro de los
objetivos de la educación ambiental, el nivel de conocimiento que va
adquiriendo el estudiante año tras año y los objetivos que se persiguen en los
mismos, así como: determinar qué puede aportar cada asignatura, y cómo
articularlo todo en un sistema.
Así en las asignaturas Microbiología Agrícola,
Zoología Agrícola y Fitopatología Agrícola, momento con el que comienza el
ciclo de la disciplina, donde se aborda el comportamiento de diferentes
procesos causados por los microorganismos, de interés para la agricultura, así
como los caracteres taxonómicos y su influencia para obtener producciones con
altos rendimientos, óptima calidad y bajos costos a partir de técnicas y
tecnologías específicas, se analiza la influencia de los factores físicos,
químicos y biológicos sobre el desarrollo de los microorganismos y las
relaciones de mutualismo, sinergia, simbiosis y antagonismos que utiliza el
hombre en la agricultura moderna y sustentable.
Se estudian los agentes causantes de enfermedades a
las plantas ( bacterias, algas, rickettsias, micoplasmas, actinomicetos,
hongos, virus) y los organismos biológicos que son capaces de regular o
controlar a sus poblaciones, a las cuales se hace imprescindible proteger.
La asignatura Entomología Agrícola, se ocupa de las
características de los patógenos y su forma de ataque; así como las medidas de
lucha contra las plagas que atacan los cultivos y granos almacenados,
considerando la correcta aplicación de las técnicas agrícolas, las condiciones
ambientales y las características socioeconómicas y culturales del entorno.
Además, se estudian todos los insectos que resultan ser beneficiosos al
controlar a las plagas de cultivo.
De esta forma, cada una de estas asignaturas, en su
campo, van aportando conocimientos y habilidades, que van conformando la
educación ambiental del los estudiantes. Ellas, haciendo uso de los tres
componentes: académico, laboral e investigativo, se ocupan de ir mostrando una
primera aproximación de cuáles son los principales enfoques medioambientales
dentro de la disciplina como: la producción de biopreparados para el control
biológico, las medidas para la protección y desarrollo de la fauna silvestre,
las medidas fitosanitarias, las medidas de protección e higiene del trabajo,
las medidas para la reducción de contaminantes y manejo de los desechos; así
como el manejo integrado de plagas.
En el transcurso de su carrera, los estudiantes
realizan actividades de investigación que los van acercando al problema de la
protección del medio ambiente y de la ética profesional, aspecto sobre el que
insistimos para la formación del futuro profesional, de forma que su actitud
parta de la necesidad de proteger al entorno.
Es de gran importancia, la asignatura Protección de
Plantas, que se imparte en el último año de la carrera, debido a que juega un
papel integrador de lo aprendido hasta el momento. Esta profundiza, organiza
los conceptos y conocimientos específicos, con lo que el estudiante adquiere
una sólida cultura profesional sobre la elaboración de planes de defensa contra
el ataque de plagas y enfermedades, partiendo de tácticas, en la que se proteja
al entorno y la biodiversidad. En este sentido resulta de alto valor el componente
laboral, las tareas integradoras y el trabajo científico estudiantil.
La actividad extracurricular, a la que se da
cumplimiento a través de las tareas planificadas en el proyecto educativo,
parcela agrícola, comunidad y trabajos investigativos, representa otro eslabón
importante dentro de todo este sistema.
En el sistema para la educación ambiental de los
estudiantes de Agronomía, se utilizan todos los elementos del proceso docente
educativo y se parte de la necesidad de que la disciplina y sus asignaturas
aporten un sistema de conocimientos y habilidades en torno a la educación
ambiental.
La convicción de la necesidad de proteger y conservar
el entorno, debe convertirse en una cualidad de la personalidad de nuestros
egresados, formadores del personal técnico-profesional, que jugará un papel
determinante en el desarrollo de nuestro país.
La disciplina Sanidad Agropecuaria incluye la
dimensión ambiental en sus tres componentes: académico, laboral e
investigativo.
·
Roque Molina, Martha.
Estrategia de Educación Ambiental para la formación de docentes en Cuba, 1992.
·
MINED. Modelo del profesional. Carrera Agronomía C. R. D. (Plan C).
Curso 2002-2003.
·
MINED. Modelo del profesional. Carrera Agronomía C. R. D. (Plan C).
(
Modificado Curso 2003-2004)
·
Programa de la disciplina Sanidad Vegetal. 1985.
· Roque Molina, Martha. La Educación Ambiental en el Contexto Cubano. Conferencia Magistral. En Memorias del I Congreso de Educación Ambiental en el marco de la I Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo. UNESCO-CIGEA La Habana. 1998. P, p 41 y 42.