Algunas consideraciones acerca del aprendizaje inicial de
la escritura.
Autores: MSc. Joel Ramírez Ramos
Lic. Fernando Guerrero Carralero
El artículo expone consideraciones generales de la
enseñanza de la escritura durante su aprendizaje inicial. En este sentido se
revelan los elementos esenciales de la técnica o nivel sensomotor de esta
materia, lo que constituye objetivo básico de la fase inicial o etapa de
adquisición de la escritura en primer grado. Los autores refuerzan la idea de
dirigir este aprendizaje de tal manera que los escolares menores dominen
suficientemente este nivel antes de ocuparse de la escritura como instrumento
para la producción de significados.
ABSTRACT
The article
states general considerations about the teaching of writing during its initial
learning. In this sense the moin elemens of theis technique or kinesthetic
level are revealed wihich make up the basic goal of the initial phase or
adquisition stage of the reading-writing skill in first grade.The authors
emphazise the idea of leading learning in such a way that learnors get a full
conmand of this level before they get involved in writings as a tool for
conveying meaning.
El aprendizaje de la escritura,
cuya fase de preparación o entrenamiento previo comienza desde la enseñanza
preescolar, constituye uno de los propósitos básicos del nivel primario.
Durante el primer grado se
pretende que el niño/a adquiera las destrezas necesarias para el dominio de la
técnica o nivel sensomotor, es decir,
el logro de claridad y precisión en la realización de los esquemas
gráficos correspondientes, teniendo en cuenta las normas para el uso de la
letra cursiva, que permiten la legibilidad del texto manuscrito, y también
inicie su utilización como recurso para la expresión de significados.
La técnica o nivel sensomotor de
la escritura implica el dominio de diferentes acciones y operaciones que
garantizan la ejecución de los esquemas gráficos o letras, en correspondencia con
el modelo y sus normas que establecen nuestros planes y programas de estudio.
Según la psicóloga rusa L. S.
Tviétkova, el nivel sensomotor o técnica de la escritura incluye las
siguientes operaciones:
☺ Análisis sonoro.
☺Selección de la grafía correspondiente.
☺Codificación de la imagen visual de la grafía
en el correspondiente esquema.
Para ejecutar la primera operación es necesario el
desarrollo del oído fonemático, que
consiste en la capacidad de percibir auditivamente los sonidos del lenguaje,
diferenciarlos en las palabras como unidades diferenciales ideativas, o lo que
es lo mismo, el poder reflejar las particularidades principales de los fonemas
y sus variantes.
Se ha podido determinar que la segunda operación es
vencida con relativa facilidad por los niños/as, y que sólo presentan
dificultades ante los casos de grafemas parecidos en la forma o que se
diferencian únicamente en la organización espacial, como d, b, a, o, etc.
Estas operaciones se realizan
como un proceso simultáneo, sobre todo, cuando el individuo ha alcanzado un
suficiente grado de automatización a partir de la ejercitación sistemática de
cada una.
Junto a estas operaciones deben
tenerse en cuenta otros elementos que obligan al dominio por el escolar de
diversas acciones para el logro de este nivel.
El trazado de la letra cursiva Palmer, adoptado en nuestro país con algunas modificaciones del original, debe realizarlo el niño/a con la debida precisión o exactitud y sin la interrupción del trazado. Por tanto, este necesita aprender los rasgos que forman el contorno de cada grafema, los tipos o formas en que se unen durante la escritura de las palabras y sus variaciones (enlaces), y los movimientos musculares que requiere el trazado de estas.
La ejecución de estos
movimientos depende de la naturaleza de
cada grafía con respecto a su forma general original por los rasgos
básicos que las construyen. Esto provoca cambios constantes en la
dirección del movimiento.
Otro
elemento significativo que garantiza la claridad y legibilidad de la letra es
la postura que exige el acto de la escritura. En virtud del dominio que el
niño/a alcance de sus normas básicas se asegurará corrección de lo que escribe
desde el punto de vista caligráfico.
Para la práctica de la postura
correcta deben considerarse los principios de la higiene escolar referidos a la
posición del cuerpo en el puesto de trabajo y del mobiliario escolar óptimo.
Estos principios recomiendan que:
☺ exista un espacio libre
entre la parte posterior de la pierna y la parte delantera del mueble,
☺ el asiento no presione
los músculos anteriores,
☺ los codos queden a nivel
o ligeramente por debajo de la superficie de trabajo,
☺ la espalda esté en contacto con el asiento desde la región subescapular hasta la zona lumbar,
☺ la altura de la
superficie de trabajo le permita al alumno/a escribir sin necesidad de
encorvarse o levantar los brazos forzadamente,
☺ el mueble posibilite cuatro puntos de apoyo:
la espalda, los glúteos y músculos, los pies y los antebrazos.
Desde el punto de vista didáctico, la
enseñanza-aprendizaje de la escritura debe organizarse bajo un orden
determinado. Se recomienda el siguiente:
q
Práctica de las normas
posturales.
q
Ejercicios preparatorios
para el desarrollo de las habilidades básicas.
q
Ejercicios de
construcción textual.
El ordenamiento que se propone responde a
determinados principios:
q
La sistematización de
las actividades que realizará el escolar, a fin de propiciar la formación y
desarrollo progresivo de las habilidades y hábitos.
q
El orden gradual y
ascendente de los ejercicios, teniendo como premisa la práctica de las normas
posturales, puesto que constituye un elemento que condiciona la calidad de los
manuscritos.
q
La diversidad de
ejercicios para la instauración y fijación de la técnica, y posibilitar con
ello su automatización para operar con el nivel semántico.
Las normas posturales que debe adquirir el niño/a
como condición previa para el dominio del nivel sensomotor de la escritura,
exigen lo siguiente:
q
Posición del cuerpo.
El cuerpo se sitúa frente a la mesa, en posición
cómoda y descansada, ligeramente inclinado hacia delante,y debe ocupar toda la
superficie de la silla, sin tocar el borde de la mesa. Los pies se unen y colocan
delante, debajo de la mesa o encima del soporte de esta. Debe evitarse la
rigidez al adoptar esta posición porque ello impide el libre movimiento y el
dominio de los músculos. Los brazos se colocan a ambos lados del cuerpo, sin
tensión muscular.
El brazo con que se escribe descansa sobre la mesa,
de manera natural y cómoda, y se apoya en su parte más ancha, cerca del codo.
Si el niño/a es delgado el codo se
coloca aproximadamente a 25 centímetros
del borde de la masa para que no se le lastime.
Una forma para comprobar la posición correcta del
brazo sobre la mesa consiste en levantarlo y dejarlo caer con su propio peso.
Si está debidamente situado, permanece en el mismo punto donde cayó. Si se
dirige hacia un lado es porque el hombro se encuentra levantado, y el niño/a
debe echarse hacia atrás. Si se desplaza más adentro sobre la mesa es necesario
inclinar un poco el cuerpo hacia delante.
El antebrazo contrario descansa sobre la mesa de tal
manera que el cuerpo se mantenga recto, y la mano queda libre para deslizar
fácilmente el material de escritura.
Al escribir, el puño y el borde de la mano
permanecen alejados de la superficie del papel, apoyados sólo en dos puntos: el
músculo del antebrazo, cerca del codo, y los dedos meñique y anular, que
permiten trasladar la mano sobre el papel, de acuerdo con los diversos
movimientos para realizar el trazado.
Estas normas
favorecen la fluidez del movimiento, lo que permite mayor rapidez y evita que
el niño/a presione el lápiz o bolígrafo sobre el material en el que escribe.
q Forma de
tomar el lápiz o bolígrafo.
Los dedos toman el lápiz o bolígrafo doblados con
naturalidad, como si reposaran. El índice descansa sobre él a 25 centímetros de
su punta, aproximadamente, y el pulgar se apoya frente a la primera juntura del
índice. La forma de doblar los dedos
anular y meñique depende de su largo. Pueden descansar sobre sus bordes
o uñas siempre que logren una posición cómoda y sirvan como punto de apoyo para
deslizar la mano.
El largo de los dedos y la forma de la mano determinan
la posición más conveniente en cada caso.
q Colocación
del material de escritura.
El material se coloca sobre la mesa inclinado
ligeramente, de tal forma que la esquina inferior de adentro de la hoja señale
hacia el centro del pecho. Con ello se logra la inclinación establecida de la
letra y el deslizamiento de la mano con que se escribe.
Si
se observan rigurosamente estos requerimientos se contribuye no sólo a que el
niño/a adopte la postura conveniente en el puesto de trabajo, sino también a
evitar trastornos que alteran el funcionamiento del organismo.
Para
favorecer la adopción de la postura descrita es conveniente introducir una
modificación en la mesa de los escolares, y lograr la inclinación de esta, de
acuerdo con la estatura del niño/a. Esta condición esta avalada por los
principios de la higiene escolar y de la ergonomía general. También se apoya o
sustenta en el principio del paralelismo. Según este principio, cuando una
persona lee, sentado o de pie, coloca el material de lectura en posición
paralela a su rostro; de este modo la línea imaginaria que va de los ojos al
escrito queda perpendicular al plano de la lectura, y el punto de coincidencia
tiende a ser entonces la línea o renglón objeto de lectura.
De acuerdo con lo anterior,
cuando la persona escribe también desplaza hacia arriba el material, haciéndolo
resbalar sobre la superficie del mueble, para mantener la distancia debida,
puesto que lee lo que plasma gráficamente, como forma de autocontrol.
Con esta modificación de la mesa, se ha confirmado que los
escolares sienten mayor comodidad, no sólo al escribir, sino también al leer.
Por otra parte, disminuyen las posibilidades de fatigarse con más frecuencia,
por lo que el tiempo de trabajo será más prolongado.
Las normas posturales deben
ejercitarse desde el grado preescolar, como condición previa para el desarrollo
del programa de preescritura. De este modo se asegura la formación y desarrollo
de las habilidades y hábitos correspondientes.
Para la automatización de la
postura correcta que exige el acto de la escritura, es recomendable la
ejecución de diversos ejercicios que adiestren suficientemente al escolar.
Estos ejercicios motores deben realizarse primeramente sin trazado hasta que
los niños/as evidencien su interiorización. Se proponen los siguientes:
q
Ejercicios de simulación de escritura.
q
Ejercicios para contornear rasgos básicos (
con modelo).
q
Ejercicios para el rellenado de superficies
entre límites dados.
La práctica sistemática de
ejercicios variados y suficientes conduce al dominio del nivel sensomotor o
técnica de la escritura, la cual asegura que al operar con el nivel semántico,
los niños/as conserven las cualidades básicas que caracterizan la letra cursiva
utilizada en los manuscritos: armonía, belleza y legibilidad.
La instauración de las normas
posturales constituye un elemento precedente necesario del acto de la
escritura, puesto que determina la calidad de esta. La ejercitación sistemática
de sus requerimientos antes de iniciar el proceso de aprendizaje y previamente
a cada ejercicio, posibilita su fijación y dominio.
Como se aprecia, reducir el aprendizaje de la escritura en la fase inicial al trazado y enlace de letras, sílabas y palabras conduce a insuficiencias en el dominio y aplicación de los procesos sensoperceptuales que constituyen el componente esencial de la enseñanza de esta materia, al que debe dirigirse el trabajo del maestro/a en este periodo escolar.
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Habana:Editorial Pueblo y Educación, 1984_547 p.