La proyección de la asertividad como valor social compartido. Una mirada desde la Axiología

The projection of assertiveness as a shared social value. A view from Axiology

A projeção da assertividade como valor social compartilhado. Um olhar a partir da Axiologia

1Kely Riverón-Acevedo*

2Elizabeth Caballero-Velázquez

3Yester Marllory López-Zambrano

1Universidad de Holguín. Cuba. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3174-6505

2Universidad de Holguín. Cuba. ORCID https://orcid.org/000-0002-2330-1880

3Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Ecuador. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5442-8529

*Autor para la correspondencia: kely@uho.edu.cu

Resumen

Este trabajo es el resultado de la experiencia de sus autoras en la formación de valores en la enseñanza universitaria. Se emplearon métodos como el análisis y crítica de fuentes para integrar la información contenida en la bibliografía consultada sobre los valores y la asertividad, vista desde distintos ángulos científicos. Se emplearon los procedimientos de análisis, síntesis, inducción, deducción, para procesar la información recopilada y llegar a conclusiones; el histórico lógico para el análisis evolutivo de la teoría relacionada con el tema; las encuestas para obtener información relacionada con el estado real de la problemática investigada; la observación participante que se utilizó para constatar el grado de desarrollo del proceso pedagógico de valores. Todo ello permitió comprobar que identificar la asertividad como valor social compartido es una necesidad actual, por lo cual se propone un nuevo constructo desde una nueva proyección que enriquece la teoría axiológica.

Palabras clave: valores; asertividad; formación; jóvenes

Abstract

This work is the result of the experience of its authors in the formation of values ​​in university education. Methods such as analysis and source criticism were used to integrate the information contained in the bibliography consulted on values ​​and assertiveness seen from different scientific angles. Methods, such as, analysis, synthesis, induction, deduction were used to process the information collected and reach conclusions; the logical historical method was used for the evolutionary analysis of the theory related to the subject; surveys were used to obtain information related to the actual situation of the researched problem; and participant observation method was used to verify the degree of development of the pedagogical process of values. All this made it possible to verify that identifying assertiveness as a shared social value is a current need, therefore a new construct is proposed from a new projection that enriches the axiological theory.

Key words: Values; assertiveness; training; young people

 

 

Resumo

Este trabalho é fruto da experiência dos seus autores na formação de valores na educação universitária. Foram utilizados métodos como a análise e crítica de fontes para integrar as informações contidas na bibliografia consultada sobre valores e assertividade vistos sob diferentes ângulos científicos. Os procedimentos de análise, síntese, indução, dedução foram utilizados para processar as informações coletadas e chegar a conclusões; o método histçorico-lógico foi utilizado para a análise evolutiva da teoria relacionada ao assunto; o questionário para obter informações relacionadas ao estado real do problema investigado; a observação participante que foi utilizada para verificar o grau de desenvolvimento do processo pedagógico de valores. Tudo isso permitiu verificar que identificar a assertividade como valor social compartilhado é uma necessidade atual, para a qual se propõe um novo construto a partir de uma nova projeção que enriquece a teoria axiológica.

Palavras chave: Valores; assertividade; formação, jovens

 

Introducción

La educación centrada en los valores ocupa un lugar significativo en los círculos académicos contemporáneos y ha sido objeto de debates en múltiples eventos internacionales, como el Congreso Internacional de México (1990), Declaración de Mérida (1995), Declaración de Cintra (1998), Declaración de La Habana (1999), y en todas las Conferencias iberoamericanas de Educación.

Las investigaciones cubanas sobre valores priorizan el patriotismo, la responsabilidad, la laboriosidad, la identidad y la honestidad, y se han defendido tesis, tanto para obtener el título académico de Máster en Ciencias, como el grado científico de Doctor en Ciencias, sobre el tema proponiendo Modelos pedagógicos dirigidos a la educación, fundamentalmente en Secundaria Básica. El rasgo común de estas investigaciones es que promueven la formación de valores como ejes transversales abordados a través de contenidos curriculares propuestos en los Programas o las tareas que promueven los profesores mediante sus clases en contenidos integradores.

En otros casos, se propone el estudio de determinados contenidos desde una perspectiva axiológica. Por ejemplo, en la otrora Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero” de Holguín, Laurencio (2002) aplicó un Modelo pedagógico que diseña la instrumentación didáctica de los contenidos históricos locales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia Nacional, con una finalidad axiológica y dirigida a la enseñanza Secundaria Básica.

Los estudiosos de la temática axiológica en Cuba no tienen en cuenta, de manera suficiente, otros comportamientos de los sujetos que pueden considerarse valores y que tienen que ver con su forma de comunicación, sus relaciones interpersonales y su manera de trabajar en equipos.

En este sentido, Caballero Velázquez (2010) intenta acercar la comunicación educativa a los valores sociales, al abordar la motivación socioindividual y los componentes sociopsicológicos de la comunicación, y su relación con los valores sociales compartidos, por una parte; y por otra, el vínculo de estas relaciones con la formación de un estilo comunicativo asertivo. Sin embargo, la intencionalidad es formativa, en el ámbito psicopedagógico, sin resaltar explícitamente sus alcances axiológicos.

Hasta este momento, solo queda esbozado mediante un nuevo método pedagógico, un concepto que resume el comportamiento del individuo ante cualquier circunstancia que se le presente: comunicación asertiva, definida como la actitud positiva de los sujetos ante la vida, que les permita la adecuada percepción, información e interacción en el medio social en que tiene lugar su actividad comunicativa, a incentivar una comunicación que se aleje de la agresividad y la pasividad durante el desarrollo de la actividad conjunta.

La diversidad en las investigaciones sobre asertividad en los últimos años ha llevado a la polémica acerca de cuál es la definición más completa y la que mejor describe a este constructo, ya que se ha observado que algunas definiciones parecen incluir aspectos que corresponden a otros.

Aguilar (1995) señala que existen problemas para distinguir la habilidad social de la habilidad asertiva, en tanto que Rodríguez y Serralde (1991) afirman que la asertividad es lo mismo que la autoestima, o al menos un componente de la misma. También se le ha relacionado con el locus de control (Aguilar, 1987), e incluso se le ha confundido con la agresividad en algunos contextos culturales (Flores, 1994).

Se discute asimismo la multidimensionalidad o unidimensionalidad del constructo y, por ende, su forma de medirlo. Hay, pues, interés por aclarar y diferenciar el concepto de asertividad del de otras variables y aspectos de la personalidad.

Esto justifica el propósito del trabajo que se presenta: definir el constructo asertividad como valor social compartido para enriquecer la teoría axiológica en el contexto educativo.

Materiales y métodos

El análisis y la crítica de fuentes permitieron integrar la información contenida en la bibliografía consultada sobre los valores y la asertividad vista desde distintos ángulos científicos. Los procedimientos de análisis, síntesis, inducción, deducción, posibilitaron procesar la información recopilada y llegar a conclusiones; el histórico-lógico permitió el análisis evolutivo de la teoría relacionada con el tema. Se aplicaron encuestas para obtener información acerca del conocimiento que se tiene sobre la definición de asertividad, y la observación participante que se utilizó para constatar el grado de desarrollo del proceso pedagógico de valores.

Resultados y discusión

Los orígenes de la palabra “asertividad” se encuentran en el latín asserere o assertum, que significa “afirmar” o “defender” (Robredo, 1995).

Es con base en esta concepción que el término adquiere un significado de afirmación de la propia personalidad, confianza en sí mismo, autoestima, aplomo y comunicación segura y eficiente (Rodríguez y Serralde, 1991).

Existen diversas aproximaciones teóricas que buscan definir esta variable. Desde el punto de vista conductual, la propuesta de un aprendizaje asertivo se fundamenta en los conocimientos generados por Ivan Pavlov, quien estudió la adaptación al medio ambiente de personas y animales; en cuanto a las primeras, considera que si dominan las fuerzas excitatorias, se sentirán orientadas a la acción y emocionalmente libres, enfrentándose a la vida según sus propios términos; por el contrario, si dominan las fuerzas inhibitorias, se mostrarán desconcertadas y acobardadas, sufrirán la represión de sus emociones y a menudo harán lo que no quieren hacer (Casares y Siliceo, 1997; Robredo, 1995).

Este equilibrio entre inhibición y excitación se traducirá más tarde como sumisión –o pasividad– y agresividad, respectivamente (Rodríguez y Serralde, 1991).

En el enfoque cognitivo, el comportamiento asertivo consiste en expresar lo que se cree, se siente y se desea de forma directa y honesta, haciendo valer los propios derechos y respetando los derechos de los demás. Estos autores sostienen la necesidad de incorporar cuatro procedimientos básicos en el adiestramiento asertivo: enseñar la diferencia entre asertividad y agresividad, ayudar a identificar y aceptar los propios derechos y los derechos de los demás, reducir los obstáculos cognoscitivos y afectivos para actuar de manera asertiva, disminuyendo ideas irracionales, ansiedades y culpas, y desarrollar destrezas asertivas a través de la práctica de dichos métodos. Es así como la asertividad se fundamenta en la ausencia de ansiedad ante situaciones sociales, de manera que se hace viable manifestar sentimientos, pensamientos y acciones (Flores, 1994).

Al desarrollarse nuevas definiciones ya no meramente conductistas (énfasis en las conductas observables y susceptibles de ser medidas), se da cabida a elementos más abstractos, como los valores y otros aspectos relacionados con el desarrollo humano. Así, el enfoque humanista de la asertividad se centra desde sus inicios (los años setenta) en concebir la variable como una técnica para el desarrollo de la autorrealización del ser humano. Sin embargo, no llega a conceptualizarlo en el sistema de valores sociales.

Pick y Vargas (1990) afirman que para ser asertivo se necesita aceptarse y valorarse, respetar a los demás, permanecer firmes en las propias opiniones, comunicar con claridad y directamente, en el lugar y momento adecuados y de forma apropiada, lo que se quiere o se necesita decir.

Navarrete (2020) realiza un estudio teórico del término y afirma que la indagación pedagógica realizada le permite definir la asertividad como la capacidad que tiene el ser humano de expresar sentimientos y pensamientos adecuadamente, sin sentir sentimientos de culpabilidad, buscando las vías que propicien respeto a los demás y a nosotros mismos.

Esta autora considera que la asertividad es una habilidad social y comunicativa, y no menciona el alcance axiológico que adquiere al insertarse en el conjunto de habilidades sociales.

Uno de los autores cubanos que ha trabajado el concepto asertividad es Codina Jiménez  (2012) en su libro Inteligencia emocional para el trabajo directivo y las relaciones interpersonales. Aptitudes y herramientas. Dicho autor considera que “Es la técnica que nos permite defender nuestros derechos, opiniones, ideas, deseos, mientras, al mismo tiempo, respetamos los de los  demás (…) Se expresa por medio de las palabras que utilizamos y la forma en que hacemos uso de estas, así como el lenguaje corporal ” 

Este autor concluye que, a diferencia de la agresividad, que ignora las necesidades ajenas, y de la pasividad, que ignora nuestras necesidades, la asertividad es una forma emocionalmente inteligente de satisfacer nuestras necesidades, porque tiene en cuenta nuestros pensamientos, ideas y sentimientos y también los de los demás. Propone un resumen de consejos para utilizar la asertividad con eficacia:

1.         Documentar nuestra posición con datos importantes, convincentes.

2.         Manifestar que entendemos la posición de otra persona.

3.         Usar adecuadamente la repetición.

4.         Utilizar afirmaciones basadas en los sentidos.

5.         Documentar las razones que nos llevan a adoptar nuestra posición.

6.         Esforzarse por alcanzar nuestro compromiso.

A ello, Codina añade varios elementos de origen corporal que refuerzan un tanto este comportamiento:

1. Colocarse en el lugar más propicio.

2. La expresión facial debe ser congruente.

3. Controlar el tono de voz.

Coincidimos con este autor por cuanto los códigos del lenguaje corporal refuerzan la interacción entre los sujetos.

Hasta ahora, en la literatura consultada, no se ha encontrado una definición de carácter axiológico de la asertividad, teniendo en cuenta que esta puede constituir la base de la modelación de cualquier conducta o comportamiento humano.

En este caso, González (1996)  plantea que “hay estudiantes que mantienen comportamientos positivos en el aula, pero que éstos son el resultado de actitudes puramente formales, pues en situaciones donde tienen que demostrar que ese valor forma parte de su personalidad, entonces no lo han hecho, mostrando un desequilibrio, un divorcio, una incongruencia entre lo que ellos piensan, dicen y luego hacen en su quehacer diario. Resulta fundamental, abandonar las posiciones autoritarias que predominan en muchos profesores, pues si el estudiante como persona es capaz de formular su proyecto personal de vida; es decir, es el protagonista de su educación, entonces debe ser él mismo quien incorpore sus valores y los recree en su persona de manera significativa.” 

Se asume que estos “comportamientos positivos” sean el resumen de una actitud asertiva. González afirma que es pertinente demostrar que ese valor forma parte de la personalidad de los estudiantes. Aquí esboza un primer acercamiento a la teoría de que la asertividad es un valor social compartido.

Se coincide con que la asertividad es una conducta, un macrocomportamiento, pues encierra en sí misma la esencia de la propia dimensión humana. Se es asertivo al mantener una actitud comunicativa consecuente con el (los) otro (s), también se es asertivo al convivir armoniosamente, con plena conciencia de sus defectos, con todo aquello que nos rodea. Sentimos el valor amor a la vida aun cuando sabemos que la cotidianidad es difícil y con ello mostramos una actitud asertiva. Mantenemos una estabilidad emocional a pesar de los tropiezos diarios de la vida, demostrando que podemos ser asertivos. Defendemos nuestro modo de pensar sin transgredir las valoraciones de otros y así también somos asertivos. 

Sin tener en cuenta la asertividad desde su dimensión axiológica no se pueden definir los comportamientos individuales. Por tanto, debe considerarse la asertividad como valiosa, deseable y genuina en la formación de una personalidad comprometida integralmente, pues se trata de decir lo que se quiera sin ofender, evitar malentendidos, ser justos, escuchar y opinar cuando es oportuno, controlar las emociones, ganar en autoestima, integrarse al grupo o a otros con eficacia, e incluso terminar a tiempo una relación perjudicial.  No se trata de un don intuitivo, sino de una facultad que se adquiere de manera consciente y se practica en el diálogo con los demás.

Después de realizar un estudio minucioso de los referentes teóricos del término, Riverón (2015) afirma que “…de ahí que puede afirmarse que la asertividad se considera valor social en tanto:

1. Se considera un conjunto de actitudes y comportamientos que el sujeto desarrolla de forma consciente.

2. Es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad e importancia de sus relaciones interpersonales.

3. Es una forma de comportamiento que se da en el marco de la actividad conjunta, por ende, en la sociedad.

4. Actúa como regulador interno de la actividad humana (carácter subjetivo).

5. Permite evitar los comportamientos negativos o contradictorios y que el intercambio y la socialización se mantengan en extremo favorables.

6. Favorece relaciones sociales de consenso, flexibles, democráticas, abiertas, de respeto a los otros, aun cuando haya desacuerdo por alguna de las partes, y se evita el rechazo.

7. Condiciona un ambiente colaborativo mediante la autoaceptación y la aceptación de los otros.

8. Mantiene su esencia objetiva, al favorecer la función social.

9. Crea condiciones para que el hombre de la sociedad actual aprenda a ser, aprenda a hacer, aprenda a aprender y a convivir, pilares de la educación de la presente centuria.” 

Estos elementos confirman, en buena medida, que la asertividad puede ser considerada como un ¨macrovalor¨ en cuya esencia coexisten los demás valores por lo que constituye una vía para el perfeccionamiento constante del ser humano. Las autoras consideran que la estructuración de la asertividad como valor social compartido enriquece la teoría relacionada con la actividad valorativa o axiológica, más específicamente con la formación de valores, cuestión que abre el espectro científico – metodológico del docente para el trabajo con esta labor formativa.

Hacer de lo que se dice un fiel reflejo de lo que realmente se siente, se piensa o se cree, y dejar abierta la posibilidad para que el diálogo continúe con gusto y recompensa, es la clave que invita a la solidaridad y frena cualquier intento de manipulación o presión externa.

De acuerdo con lo planteado se puede afirmar que la persona asertiva sabe respetar a los demás sin dejar de respetarse a sí misma. No pretende entrar en el esquema de ganar o perder en la relación con los demás, sino en ¿cómo podemos llegar a un acuerdo favorable para ambos? Su manera de pensar es más racional, actuando de forma más adaptativa a su vida y circunstancias. Sus sentimientos son más estables y controlados que los de las personas inhibidas o agresivas y derivado de todo esto su sentido de autonomía, autosuficiencia y autoestima es elevado.

Conclusiones

En la actualidad, la sociedad cubana tiene la posibilidad de fomentar la creación de espacios para el libre debate sobre los grandes problemas sociales. Existe el reto de buscar, junto con todas las organizaciones políticas y de masas, el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa. De esto se deriva que el proceso de formación de valores forma parte de los modelos curriculares de las diferentes enseñanzas, y se trabaja de manera transversal al proceso instructivo para lograr la formación integral de la personalidad de los estudiantes.

El estudio de los valores sociales compartidos requiere de un análisis profundo teniendo en cuenta la existencia de otros comportamientos que también conducen al desarrollo integral y armónico de la personalidad. 

Dentro de la gama de valores necesarios para alcanzar este fin, no se tiene en cuenta la dimensión axiológica que ofrece la asertividad y sus potencialidades como valor social compartido en la formación de una personalidad integral que sepa conducir de manera consciente su comportamiento en cualquier contexto y, especialmente en el contexto educativo.

Referencias

Aguilar, E. (1995). Estandarización de la escala de asertividad de Michelson y Wood en una muestra mexicana de niños de 8 a 16 años. (Tesis para Licenciatura en Psicología). Universidad Nacional Autónoma de México.

Caballero Velázquez, E. (2010). La estimulación de los componentes sociopsicológicos de la comunicación en los jóvenes. (Tesis doctoral). Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero

Casares, D. y Siliceo, A. (1997). Planeación de vida y carrera: vitalidad personal y organizacional, desarrollo humano y crisis de madurez, asertividad y administración del tiempo. Academia. https://www.academia.edu/20793330/Planeación_de_Vida_y_Carrera_David_Casares_Arragoiz_y_Alfonoso_Siliceo_Aguilar_

Codina Jiménez, A. (2012). Empatía y comunicación en Inteligencia emocional para el trabajo directivo y las relaciones interpersonales. Ciencias Sociales

Delors J. (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. UNESCO.

Flores, M. (1994). Asertividad: conceptualización, medición y su relación con otras variables. (Tesis doctoral) Universidad Nacional Autónoma de México.

Laurencio, A. (2002). La Historia Local y su proyección axiológico – identitaria en el proceso de enseñanza - aprendizaje de la Historia de Cuba en Secundaria Básica. (Tesis doctoral) Universidad de Ciencias Pedagógicas José de la Luz y Caballero.

Navarrete, R. (2020). La asertividad y su relación con el rendimiento académico de los estudiantes del primer ciclo de la carrera profesional de psicología de la universidad autónoma de Ica. (Tesis de licenciatura) Universidad autónoma de Ica.

Pick, W. y Vargas, T. (1990). Yo adolescente: respuestas claras a mis grandes dudas. IMIFAP/Limusa.

Riverón Acevedo, K. (2015). La asertividad como valor social: una metodología para su formación en los estudiantes de la especialidad de Español-Literatura de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Holguín. (Tesis de Maestría). Universidad Oscar Lucero Moya.

Robredo, C. (1995). La tolerancia a la frustración en relación al grado de asertividad que tienen los vendedores comisionistas electrodomésticos. (Tesis para la Licenciatura en Psicología) Universidad Femenina de México.

Rodríguez, E. y Serralde, M. (1991). Asertividad para negociar. McGraw-Hill

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses

Declaración de contribución de autoría:

Kely Riverón Acevedo: Conceptualización, Investigación, Metodología, Administración del proyecto, Validación, Redacción de original.

Elizabeth Caballero Velázquez: Investigación, Curación de datos, Análisis formal, Supervisión, Redacción y edición.

Yester Marllory López-Zambrano: Curación de datos, Adquisición de fondos, Recursos, Visualización.