La taxonomía de los trastornos en la comunicación y su importancia para
la atención logopédica.
Resumen:
En el artículo se reflexiona sobre la
diversidad de clasificaciones existentes acerca de los trastornos en la
comunicación. Se exponen algunas de las utilizadas en la práctica logopédica
cubana y se analiza la necesidad de su renovación a partir de los cambios en la
atención a estas personas. El artículo está dirigido a todos los
especialistas que se encargan de la educación de los niños/as con trastornos en
la comunicación.
Abstract:
In this article the author give reflections about the classifications of
diversity that cover the communication diseases. It is given some of the
classifications that has been used in the Cubans speech practice. It is guide
to the all specialists that has the work to educate the children with
communication diseases.
Los trastornos en la comunicación constituyen un amplio y
diverso grupo, cuyas manifestaciones dependen de las causas y estructuras
afectadas en el mecanismo que les origina. Ello determina que los criterios
para su análisis sean variados y explica la diversidad de clasificaciones
existentes.
El análisis de los trastornos en la comunicación se realiza
básicamente desde la perspectiva clínica,
o sea su etiología y sintomatología; o desde la perspectiva lingüística,
relacionada con el estudio de los componentes del lenguaje. Sin embargo en el
contexto del proceso pedagógico, son valiosos otros criterios para estructurar
los niveles de prevención de estos trastornos: evitar su aparición,
diagnosticarles y ofrecerles atención.
Siendo la perspectiva pedagógica la menos abordada en la literatura
especializada.
La perspectiva lingüística implica un acercamiento mayor que
la clínica pero no es suficiente. Según este criterio la base de la forma del
trastorno radica en las regularidades en la afectación de la actividad verbal,
en vínculo con los métodos empleados para el desarrollo de la función
comunicativa. Este análisis desde la perspectiva pedagógica implicaría además,
el estudio de las dimensiones de la competencia comunicativa, lo que aún no es
consciente por los logopedas y educadores.
Para comprender la relación existente entre la variedad de
conceptos utilizados al identificar los trastornos en la comunicación, empleados en la teoría y la práctica
logopédica, resulta necesario precisar los dos enfoques básicos en el estudio
de estos trastornos, según los postulados del paradigma histórico cultural.
El principio
del enfoque de la actividad y
su aplicación en el proceso de la comunicación es importante para realizar el
análisis de los trastornos del lenguaje, su etiología y sobre todo para
determinar las vías de su rehabilitación y corrección. (Volkova L.S., 1989)
El principio del
enfoque sistémico se basa en la
formación e interrelación sistémica de los diferentes componentes del lenguaje:
el fónico, con su aspecto articulatorio y
los procesos fonemáticos, así como
los componentes léxico y gramatical. (Volkova L.S., 1989)
La comprensión de estos enfoques
permite sistematizar la variedad de
conceptos utilizados por los especialistas de diferentes países, para el
diagnóstico de los trastornos en la comunicación. En estos trastornos se afectan
de modo diferente los componentes de la actividad verbal y por tanto en la
intervención se requiere de recursos diferentes.
En el estudio de la bibliografía consultada, se evidencia
que un grupo de investigadores
coinciden en la importancia de estos tres componentes para el diagnóstico de
los trastornos en la comunicación. Autores soviéticos como Volkova. L.S. (1989)
y cubanos como Figueredo Escobar. E. (1986) utiliza el mismo término “tres
componentes del lenguaje”: fónico, léxico y gramatical, entendiéndolos como:
Fónico: se refiere al desarrollo
de la pronunciación de los sonidos
verbales y los procesos implicados en ella, teniendo lugar cuando se afectan,
los trastornos fonéticos y fonemáticos.
Léxico: se
refiere al desarrollo del vocabulario activo y pasivo, tanto en la cantidad de palabras
que se domina como la complejidad de ellas, su afectación se refleja en las
insuficiencias generales del lenguaje.
Gramatical: se refiere al desarrollo de los elementos sintácticos del lenguaje, en dependencia de
lo cual los agramatismos presentes hacen más complejo el trastorno al incidir
en todo el sistema de la lengua.
Autores como Gisbert Alós J., (1980) al referirse a estos
términos los denomina como “tres niveles del lenguaje”: léxico, estructural y
articulatorio que caracteriza como:
Léxico: este nivel indica el punto de partida del lenguaje del niño
y comprende dificultades al nivel de simbolización, memorización y relación con
el ambiente, plantea además, la relación entre el bajo nivel cultural y la
pobreza léxica.
Estructural: es el más orientador pues una mala estructuración
lingüística señala un grave déficit
mental, profundos problemas al nivel receptivo (sordera, disfasia, psicopatía)
o al expresivo (anartria y algunas disartrias).
Articulatorio:
es el menos significativo ya que
una inmadurez articulatoria puede persistir hasta edades avanzadas, con
normalidad en todos los demás aspectos. Los trastornos de este nivel ocurren
cuando no hay causas detectables aferentes, centrales o eferentes. También por
una dishabilidad genética o familiar, limitada a la adquisición de los patrones
articulatorios, dentro de este nivel el autor ubica las dislalias funcionales o
dinámicas.
Los niveles o componentes del lenguaje, de manera directa o
indirecta constituye uno de los elementos que sustenta las diferentes
clasificaciones sobre los trastornos en el lenguaje. Sin embargo el cambio
conceptual que se deriva de las tendencias más recientes, para comprender los
trastornos en el lenguaje desde una perspectiva más amplia, como trastornos en la
comunicación, el análisis de dichos componentes resulta insuficiente.
Ello es incongruente
con las clasificaciones existentes, pues se refieren solamente a los
trastornos en el lenguaje. Intentos por
superar esta limitante se observan en la última versión de la clasificación de
Levina R.E. (1989), que no se refiere
solamente a los trastornos del lenguaje, sino que les organiza teniendo en
cuenta la comunicación en general.
La complejidad de las clasificaciones sobre los trastornos
del lenguaje se determina por diferentes elementos, entre los que se
encuentran, el estudio insuficiente del mecanismo del lenguaje y los diferentes
puntos de vista de los investigadores, representados en los principios que
sustentan cada clasificación. Ningún autor puede por consiguiente, organizar la
clasificación sobre la base de un solo principio. Como consecuencia son
variados los conceptos para nombrar los tipos y formas de trastornos en el
lenguaje, y un mismo trastorno se denomina con diferentes términos. A continuación se exponen algunas de las clasificaciones utilizadas en la práctica
logopédica cubana.
Clasificación
médica (Cabanas R. 1960):
I.
Trastornos del ritmo:
tartamudez y tartaleo.
II.
Trastornos de la
articulación: dislalia orgánica, dislalia funcional y disartria.
III.
Trastornos de
simbolización: afasia, disfasia (motriz y sensorial), otros trastornos.
IV.
Trastornos de
vocalización y fonación: afonías, disfonías orgánicas y funcionales.
Clasificación
de Perelló J. (1973):
I.
Desordenes del
lenguaje: afasia, disgrafia, sordera, oligofrenia.
II.
Desordenes de la
articulación: anartria, apraxias articulatorias, dislalia, anomalías
estructurales.
III.
Desordenes de la
pronunciación: tartamudez, farfulleo, titubeos.
IV.
Desordenes de la voz:
afonías.
Clasificación
de Azcoaga J. (1981):
I.
Trastornos del
lenguaje infantil de causa auditiva: sordera e hipoacusia.
II.
Trastornos del
lenguaje infantil de origen neurológico: dislalia, disartria, anartria, afasia.
III.
Trastornos del
lenguaje infantil del proceso de aprendizaje: dislalia, tartamudez.
IV.
Trastornos del
lenguaje de causa psíquica: retraso mental,
neurosis, retrasos iniciales y del desarrollo, mutismo, dislalias
psicógenas, alteraciones de la voz, tartamudez y esquizofrenia.
V.
Trastornos del aprendizaje escolar relacionados con
alteraciones del lenguaje:
Ø Disortografía.
Ø Dislexia de tipo afásica: anartrias y agnosias.
Ø Disgrafias de tipo: apráxicas, manuales, agnósicas y
anártricas.
Es evidente que en estas clasificaciones un elemento que les constituye
punto de partida, es la etiología que origina el trastorno, o sea, se tiene en
cuenta la causa y la sintomatología que de ello se deriva, siguiendo una
perspectiva clínica del problema. En la clasificación de Azcoaga se intenta rebasar esta concepción, reconociendo
la existencia de trastornos del lenguaje relacionados con dificultades en el
proceso de aprendizaje, lo que constituye una visión más amplia y real de los
trastornos que afectan la comunicación
de las personas.
Los criterios taxonómicos en los cuales se basan las clasificaciones de Levina
R.E. y Figueredo E.E., se aprecia la integración de otros criterios. Entre
ellos resalta, en la primera, el acercamiento de los trastornos del lenguaje a
trastornos de la comunicación y en la segunda, la evolución de dichos
trastornos que no constituyen entidades estáticas.
Clasificación
psicopedagógica (Levina R.E,1989):
I.
Trastornos de los
medios de comunicación:
Ø Déficit fonético aislado: dislalia por omisión y distorsión.
Ø Déficit fonético -
fonemático: Dislalia por sustitución, dislexias y disgrafias.
Ø Insuficiencia general en el desarrollo del lenguaje: alalia,
afasia, disartria y rinolalia.
II.
Trastorno de la
función comunicativa:
Ø Tartamudez.
Clasificación
dinámica (Figueredo E. E., 1986):
I.
Trastornos de
articulación:
1.
Dislalia: orgánica,
funcional, motriz, sensorial y sensomotriz.
2.
Disartria: del
desarrollo y adquirida.
II.
Trastornos de
fonación:
De generación:
1.
Afonía: orgánica y
funcional.
2.
Disfonía: orgánica y
funcional.
3.
Fonastenia.
4.
Voz laringectemizada.
5.
Trastornos
mutacionales.
De resonancia:
Rinofonía orgánica y funcional.
III.
Trastornos
fono-articulatorios:
Rinolalia: funcional, orgánica, abierta, cerrada y
mixta.
IV.
Trastornos del ritmo
y la velocidad:
V.
Insuficiencia general
en el desarrollo del lenguaje:
Estable:
Estable o
temporal:
VI.
Insuficiencia general
del lenguaje adquirido:
1.
Afasia motriz:
aferente y eferente.
2.
Afasia dinámica.
3.
Afasia sensorial:
acústica gnóstica y acústica mnéstica.
4.
Afasia óptica.
5.
Afasia semántica.
6.
Disartria.
VII. Trastornos
del lenguaje escrito:
1.
Disgrafias y
dislexias:
Ø Fonemáticas.
Ø Fonético-fonemáticas.
Ø Fonemático-fonéticas.
Ø Óptico-espaciales.
Ø Motrices.
En la práctica logopédica cubana se
utilizan fundamentalmente las clasificaciones médica, psicopedagógica y dinámica.
La primera en el ámbito de las instituciones de salud, en los servicios de
Logopedia y Foniatría y las dos últimas con vigencia en el ámbito educativo,
como servicio de apoyo logopédico. Con relación a la clasificación de Levina se
hizo posible su proyección pedagógica en el estudio de los trastornos de la
comunicación, una vez que permite ubicar los educandos con trastornos en el lenguaje en al proceso de
enseñanza-aprendizaje a partir del nivel de afectación en la comunicación y no
de la entidad que está en su base.
Como puede apreciarse el intento de agrupar los trastornos
en la comunicación constituye un problema no resuelto en la ciencia logopédica,
lo cual exige de futuros esfuerzos, por
la importancia metodológica que posee para la intervención pedagógica. Para
ello se necesitará de una visión multidisciplinaria de que permita realizar un
estudio multilateral e integral de los trastornos en la comunicación. Esta
problemática adquiere peculiaridades más complejas en el caso que las
necesidades educativas se derivan de trastornos severos en la comunicación o
estados cualitativamente complejos del desarrollo.
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