Propuesta de conceptualización de las personas sordas e hipoacúsicas en
el contexto pedagógico.
Autores: Lic. Kenia Noguera Núñez
Dra. C: Elsie Pérez Serrano
Dr. C: Miguel Zaldivar Carrillo
miguelerasmo1966@isphlg.rimed.cu
Resumen:
En el presente
artículo se analizan definiciones que durante mucho tiempo han servido para
nombrar o diferenciar a las personas con pérdidas en la capacidad auditiva.
Esto demostró la necesidad de una propuesta que cambie la conceptualización desde la óptica pedagógica que
refleje las verdaderas necesidades que demandan estas personas.
Las
terminologías tradicionalmente
utilizadas como sordera: hipoacusia, deficiencia auditiva, no satisfacen estas necesidades, por constituir términos segregacionistas y diferenciadores con respecto a las demás personas. Por lo
que en este trabajo se brinda una nueva conceptualización que permite que el
sistema de educación nacional alcance
una educación de calidad para todos por igual. Se dirige
fundamentalmente a educadores de los diferentes centros educacionales.
Abstract :
In this article there an analysis of definitions that has
been used for a long time to call the people
with lost in earring capacities . This show the need of change the
definitions since the training teacher knolodge that provide the real
needless that ask this persons.
The definitions that
has been used as a tradition as deaf, hipoacustic, earning deficient, do not
support the needless of this persons, because do not integrated them.
In this way , this work give a new definition
that provide to the national education take up a highest level of education for
all. It is line to the educationals institutions for this persons.
Desde la era precristiana el hombre ha
recorrido un largo y tortuoso camino para conocer acerca de los problemas
sociales que implica la sordera. Muchos criterios se emplearon para nombrarlos
o diferenciarlos, e incluso se comparaban con los tonto, así “El código
Justiniano(siglo VI) clasificaba a los sordos y mudos como mentalmente
incompetentes y los rabinos del Talmud agrupaban a los sordos junto con los
tontos y los niños(siglo II a.C.)”. (Paparella, M. Otorrinolaringología T-2 p.
1265.
En esta época, el niño que
desarrollaba su lenguaje y vocabulario antes de ser instalada la sordera, era
considerado hipoacúsico, aunque él no
escuchaba las notas puras del lenguaje, cualquiera que fuese su intensidad. Se
alegaba que las diferencias que se establecían con el sordo congénito,
radicaban en que su lenguaje era relativamente “natural” o “normal”.
Disímiles términos fueron empleados, los que
no sólo sugerían factores fisiológicos, sobre la comunicación educativa, sino
también, gradaciones del nivel de la audición y del momento de su comienzo,
como fueron, sordomudo, mudo, sordo y mudo, sordo parcial, semisordo, semimudo,
ensordecido, audimudos, sordastros, tartamudos, defectuosos de pronunciación,
entre otros.
Cabría preguntarse ¿qué se entiende por
sordera, hipoacusia, trastorno auditivo y discapacidad?
Según Herrera C. “la sordera es la pérdida
total de la audición o tal grado de disminución auditiva, que impida la
comunicación verbal con ayuda del oído a aquellas personas que dominan el
lenguaje oral en el momento de la pérdida auditiva”, mientras que “la
hipoacusia es la pérdida parcial de la audición que dificulta el desarrollo del
lenguaje oral y su pleno dominio”. (Herrera C. 1992, p 10)
Una comisión especial de la
conferencia de directores de Escuelas Norteamericanas para sordos, acordó que
sordo es “aquel que tiene un trastorno auditivo importante, que no puede
procesar información lingüística por medio de la audición, utilice audífono o
no”. ¿En el caso de la hipoacusia? “Es un individuo, que por lo general merced
al uso de un audífono, posee suficiente audición residual como para poder
procesar bien la información lingüística por medio de la audición”.(Paparella
M. Otorrinolaringología T-II p.1266)
En el análisis de las
terminologías antes mencionadas, se alude a la conceptualización de trastorno
auditivo, que se tuvo en cuenta para enunciar el mismo, concluyéndose que “es
un término genérico que indica una incapacitación que puede variar desde leve
hasta profunda; comprende los subgrupos sordos e hipoacúsicos”. ( Herrera C ,
Pág. 10)
Al interpretar estas definiciones
surge la interrogante siguiente ¿es un sordo o un hipoacúsico, una persona discapacitada?.
En la Conferencia preparatoria del
programa de atención a los discapacitados y desarrollo genético, efectuada en
el mes de Noviembre del 2002 en la ciudad de Holguín, Cuba, se planteó que “discapacidad es toda la limitación grave
para realizar las actividades que tengan una persona siempre que su duración
total sea superior a un año”.
¿Querrá decir, que esta limitación grave por extenderse durante
un tiempo extremadamente largo limitará la comunicación, el aprendizaje, las
motivaciones, los intereses de los niños deficientes auditivos?.
Por supuesto que no, estos niños
viven, crecen, se desarrollan, se integran y aman igual que un niño con
capacidad auditiva normal. ¿Por qué entonces llamarlos discapacitados?
Otro término que ha
revolucionado la educación, en
particular la pedagogía especial, es el de las Necesidades Educativas
Especiales (NEE. Cambio conceptual establecido actualmente para la educación
especial, que incluye a todos los educandos que por diversas causas presentan
alguna dificultad para escalar nuevos estadios de desarrollo (López Machín,
R.2002.
En él se incluye, no sólo a
aquellos niños con afectación del
funcionamiento de uno o varios analizadores, sino también, a los niños con
dificultades para aprender por cualquier causa, incluyendo la sobre dotación y el alto rendimiento escolar, pues todos
necesitan de una respuesta pedagógica especial.
Como se puede apreciar la
terminología empleada: sordo, hipoacusia, trastorno auditivo y discapacidad,
centran su atención en el defecto, o sea en la causa clínica o el trastorno que
se relaciona con las dificultades para aprender. En cuanto a la terminología
Necesidades Educativas Especiales,
promueve la evolución de los niños, describiendo a partir de una
detallada caracterización, sus dificultades y por qué se producen. Se describen
además sus potencialidades para elaborar una estrategia educativa a
desarrollar.
Otros términos son empleados en el proceso pedagógico (aunque no
aparecen registrados en la literatura especializada), ellos son: niños con necesidades educativas
especiales sensoriales, niños con necesidades educativas especiales por
sordera.
Para adoptar una posición respecto al empleo de una terminología, es
pertinente analizar elementos relacionados con la comunicación. Ya que “el niño
sordomudo, aparentemente apartado del mundo, separado de todas las relaciones
sociales, encontramos no la reducción sino el aumento del instinto social, de
la voluntad para la vida social y del ansia de comunicación ”.( VYGOTSKY L. S. 1989, p. 33)
Teniendo en cuenta que para estos
educandos es de vital importancia la comunicación
en su desarrollo, se realizará el análisis de este concepto según
diferentes autores (Tomado de Chernousova.L. 2003, p 20):
Ø
González R, F.(1985) expresa que la comunicación es
un proceso esencial de toda la actividad humana, ya que se basa en la calidad
de los sistemas interactivos en que el sujeto se desempeña y además tiene un
papel fundamental en la atmósfera psicológica de todo grupo humano.
Ø
Figueredo E.
E. (1986) plantea que en “el proceso comunicativo el niño entra en contacto con
lo que lo rodea, se relaciona con el mundo circundante, asimila nuevos
conocimientos, se forma su pensamiento, de ahí que la primera función del
lenguaje sea social”.
Ø
Para Lomov B.
F(1989), la comunicación es la interacción de las personas que entran en ella
como sujeto(...). En ella se lleva a cabo un intercambio de actividades,
presentaciones, ideas, orientaciones, intereses, se desarrolla y manifiesta el
sistema de relaciones sujeto-objeto, necesitándose como mínimo para su realización,
dos personas, cada una de las cuales actúa como sujeto.
Ø
Para Maldonado A., Sebastián M. E y Soto (1999)
consideran que la comunicación es un proceso donde un sistema transmite
información a otro sistema que es capaz de recibirlo.
Ø
Según (Chomsky, 1999) es un proceso mediante el cual
un sistema transmite información a otro sistema que es capaz de recibirla.
De estas definiciones de desprende
que independientemente de la forma y los medios empleados, la comunicación es
un proceso de interacción que comprende los elementos siguientes (Figura 1):
v
Emisor,
v
Contenido,
v
Canal,
v
Receptor,
v
Efecto.
Este proceso de comunicación entre
las personas con pérdida auditiva, ocurre de la siguiente forma:
Figura 1.
(Contenido del mensaje)
Teniendo en cuenta estos elementos
sobre comunicación, se abordará la
conceptualización
pedagógica para las niñas y los
niños con deficiencia auditiva. Una
comisión multidisciplinaria dirigida
por Warnock M. (1974) valoró cuan agresivos constituyen los términos que se empleaban para denominar las personas
privadas de una capacidad o de un analizador.
Según el Informe Warnock (1978)
los niños con Necesidades Educativas Especiales requieren de tres exigencias:
Ø
Dotación de medios especiales de acceso al
currículo mediante equipamiento o de
recursos especiales, la modificación del medio físico o técnicas de enseñanza especializadas.
Ø
Dotación de un currículo especial o adaptado.
Ø
Necesidad de una particular atención a la estructura social y al clima emocional en
los que tiene lugar la educación.
En esta reunión, se
acordó que a escala internacional se debían humanizar los términos o conceptos
manejados a través de la historia, vinculando los mismos al
proceso educativo y no tomando como base el defecto.
En 1994 se efectúa en Salamanca la Conferencia Mundial sobre Necesidades
Educativas Especiales: acceso y calidad, en la cual se realiza un análisis
minucioso sobre los retos que enfrenta la educación mundial. Se trata de conseguir una educación de calidad para todos, una escuela en la que se garantice el desarrollo integral de todos los alumnos,
incluyendo las niñas y niños con necesidades educativas especiales, teniendo en cuenta sus características personales y los de su
entorno cultural.
Considerando estos nuevos postulados, las diferentes especializaciones
que conforman la educación especial,
han dado pasos importantes para abordar, desde un enfoque netamente pedagógico, las dificultades para aprender
de estas personas. En relación con ello, surge la necesidad de emplear una
denominación que responda a las necesidades
de estos estudiantes, sin obviar los aspectos clínicos que subyacen en
la base de sus necesidades y potencialidades.
Para los pedagogos resulta más
importante no el déficit, sino las potencialidades de desarrollo que cada persona posee. Si embargo, es oportuno
tener en cuenta el defecto primario, que en este caso es la pérdida o deterioro
de la audición, los residuales aprovechables que posee y el grado de afectación
de la comunicación con sus semejantes. Se tiene que analizar no solo este contexto de comunicación, sino aquel en que se establece con la comunidad oyente, que
es en definitiva a la cual se integrará en etapas posteriores.
Si se analizan las terminologías tradicionalmente utilizadas para denominar a las personas con
pérdidas total o parcial de la capacidad auditiva hay que significar, que tanto
para unos como para otros, las respuestas educativas son diferentes tanto en
los métodos a utilizar como en los objetivos que debe emplear el educador. De
ahí, que la denominación que se utilice en la práctica educativa debe ir dirigida hacia el
diagnóstico diferencial que permita establecer las respuestas pedagógicas para
lograr un accionar educativo dirigido fundamentalmente a la compensación
auditiva y el entrenamiento acústicos de los restos conservados.
Después de analizar estas
definiciones se ha considerado que
el término actual, para denominar los niños con una pérdida parcial o
total de la audición, no responde a las
verdaderas necesidades pedagógicas y psicológicas que demandan. La
principal necesidad que ellos tienen se encuentra en la comunicación entre si,
con sus maestros y con la comunidad en la que se desarrollan. De igual forma,
deben aprender a utilizar convenientemente
el residual auditivo que poseen. Precisamente estas limitaciones en la
comunicación son las que originan sus dificultades para aprender, o sea la
inadecuación de la respuesta pedagógica a ellas. Esto produciría un déficit de
experiencias y de transmisión de información al niño que puede retrasarlo en
aspectos importantes de su desarrollo.
Se considera que estos educandos, más que tener una necesidad auditiva, tienen la necesidad
de que se empleen medios adecuados para comunicarse y entrenar sus restos auditivos de manera que les
permita desarrollar sus habilidades comunicativas y un mejor aprendizaje, en este trabajo se hace una propuesta de denominación en los siguientes términos: Necesidades Educativas Especiales comunicativas (NEEC).
Las personas con NEEC son todas
aquellas que por el grado de pérdida
auditiva presentan limitaciones en la estructuración y funcionamiento de las diferentes dimensiones de la competencia
comunicativa.
Dentro de estas necesidades se incluye un primer grupo: Necesidades Educativas Especiales en
Entrenamiento Auditivo: aquellos
niños que el grado de pérdida auditiva le permite discriminar acústicamente
sonidos fuerte y necesitan de un
entrenamiento auditivo a través de la percepción de sonidos del lenguaje oral.
¿Cómo ubicar un subgrupo que
incluya a las personas con pérdidas significativas en la capacidad auditiva?
Para dar respuesta a esta interrogante el análisis se dirige hacia la
Lingüística y en particular al término código lingüístico. Este término fue
introducido recientemente en la lingüística
y es considerado sinónimo de
sistema de signos. (Temas lingüístico, Pág. 14)
Según Voinova A.(1989): Los signos lingüísticos se relacionan con los
actos de comprensión e interpretación semántica de los signos en el proceso de
comunicación. (Pág. 25)
Muchas formas han servido para definir los códigos lingüísticos:
Los códigos lingüísticos poseen
determinados rasgos que al analizarlos
se interrelacionan con los diferentes métodos
comunicativos utilizados por las personas con las NEE anteriormente analizadas, los que a
continuación serán enunciados:
1.
Deben ser percibidos por los sentidos humanos(carácter material.)
2.
Carácter arbitrario.
3.
Aprobación de la colectividad que los utiliza
(función social)(El método bilingüe se
encuentra aprobada por la Asociación
Nacional de Sordos de Cuba-ANSOC)
4.
Obligatoriedad del signo en relación con el sistema
del cual forma parte. (El método bilingüe se utiliza en todas las instituciones educacionales donde son educadas las
personas con estas necesidades educativas, de igual forma se utilizada en todas
las actividades tanto de la ANSOC como en aquellas en que este presente una persona con determinada pérdida en la capacidad
auditiva y que requiere de un intérprete en lengua de señas para poder recibir
información así como transmitirla.
Para las personas
con pérdida total en la
capacidad auditiva el desarrollo en
códigos lingüísticos les permitirán
comunicar y pensar, oral o manual, de ahí, la importancia de desarrollar a través de la palabra los códigos lingüísticos, respetando siempre su identidad y su forma de comunicación.
Por lo cual se considera pertinente analizar la
conceptualización que abarca a
este subgrupo anteriormente
explicado: Necesidades Educativas
Especiales en Códigos Lingüísticos (NEE CL)
NEE CL: Aquella persona que teniendo en cuenta el grado de pérdida de la capacidad auditiva necesitan de códigos lingüísticos que les
permitan comunicar y pensar ya sea oral o manual.
Las Necesidades Educativas Especiales Comunicativas, se
establecen, tanto para las personas con pérdida total como parcial en la capacidad auditiva. Se conceptualizan
los primeros como Necesidades Educativas Especiales en Códigos Lingüísticos y
los segundos como Necesidades Educativas Especiales en Entrenamiento Auditivo.
En ambos casos estas necesidades
requieren tres exigencias:
1.
Recursos especiales.
2.
Currículo adaptado.
3.
Atención a la estructura social y al clima emocional.
En las Necesidades Educativas
Especiales en Códigos Lingüístico, mediante el bilingüismo, se le desarrollaran
y/o compensarán los componentes léxico, fónico
y gramatical y en las
Necesidades Educativas Especiales en
Entrenamiento Auditivo utilizaría el lenguaje oral para la
percepción acústica de los sonidos del
lenguaje hablado y el desarrollo del componente fónico ( voz, respiración, pronunciación).
En ambas necesidades se cumplirán
los objetivos siguientes:
1.
Desarrollo de la comunicación y el pensamiento.
2.
Adecuación de respuestas pedagógicas en función del
diagnóstico.
3.
Intervención temprana en la educación acústica
y lingüística.
4.
Experiencias socio emocional con la comunidad en que
se desarrolla.
5.
Desarrollo de su personalidad.
Con el conocimiento y el accionar
de los educadores estas personas pueden lograr una integración educativa
eficiente, con la utilización idónea de recursos auditivos, mejoradas las
condiciones acústicas del entorno, que permiten llegar la información
pertinente, así como el uso de adecuados
métodos sensoperceptuales como canal de comunicación, en el caso de perdidas profundas. (Fig. 2)
Figura 2.
Necesidades educativas especiales
comunicativas.
Integración educativa eficiente.
Como se aprecia, la terminología propuesta deja de tener en su centro
los conceptos clínicos que refuercen el defecto, para convertirse en términos
que ocupan a la pedagogía actual. Se describe
el tipo de recursos que demandan estos niños y que desencadena un sistema de estrategias que de solución a sus necesidades y permita contribuir al alcance de los objetivos trazados por el
sistema educativo nacional: lograr una educación cada vez superior.
·
Resulta imprescindible adentrarnos en una etapa de reconceptualización de los conceptos
con los que hemos enfrentado el estudio de los niños con necesidades educativas
especiales en general y los sordos en particular, dado que recurrimos, con
bastante frecuencia, en posiciones excluyentes y discriminatorias, originadas
por la falta de sensibilidad, encarnada en las anteriores denominaciones.
·
Se proponen los conceptos de: Necesidades Educativas Especiales
Comunicativas, Necesidades Educativas
Especiales en códigos lingüísticos
y Necesidades Educativas Especiales en
Entrenamiento Auditivo, dependiendo de
los tipos y grados de pérdida auditiva.
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