El espíritu transformador y creador del proyecto educacional del maestro cubano Luz y Caballero XI

The transforming and creative spirit of the educational project of the Cuban teacher Luz y Caballero XI

O espírito transformador e criativo do projeto educativo da professora cubana Luz y Caballero XI

1Falconeri Lahera-Martínez*

1Universidad de Holguín. Cuba. Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9254-2485

*Autor para la correspondencia: falconerilm@uho.edu.cu

Resumen

Los resultados expuestos en este artículo profundizan el análisis del proceso de formación de la filosofía cubana en trabajos no priorizados en el estudio presentado en números anteriores de esta revista, sobre el espíritu transformador y creador del proyecto educacional del maestro cubano del siglo XIX José de la Luz y Caballero. El objetivo del artículo es revelar las contribuciones que a la enseñanza de la Filosofía y la educación de los jóvenes realiza el gran educador en los 10 informes críticos, elaborados durante los meses de mayo a diciembre de 1838. El artículo examina la conceptualización lucista sobre la enseñanza de la Filosofía y la aplicación de esa disciplina como recurso de análisis de los fenómenos sociales, analiza el método de enseñanza, examina el desarrollo de las ciencias y expone sus contribuciones al impulso de la forja de un pensamiento filosófico autónomo.

Palabras clave: Enseñanza de la Filosofía; Física; juventud; lógica; método

Abstract

The results presented in this article deepen the analysis of the formation process of Cuban philosophy in non- prioritized works of the study presented in previous issues of this journal, regarding the transforming and creative spirit of the educational project of the 19th century Cuban professor José de la Luz y Caballero. The objective of the article is to present the contributions that the great educator makes to the teaching of Philosophy and the education of young people in the 10 critical reports prepared during the months of May to December 1838. The article examines the conceptualization of Luz y Caballero regarding the teaching of Philosophy and the implementation of that discipline as a resource for the analysis of social phenomena, analyzes the teaching method, studies the development of science and exposes its contributions to the encouragement for the creation of an autonomous philosophical thought.

Keywords: Teaching of Philosophy; Physical; youth; logic; method

 

 

Resumo                                                                                               

Os resultados apresentados neste artigo, aprofundam a análise do processo de formação da filosofia cubana em obras não priorizadas em estudos apresentados em edições anteriores desta revista, sobre o espírito transformador e criativo do projeto pedagógico do professor cubano do século XIX José de la Luz y Caballero. O objetivo do artigo é revelar as contribuições que o grande educador dá ao ensino da Filosofia e à formação dos jovens nos 10 relatórios críticos, elaborados durante os meses de maio a dezembro de 1838. O artigo examina a conceituação lúcista do ensino da Filosofia e a contribuição dessa disciplina como recurso de análise dos fenomenos sociais, analisa o método de ensino, examina o desenvolvimento da ciência e expõe os seus contributos para a promoção da formação de um pensamento filosófico autonomo.

Palavras-chave: Ensino de Filosofia; Fisica; Juventude; Lógica; Método

 

Introducción

Los resultados expuestos en este artículo, aunque centran la atención en trabajos del maestro cubano del siglo XIX José de la Luz y Caballero no tenidos en cuenta suficientemente en el estudio realizado, dan continuidad al análisis presentado en números anteriores de esta revista sobre el espíritu transformador y creador del proyecto educacional del gran pensador. Para lograr la objetividad que exige la lógica del tema tratado, ha sido necesario su enriquecimiento con la inclusión del análisis de sus aportes teórico-metodológicos a la enseñanza de la Filosofía y su uso como medio de defensa de los nacientes intereses nacionales en los artículos filosóficos seleccionados. Por consiguiente, el objetivo del trabajo es revelar las contribuciones que a la enseñanza de la Filosofía y la educación de los jóvenes realiza el gran educador mediante los 10 informes críticos elaborados durante los meses de mayo a diciembre de 1838.

La pesquisa científica desplegada exigió la aplicación de los métodos más ajustados a las características del tema. En virtud de ello fue priorizado el procesamiento de los textos reunidos, cuyos datos fueron generalizados mediante los procedimientos lógicos del conocimiento científico. El autor seleccionó los materiales de trabajo en correspondencia con las demandas del proceso de investigación, el cual orientó hacia el cumplimiento del objetivo declarado.

Resultado y discusión

El estudio que se presenta en este artículo se detiene en el análisis de las contribuciones de Luz al desarrollo de un pensamiento filosófico independiente, especialmente durante los meses de mayo a diciembre de 1838. En esa etapa la teorización filosófica refleja con total nitidez las contradicciones que trazan las relaciones económicas, políticas y sociales imperantes en el país. Entre los grandes hechos históricos que inciden directamente en el acontecer intelectual cubano de ese momento, no puede obviarse la exclusión de los representantes cubanos de las Cortes españolas acaecida en 1837. Como resultado de ese suceso, los liberales cubanos perdieron la posibilidad de contar con un mecanismo viable para la realización de sus intereses políticos; este fue el detonante que hizo detonar ese año la crisis del pensamiento liberal en Cuba.

El fracaso reformista provocó que el movimiento de los jóvenes liberales perdiera definitivamente su unidad y que entre sus miembros imperara el desorden y la anarquía en sus intereses políticos. Asimismo, se produjo una ruptura en el consenso intelectual existente hasta ese momento y comenzó a manifestarse una marcada agresividad contra los promotores del ideal de cultura nacional en proceso de desarrollo. En la polarización de las relaciones de los liberales cubanos influyeron otros factores económicos, políticos y sociales como la inseguridad azucarera, el reajuste del poder colonial y la crisis del sistema esclavista. Por otra parte, la ausencia de mecanismos políticos para que los liberales expusieran sus demandas y la existencia de un conjunto de factores internos e internacionales, que impedían el desarrollo del ideal independentista, provocó escepticismo en algunos y desorientación ideológica en otros. Como consecuencia, el movimiento liberal se escindió y se produjeron cambios en el perfil político de determinados intelectuales. Por esa causa, un grupo de sus integrantes protagonizó la crisis de los paradigmas de la Ilustración y la modernidad o plantearon la necesidad de un retorno a los viejos patrones de la metafísica teológica.

Mientras los liberales frustrados se debatían en el terreno de las dudas ideológicas y la incertidumbre política, Luz se preparaba para enfrentar el eclecticismo espiritualista de Cousin, cuyos seguidores pretendían utilizarlo como medio para justificar el sistema colonial impuesto por España, apartar a los jóvenes del camino de su preparación cultural y alejarlos de la educación patriótica. En esas condiciones, apareció en el contexto intelectual del país la "nueva filosofía francesa" como la doctrina idónea para desmontar las bases teóricas del pensamiento cubano, que desde sus fundamentos varelianos defendía el proyecto de formación nacional y educación patriótica.

El investigador Eduardo Torres-Cuevas, en su ensayo Los reformismos cubanos analiza el problema y declara: “Contra esta corriente se levantó José de la Luz y Caballero quien sostuvo la validez de la concepción electiva, y creadora para el pensamiento cubano elaborada por Félix Varela.” (Torres-Cuevas, 1992, p. 53) En ese contexto aconteció la Polémica filosófica, en la cual intervinieron importantes personalidades, representativas de los diversos sectores de la intelectualidad liberal cubana. Luz participó activamente en ese diferendo de ideas, liderando la defensa de la concepción liberadora de Varela, cuya idea esencial era fundar una filosofía auténticamente cubana.

En mayo de 1838 la vida intelectual del país se estremeció con el estallido de la Polémica filosófica[1]. El acontecimiento impactó la educación con el enriquecimiento de los fundamentos de la enseñanza de la Filosofía y la formación patriótica de los jóvenes. Durante los meses transcurridos entre mayo y diciembre de 1838 Luz elaboró 10 artículos de los cuales publicó nueve. La primera publicación la realizó el 12 de mayo en la Gaceta de Puerto Príncipe con el título: Advertencia―Proemio al Elenco de 1834. La divulgación de ese texto por la vía periodística constituyó un suceso trascendente en el acontecer de la educación y especialmente en la proyección de la nueva concepción filosófica que comenzaba a delinear sus componentes teórico-metodológicos fundamentales. Aunque el documento ya era conocido en La Habana, la circulación de su contenido en otro contexto cultural muy próximo al Oriente del país, como lo era Puerto Príncipe, despertó las alarmas de los sectores más conservadores de la intelectualidad, porque la aplicación de las recomendaciones del texto significaría una ruptura con el patrón educacional colonialista imperante.

En el documento Luz asumió posiciones de vanguardia en el orden filosófico, pedagógico y metodológico, al defender el criterio de que la Física y demás ciencias experimentales debían presidir los planes de estudio, con el propósito de desarrollar una educación que respondiera a las necesidades del país. Para que los lectores capten con precisión la esencia metodológica de las ideas expuestas en el texto, se ofrece el siguiente resumen de las cuatro consideraciones básicas contenidas en él:

1.- Las ciencias naturales versan sobre objetos sensibles más al alcance de los jóvenes. 2.- De la rica variedad de hechos y fenómenos de la realidad exterior, el entendimiento toma los datos para luego discurrir sobre ellos. 3.- Si alguien afirma que antes de discurrir sobre cualquier objeto científico, necesitan los jóvenes aprender lógica, debe responderse: la mejor lógica es la practicada al estudiar física. Ese admirable método es el más natural y es esencialmente analítico, porque parte de los hechos sensibles y particulares hasta elevarse a las consecuencias generales por una cadena de inducciones. Su aplicación fortalece las capacidades intelectuales de tal manera que los estudiantes progresan con total seguridad y rapidez. 4.- Por el contrario, comenzar por el estudio de las doctrinas ideológicas, es empezar por las abstracciones, es exigir demasiado al entendimiento en sus primeros pasos y es carecer a cada momento de los hechos y la observación, sobre los cuales deben apoyarse los estudios ideológicos, que se apoyan casi exclusivamente en deducciones sin el concurso de la experiencia. En resumen, las ciencias naturales marchan de los hechos a las abstracciones y los estudios ideológicos proceden a la inversa. (Luz, 1946a, pp. 4-5).

La divulgación de las propuestas metodológicas contenidas en la Advertencia―Proemio evidenció la necesidad de actualizar los contenidos y métodos de enseñanza de las diversas materias pedagógicas en la educación cubana, con énfasis en Filosofía. La solución al problema de determinar por dónde comenzar la enseñanza, si por la Física o por la Lógica, implicó para Luz otorgarle un lugar predominante en los planes de estudio a la Física o, en general, a las ciencias experimentales. También significó proceder en la enseñanza conforme a principios didácticos que exigen partir de lo conocido a lo desconocido y de lo fácil a lo difícil; por consiguiente, concluyó que hasta en la educación primaria era necesario seguir los pasos de la naturaleza porque su estudio acelera el aprendizaje de los niños. Según su criterio, la aplicación en la enseñanza de su propuesta de método exige que el estudio de la Física preceda al de la Ideología o Psicología, para facilitar el aprendizaje del alumnado. Estos postulados expresan los principios esenciales de su Filosofía de la enseñanza y, a la vez, encierran el propósito pedagógico esencial de su Filosofía de la física, cuyo incuestionable valor epistemológico y metodológico no comprendieron los eclécticos de Puerto Príncipe, quienes de inmediato manifestaron abiertamente su oposición. 

El análisis filosófico del problema revela que desde el punto de vista epistemológico y metodológico la atención la acaparó el asunto de por dónde debía comenzar, en principio, el conocimiento humano: si por el estudio de lo exterior, de la naturaleza, o por el estudio de lo interior, del espíritu. A partir de ese momento el asunto fue expresado así: ¿quién debe preceder a quién, el hombre como lógico o el hombre como físico, o a la inversa; conócete a ti mismo o conoce la naturaleza? Conocer la naturaleza y partir del hombre físico fue el principio básico del método de enseñanza propuesto por el insigne maestro. En el plano político el problema trascendió, porque la defensa de una enseñanza práctica y moderna suponía el desarrollo de una educación para enfrentar las necesidades sociales del país y promover una cultura independiente, lo cual constituía un desafío al sistema colonial imperante.

El 8 de junio de 1838 Luz escribió el trabajo titulado Si el estudio de la Física debe o no preceder al de la Lógica, que constituyó su primera réplica a la refutación de Rumilio[2], publicada en la Gaceta de Puerto Príncipe, el mayo 12 de 1838. El documento fue registrado el 18 de junio de ese mismo año en las memorias de la Sociedad Patriótica de la Habana, con el número 35, del tomo VI. El texto comienza con el análisis de los antecedentes del planteamiento del problema analizado y la publicación, en la Gaceta de Puerto Príncipe, del texto Advertencia―Proemio al Elenco de 1834. En el documento Luz manifiesta abiertamente que como cubano se siente comprometido con la tarea de promover una educación ajustada a las necesidades del país, y así explica por qué interviene en el problema: “[…] (a fuer de cubano soy tan principeño como habanero), y, en fin, y acaso más que todo, por mi amor decidido hacia la ciencia y los progresos de la instrucción pública […].” (Luz, 1946b, p. 20). También precisa cuál es la esencia del problema objeto de discusión: “La cuestión puede tratarse en dos palabras o en dos mil, porque envuelve una de las fundamentales de la Filosofía: la del método […].” (Luz, 1946b, p. 21)

Asimismo, declara injustificado la algarabía protagonizada por los eclécticos ante su propuesta de método de enseñanza, porque en Europa los psicólogos e ideólogos modernos aplicaban, sin restricciones, en la enseñanza de las ciencias morales e intelectuales el método experimental. Luego sostiene, que pueden citarse muchos ejemplos “[…] de la aplicación de tan productivo método; mejor dicho, del método eminentemente filosófico, del único método que en todo rigor puede llamarse filosófico, del único método que en todo rigor puede llamarse científico.” (Luz, 1946b, pp. 23-24)

En otro segmento del texto señala que el vetusto modelo de enseñanza, aun imperante, parte del examen de las materias por algunos principios generales o por opiniones aceptadas como válidas por la tradición. Luego expone que el nuevo método sitúa en primer plano el estudio de los hechos como son en sí; por consiguiente, la observación aporta un conocimiento fidedigno de las circunstancias en que los fenómenos y procesos […] se producen, y he aquí los experimentos de las ciencias morales; en fin, antes era menester a veces suponer los hechos, ahora es indispensable estudiarlos.”(Luz, 1946b, p. 24) Desde esa perspectiva, se declara defensor del método que ubica la enseñanza de la Filosofía en el estudio de la naturaleza, y por consiguiente en la observación, y que luego apela a la inducción y al raciocinio, a fin de sacar de la observación todas las consecuencias que envuelve.”(Luz, 1946b, p. 25)

De acuerdo con sus criterios, los estudios filosóficos deben inclinarse por la aplicación del método de preparar a los alumnos para que desarrollen un pensamiento lógico que los transforme en hábiles pensadores. Es ese el método que permite formar hombres activos, dotados de espíritus críticos y comprometidos con el futuro de la patria. Por consiguiente, consideró que la educación del país exigìa incentivar el estudio de la Lógica, pero no asumida como el conjunto de reglas elementales que se emplean a partir del criterio unilateral de un maestro, “[…] sino una Lógica que se funde en el espíritu de observación; éste es el único medio de evitar esas definiciones alucinadoras que con la sana ciencia reprueba el articulista, y que sólo producen conocimientos nulos o superficiales.”(Luz, 1946b, p. 37) Según sus criterios, el más efectivo recurso en que se apoya el espíritu humano para discurrir con encadenamiento es la abstracción, sobre el cimiento de la observación. Ese procedimiento constituye el fundamento de la Lógica, asumida como hija legítima de la naturaleza y principio de toda ciencia. “En este sentido diré que el hombre no fue primero lógico que físico, sino que no puede ser físico ni aun hombre sin discurrir o abstraer.” (Luz, 1946b, p. 38) 

El documento analizado enriqueció la concepción lucista de desarrollar en los jóvenes un fuerte espíritu crítico, para educarlos en el deber de enfrentar a quienes pretendan apartarlos de sus deberes patrióticos, en virtud de lo cual planteó que ha sido prioridad formar en los jóvenes un elevado “[…] espíritu de la crítica filosófica, hasta el punto de predicarle con el consejo y el ejemplo; "que un profesor entendido y de conciencia debe proporcionar a sus alumnos los medios de juzgarle, acostumbrándolos a apelar a sus propias observaciones".”(Luz, 1946b, pp. 48-49)

En el mes de septiembre de 1838 Luz publicó dos artículos los días 21 y 27 en el Diario de la Habana. El primero, titulado originalmente por el propio autor "Filosofía", fue presentado por el Editor de la fuente con el siguiente nombre: Ideología y Literatura. En el texto critica los desaciertos de la impugnación que un ecléctico, que se presenta como "Salvador de la Filosofía", realiza contra un artículo de Manuel Costales[3] sobre la necesidad del estudio de la Ideología para la comprensión de la Literatura. Del mismo modo, revela que el primer objetivo del ecléctico es tergiversar, ante los jóvenes, el conocimiento del objeto de la Ideología como ciencia filosófica que estudia la génesis de las ideas. También descubre sus confusiones acerca del círculo de problemas que estudia la Psicología y precisa que otro propósito del personaje es evitar que los lectores vinculen los estudios ideológicos y psicológicos al sensualismo de Esteban Bonnot de Condillac (1715-178); por consiguiente alerta: “[…] se deduce necesariamente que él es enemigo mortal de esta escuela; luego el que se firma Ecléctico no es ecléctico, sino un sistemático acérrimo defensor del espiritualismo […].”(Luz, 1948a, p. 45) Finalmente, reconoce la labor educativa de M. Costales, quien alentó a la juventud de la patria para que actúe siempre con arreglo a los principios ideológicos, piense con exactitud, realice sus producciones con el reconocimiento de los hombres dignos y contribuya “[…] de este modo a los adelantos de las ciencias y a los progresos de la ilustración.”(Luz, 1948a, p. 47)

El segundo artículo de septiembre, titulado Encuesta sobre las ideas, es un texto filosófico breve, en el cual Luz emplaza al ecléctico que pretendió descalificar el día 21 la publicación de M. Costales, para poner al descubierto, ante los jóvenes, su filiación ecléctico espiritualista e idealista, por esa razón conmina al personaje a responder las siguientes reflexiones:

¿Qué entiende usted por idea y por abstracción y cuáles son las especificidades que diferencian a ambos conceptos? ¿Debe o no el verdadero filósofo estudiar el origen de las ideas? Si usted responde afirmativamente la anterior pregunta, admite o no que éstas se adquieran por los sentidos. Si usted niega que las ideas se adquieren a través de las sensaciones, explique, con arreglo a las doctrinas filosóficas que profesa, la causa de ser tan limitados en sus facultades intelectuales los sordomudos de nacimiento. Esclarezca si las ideas de justicia, de bondad, etcétera, son innatas, o constituyen el resultado de comparaciones después de ejercitar el hombre sus sentidos. Siendo las ideas un resultado del ejercicio de las facultades intelectuales, aclare si este ejercicio puede realizarse sin la intervención del cerebro y los nervios. Si niega la anterior pregunta, explique las causas de las locuras y del idiotismo, diciéndonos al mismo tiempo si los idiotas tienen idea de Dios, de justicia, de bondad, y demás ideas abstractas cuyo origen parece quiere negar absolutamente a los sentidos. (Luz, 1948b, pp. 57-58)

El 25 de noviembre de 1838 publicó en el Diario de la Habana el artículo Media palabra al autor del artículo Moral Religiosa, inserto en la 3ª entrega de El Plantel. El texto es muy breve, pero su objetivo es muy claro: expresar de manera contundente su rechazo al criterio del autor anónimo acerca del aniquilamiento del sensualismo como resultado de la fuerte impugnación desarrollada en Europa por Víctor Cousin (1792-1867), Teodoro Jouffroy (1796-1842) y otros. Del mismo modo, el documento refuta enérgicamente el intento de vincular ese asunto al tema de la religión, pero sin ofrecer argumentos suficientes.

En diciembre de 1838 Luz desplegó una intensa actividad intelectual al publicar cinco artículos, dirigidos a consolidar diversos posicionamientos en torno a problemáticas filosóficas, cuyas respuestas contribuyeron a perfeccionar la enseñanza de esa disciplina en el escenario académico que le proporcionó el Convento de San Francisco. El primer artículo fue publicado en el Diario de la Habana el 5 de diciembre, bajo el título: Contestando al artículo del Suscriptor Al Plantel inserto en La Aurora de Matanzas de 30 de noviembre último. En el texto, demuestra que el autor cuestionado ataca con saña el sensualismo y lo declara aniquilado. El personaje criticado llamó a no aceptar esa doctrina, porque impone que todas las ideas, incluidas las absolutas, provienen de los sentidos. De la misma manera, la declaró insostenible porque su defensa conduce indefectiblemente a negar la existencia y la inmortalidad del alma. Como colofón, declara que la misma dirige el pensamiento por línea recta al materialismo. Luz pone al descubierto que “[…] el autor del artículo Moral Religiosa presenta la doctrina de la sensación no como quiera aniquilada, sino como un veneno que corroe a la sociedad en sus primeros fundamentos.” (Luz, 1948d, p. 78) Al final del texto, advierte que el Curso de filosofía de Cousin está plagado de grandes contradicciones y anuncia que en fecha futura cercana desarrollará una argumentada impugnación a la doctrina del filósofo francés.

El segundo artículo de diciembre, es publicado en el Diario de la Habana el día 7, bajo el título: Fair-Play al autor del artículo Moral Religiosa. El maestro, persuadido de la importancia del ajuste de la enseñanza de la Filosofía para la orientación de la formación patriótica de los jóvenes en aquel momento histórico, aseveró: “En las actuales circunstancias, sobre todo, es para mí tanto más vital cuanto que veo a una parte de nuestra interesante juventud deslumbrada con el falso brillo de unas doctrinas que propenden a hacer retrogradar los conocimientos humanos.” (Luz, 1948d, p. 87)

El tercer artículo de diciembre, publicado también en el Diario de la Habana, se dio a conocer el día 17 con el título: Segunda réplica al Dómine[4] de Puerto Príncipe. El trabajo aporta un excelente modelo de análisis argumentado de los problemas que trata, tributa una teorización que luego aplica en la enseñanza de la Filosofía, contribuye a la consolidación del ideal que propone educar los jóvenes en el cumplimiento de sus deberes patrióticos y opugna con energía las concepciones eclécticas sobre la Cuestión de método.

Luz aclara a los eclécticos de Puerto Príncipe que la expresión de Condillac, "la ciencia representa un idioma bien formado" conduce a confundir el efecto con la causa. Según sus puntos de vista, la exactitud del idioma empleado en cualquier análisis filosófico es muy importante para alcanzar conclusiones objetivas sobre un objeto de investigación. Por esa razón, la observación o estudio riguroso de un objeto es una fuente fundamental para el conocimiento. “Así que, observación es la causa; la exactitud del lenguaje, el efecto.” (Luz, 1946c, p. 62)

En otro fragmento explica que Condillac y otros ideólogos modernos resaltaron la importancia de los signos en el proceso del conocimiento y afirmó que el entendimiento del hombre no puede progresar en sus investigaciones sin el socorro de los signos, porque los mismos constituyen un eficaz instrumento del análisis. Por esa causa rechazó la tesis eclética que reduce la ciencia a una lengua bien formada, al respecto afirmó: “[…] diré que una lengua bien formada es la expresión de una ciencia verdadera; así, pues, en vez de afirmar que toda ciencia es una lengua bien formada, debería decirse que toda lengua bien formada es una ciencia […].”(Luz, 1946c, p. 64) El maestro concluyó este análisis con la siguiente consideración: “[…] los objetos son los materiales de las ideas, los sentidos el vehículo de las impresiones, la razón el agente de la observación, y los signos el instrumento para marcar los pasos y poder continuar la marcha.”(Luz, 1946c, p. 64)

También realiza significativas precisiones al uso del concepto lógica, señala las coincidencias teóricas con los eclécticos, esclarece sus diferencias y desaprueba sus principales tesis: "Sin Psicología e Ideología no hay verdadera Lógica", "La Lógica es una consecuencia inmediata de la Ideología y la Psicología". Según sus criterios, el Dómine defiende un posicionamiento insostenible cuando afirma que, para acceder al saber, el individuo debe comenzar por lo interior, que envuelve los efectos, y no por lo exterior, donde radican las causas. En otros términos, sostiene que no es posible aprehender lo exterior sino en virtud del conocimiento íntimo de las sensaciones. Luz, por su parte, considera: “Las sensaciones presuponen la existencia de los objetos en la naturaleza: luego el hombre conoce los objetos en virtud de las sensaciones; luego las sensaciones son una condición para el conocimiento de los objetos, y no el conocimiento mismo.”(Luz, 1946c, pp. 69-70) El gran maestro enriquece su posición con la siguiente afirmación, que deviene principio de su concepción acerca de la lógica: “Para adquirir conocimiento, se necesita objeto que ofrezca el material, y sujeto que sienta y perciba lo que en él hay.”(Luz, 1946c, p. 70) La complejidad teórica del problema analizado le exige ofrecer argumentos suficientes para su esclarecimiento. En este sentido deja sentado el fundamento materialista de su gnoseología al afirmar:

Todo lo más que pueda haber, y realmente pasa, es que muchos de los fenómenos que se verifican en nuestro interior sean al igual exteriores u objetivos para el alma, como facultad de percibir; pudiendo considerarse hasta dos clases de estos fenómenos internos, unos propiamente corporales, como la sensación del hambre, la del dolor, y otros realmente espirituales, como las operaciones del entendimiento y de la voluntad; todo lo cual viene a ser tan objetivo para el entendimiento como el mundo exterior, pues de todo ello tiene el alma conciencia, o lo que es igual, percibe lo que dentro pasa como percibe cualquiera otro fenómeno de fuera. (Luz, 1946c, p. 70).

A continuación, explica, que el saber humano parte de la aprensión de los procesos u objetos de la realidad exterior, mediante las sensaciones que impresionan los órganos de los sentidos. “Luego, para averiguar cada una de las propiedades de un objeto, no observamos las sensaciones, como quiere el Dómine, pues ellas son parte de la misma observación, sino que las recibimos, y después percibimos y conocemos el objeto […].”(Luz, 1946c, p. 72) Este análisis constituye el fundamento teórico-metodológico que orienta la enseñanza de niños y jóvenes hacia un aprendizaje autónomo, en virtud del cual formula la siguiente pregunta: “¿Cuál es, pues, el método más natural, y, por consiguiente, mejor de enseñanza, comenzar por el estudio de las facultades o por el de las propiedades de los cuerpos?”(Luz, 1946c, p. 72)

El educador cubano comprendió con total nitidez, que, en la discusión filosófica sobre la cuestión del método de enseñanza, una respuesta favorable a comenzar el aprendizaje por el estudio de las facultades o lo que es lo mismo, principiar por lo interior, significaba aceptar las posiciones del espiritualismo. En cambio, una respuesta favorable a iniciar el aprendizaje por el estudio de las propiedades de los cuerpos conducía a alinearse en torno al sensualismo, con lo cual vislumbró el carácter partidista de la filosofía y la lucha de partidos opuestos, el idealismo y el materialismo, que ocultaba el problema, al respecto expresó su trascendental posicionamiento teórico: 

[…] es la misma, mismísima, pintiparada, vestida con otro ropaje, que se debate entre los sistemas espiritualistas y sensualistas: cuestión importantísima bajo todos aspectos; cuestión de vida o muerte para la filosofía; cuestión a la que cuadra más que a ninguna otra el to be or not to be del insigne vate británico. (Luz, 1946c, p. 73).

El cuarto artículo de diciembre fue publicado en el Diario de la Habana el día 22, bajo el título: Aguinaldo de Fair-Play para el Señor Suscriptor al Plantel (En Matanzas). El trabajo está dirigido a esclarecer las confusiones divulgadas por un ecléctico que pretende inclinar la atención de la juventud a su favor y dar a conocer los representantes foráneos del eclecticismo espiritualista. El mismo emite criterios contradictorios sobre el artículo Moral Religiosa, publicado días antes por el intelectual cubano Domingo del Monte[5]. En su artículo, Luz utiliza el término sistema para referirse al concepto sistema filosófico, declarado en su segunda publicación de mayo de 1838, bajo el título: Si el estudio de la Física debe o no preceder al de la Lógica. Con una definición de sistema carente de rigor y objetividad el Suscriptor pretendía justificar la pretensión de Cousin de presentar su sistema filosófico como un resultado de la conciliación de diversas doctrinas. Como contraparte el notable maestro aporta la siguiente definición:

Pues que por sistema se entiende cualquier cuerpo de doctrinas verdaderas o falsas, o bien una sola idea fundamental que constituye toda una doctrina, o bien las doctrinas ya examinadas y depuradas y por lo mismo tenidas por verdades o elevadas al rango de ley de la naturaleza. (Luz, 1948f, pp. 100-101)

En otro segmento del artículo, Luz precisó que los exagerados desconciertos del discurso filosófico del Suscriptor, más que levantar sospechas por la credibilidad de su crítica al artículo referido, lo que realmente intentaba era desacreditar el sensualismo y maldecir a J. Locke (1632-1704), por esa causa expresó las siguientes consideraciones:

1.- Falso que todos los metafísicos de la escuela de Locke, consecuente o inconsecuente con su sistema hayan destruido la existencia del alma. Esta es cuestión de hecho muy fácil de averiguar, muy sencilla, de las que a Ud. le gustan. 2.- Aun los que de entre ellos han negado la existencia del alma, no lo han hecho como consecuencia de su sistema y aquí tiene Ud. otro problemita: pues trabajo le ha de costar el deducir tan espantosa consecuencia del inocentísimo fundamento de Locke: a saber, las ideas se adquieren por la razón con el intermedio de los sentidos no estando grabadas de antemano en nuestro entendimiento: o, en otros términos, "las facultades son innatas, pero no las ideas". 3.- Aun el mismo Locke al insinuar que Dios en su omnipotencia podría hacer a la materia cogitante[6] se aparta del espíritu y de la letra de su sistema, y lo hace cuando acometiendo la cuestión de la naturaleza del alma, y acordándose de uno de los atributos de la Divinidad, dice que no sería imposible a Dios hacer a la materia cogitante. (Luz, 1948f, pp. 105-106)

El quinto artículo de diciembre fue publicado en el Diario de la Habana el día 30, bajo el título: Tercera réplica al Dómine de Puerto Príncipe. La causa que genera la respuesta airada de Luz al ecléctico es que aquel aún divulgaba la tesis de que es más difícil conocer las propiedades de "nuestro ser" que las de los demás seres de la naturaleza. El maestro cubano conocía muy bien que el Señor Manuel Castellanos Mojarrieta no jugaba limpio y solo procuraba mantener vigente la creencia en el postulado de preferir el inicio de los estudios por lo interior que, por lo exterior, para justificar el principio espiritualista que establece: primero "conócete a ti mismo".

La réplica lucista contiene un fundamentado examen de las insuficiencias teóricas y metodológicas del posicionamiento idealista del ecléctico de Puerto Príncipe y constituye un modelo de aplicación de la Filosofía como recurso de análisis riguroso de los fenómenos sociales, el método de enseñanza, la educación patriótica y el desarrollo de las ciencias. En su análisis crítico, Luz desplegó una argumentación apoyada en trascendentes posicionamientos teóricos, métodos, procedimientos, principios, tesis y una rica variedad de conceptos, con los cuales demuestra que en realidad es más difícil conocer "nuestro ser" que los demás seres y no a la inversa, porque "nuestro ser" reúne todas las propiedades de los cuerpos y las facultades de todos los de su género, con el ingrediente de la racionalidad. Asimismo, precisa que el estudio de la racionalidad es muy complejo porque exige el conocimiento detallado de las facultades mentales que sustentan los fenómenos internos, de los cuales el alma (conciencia) no puede tener pleno dominio, por no estar preparada para la más intensa observación. De la misma manera, señala que como el hombre es el animal más educable o perfectible sus, operaciones mentales son más complejas. Por otra parte, precisa que hay fenómenos y funciones intelectuales, como la reflexión, que solo aparecen cuando el entendimiento ha alcanzado la madurez necesaria, lo cual limita el aprendizaje de las ciencias intelectuales en edades tempranas. Por consiguiente, en esos casos no debe anteponerse la enseñanza de la Lógica al de la Física.

Según Luz, otro factor que no debe obviarse es la influencia del hábito en el desenvolvimiento de las facultades intelectuales. “Pregúntese a un niño todo lo que practica su entendimiento cuando lee con rapidez un libro, y no será capaz de descubrir todas las funciones que a la vez se halla ejercitando, y que tuvo forzosamente que ejercer por grados muy lejos.”(Luz, 1946d, p. 78) El maestro considera que el aprendizaje es un proceso muy complicado y para demostrarlo describe las principales operaciones mentales que ejecuta un niño para leer con destreza, que van desde conocer cada letra hasta ir viendo los renglones antes de llegar a ellos. El hábito junto a la facilidad de practicar las operaciones sin conciencia de los pasos seguidos para realizarlas constituye el conocimiento íntimo. Por esa causa planteó que resulta muy difícil describir con exactitud el camino que recorre el entendimiento para concretar el aprendizaje de una materia. Por consiguiente, “[…] será el mejor profesor en cualquier ramo aquel que mejor pueda hacer a sus alumnos la historia de lo que ha pasado por él mismo en la adquisición de sus conocimientos.” (Luz, 1946d, p. 79)

De acuerdo con sus razonamientos, no se trata de afirmar mecánicamente que las ciencias intelectuales presentan más dificultades que las naturales para lograr el aprendizaje. Las ciencias intelectuales, especialmente la Moral, la Legislación, la Psicología y la Lógica, y otras que estudian al hombre como la Fisiología y la Patología presentan obstáculos a la experimentación, “[…] dificultad que no media respecto a la Física y Química y demás análogas.”(Luz, 1946d, p. 79) Esta situación pone en ventaja a las ciencias naturales experimentales para impulsar el aprendizaje, pero el incuestionable desarrollo social ha creado condiciones para facilitar la aplicación de la experimentación en las ciencias intelectuales. De ese modo, el impulso recibido por la legislación criminal está en deuda con las ciencias naturales. Desde que se empezó la corrección de los códigos criminales y de procedimientos cesaron las crueles penas que se imponían contra los transgresores de las leyes, es decir, “[…] hasta que no se ha aplicado a las ciencias morales el método vivificante y creador de las naturales, no nos hemos puesto en camino de resolver los más importantes problemas de la organización social.” (Luz, 1946d, p. 81) 

Luz analiza el desenvolvimiento histórico de las ciencias y argumenta como los descubrimientos en las ciencias físicas preceden y estimulan el progreso de las intelectuales. Ese proceso viene en ascenso de los siglos XV y XVI con los grandes descubrimientos geográficos. A partir de ese momento, en todos los ramos del saber humano se discuten “Cuestiones no sólo físicas y matemáticas, sino teológicas, morales, filológicas, políticas y todas las eminentemente filosóficas!” (Luz, 1946d, p. 82) La construcción de embarcaciones seguras y más avanzadas, y la elaboración de sofisticados medios de navegación facilitaron la creación de nuevas rutas comerciales, que acercaron los puntos del planeta más alejados entre sí. La invención de la imprenta marcó diferencias radicales en el orden cultural entre el mundo antiguo y el moderno. “¡Cuántas ventajas materiales no ofrecen a los pueblos los admirables medios de comunicación que hoy suministran el hierro y el vapor!”(Luz, 1946b, p. 82) Por consiguiente, es lícito afirmar que los adelantos en el orden físico preceden a los progresos de las ciencias intelectuales; o lo que es lo mismo “[…] que aquello es lo primero, y por consiguiente, lo más fácil, y perceptible.”(Luz, 1946d, p. 84) Como cierre de su magistral análisis afirmó:

Tuve, pues, sobrada razón para afirmar que "el empezar por la física, o en general por las ciencias naturales, es empezar por el principio; y que el hombre naturalmente se siente arrebatado a la contemplación de los objetos externos por el sinnúmero de sensaciones con que ellos asaltan todos sus sentidos".  (Luz, 1946d, pp. 84-85).

Conclusiones

Los artículos elaborados por José de la Luz y Caballero entre mayo y diciembre de 1838 aportaron los argumentados posicionamientos, métodos, procedimientos, tesis, principios y conceptos, con los cuales enriqueció el arsenal teórico de la futura concepción filosófica, que a partir de ese momento dio pasos seguros en el proceso de su ascenso a la condición de sistema filosófico auténticamente cubano. Los trabajos de ese período trascienden por el impulso que proporcionaron a la conceptualización lucista sobre la enseñanza de la Filosofía y la aplicación de esa disciplina como recurso de análisis de los fenómenos sociales, el método de enseñanza, la educación de los jóvenes y el desarrollo de las ciencias. Asimismo, contribuyeron a impulsar la forja de un pensamiento filosófico autónomo y aportaron el marco teórico necesario para iniciar el desmontaje del eclecticismo cousiniano, con lo cual asestaron el primer golpe a las pretensiones de los eclécticos de mantener inalterable el sistema educacional colonial, que negaba el proceso de formación patriótica y la enseñanza científica de la Filosofía. Los artículos estudiados, trascienden porque estimularon el desarrollo gradual del naciente espíritu de cubanidad y representaron una etapa muy importante de la Filosofía cubana que germinaba como componente de la cultura nacional en formación.

Referencias

de la Luz y Caballero, J. (1946a). Advertencia―Proemio al Elenco de 1834. Gaceta de Puerto Príncipe, mayo 12 de 1838 en La polémica filosófica. Cuestión de método, t. 1. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1946b). Si el estudio de la Física debe o no preceder al de la Lógica. Primera réplica a la refutación de Rutilio, publicada en la Gaceta de Puerto Príncipe, en mayo 12 de 1838. Cuestión de método en La polémica filosófica. t. 1. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1946c). Segunda réplica al Dómine de Puerto Príncipe. Diario de la Habana, diciembre 17 de 1838. Cuestión de método en La polémica filosófica. t. 1. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1946d). Tercera réplica al Dómine de Puerto Príncipe. Diario de la Habana, diciembre 30 de 1838. Cuestión de método en La polémica filosófica. t. 1. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948a). Ideología y Literatura. Diario de la Habana, 21 de septiembre de 1838. Cuestión de método en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948b). Encuesta sobre las ideas. Diario de la Habana, 27 de septiembre de 1838 en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948c). Media palabra al autor del artículo moral religiosa, Inserto en la 3ª entrega de El Plantel. Diario de la Habana, noviembre 25 de 1838 en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948d). Contestando al artículo del Suscriptor al Plantel inserto en La Aurora de Matanzas de 30 de noviembre último. Diario de la Habana, diciembre 5 de 1838 en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948e). Fair-Play al autor del artículo Moral religiosa. Diario de la Habana, diciembre 7 de 1838 en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

de la Luz y Caballero, J. (1948f). Aguinaldo de Fair-Play para el señor Suscriptor Al Plantel (En Matanzas). Diario de la Habana, diciembre 22 de 1838 en La polémica filosófica. t. 2. Universidad de La Habana.

Torres-Cuevas, E. (1992). Los reformismos cubanos: de Arango y Parreño a Pozos Dulces, Ramón de la Sagra y Cuba. Actas del Congreso celebrado en París: Ediciones Do Castro.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses

 



[1] Polémica filosófica: Así denominó Luz y Caballero al enfrentamiento de puntos de vista opuestos entre diversos intelectuales, en el que el destacado filósofo cubano desempeñó un papel protagónico. La Polémica filosófica, uno de los eventos teóricos más trascendentes de su época, comenzó en mayo de 1838 y culminó en octubre de 1840.

 

[2] Licenciado Manuel Castellanos Mojarrieta. Era secretario del Excelentísimo Ayuntamiento de Puerto Príncipe.

[3] Manuel Costales formó parte del grupo de jóvenes liberales liderados por Luz y Caballero, que defendieron la concepción patriótica de Félix Varela con todo lo que implicaba en la preparación de un pensar para la formación de una cultura propia.

 

[4] Miguel Storch, de origen catalán, conocido como Dómine, fue director del Liceo Calasancio de Puerto Príncipe. 

[5] Domingo del Monte, reconocido intelectual cubano que en los tiempos de Luz y Caballero brilló en la creación literaria y el naciente pensamiento estético cubano.

[6] Pensante.