La orientación educativa en la
formación de la habilidad argumentar en los estudiantes de Pedagogía-Psicología.
The educational orientation
in the formation of the ability to argue in the students of them
Psychology-Pedagogy
*Marilú
Almarales-Hidalgo
**Aurora
García-Gutiérrez
***Ernán
Santiesteban-Naranjo
*Universidad de Holguín.
Cuba. Licenciada en Educación Primaria. Máster en Ciencias de
**Universidad de
Holguín. Cuba. Licenciada en Educación, especialidad
Pedagogía-Psicología. Doctora en
Ciencias de
***Universidad de Las Tunas. Cuba.
Licenciado en Educación, especialidad Lengua Literatura Inglesa. Doctor en
Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular. esantiesteban2012@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9823-2488
Resumen El artículo que se presenta forma parte de
los estudios realizados por los autores, en relación con la formación de la
habilidad argumentar en el estudiante de Pedagogía-Psicología. Su objetivo estuvo dado
en insertar la orientación educativa en el proceso de formación de la
habilidad argumentar desde los diferentes escenarios educativos que favorecen la formación inicial de
dicho estudiantado. Los métodos empleados
consistieron en la revisión
documental de las fuentes
escritas en torno al tema, el análisis-síntesis,
la inducción-deducción
y el método histórico-lógico, los que les permitieron
llegar a conclusiones generales
con respecto a su implementación
en el proceso educativo de la carrera. Sus resultados ofrecieron
elementos de importancia
a considerar en la calidad de las
relaciones sociales y como recurso para enfrentar los desafíos de la vida de
los seres humanos. Palabras clave:
orientación educativa; habilidad argumentar |
Abstract The
article that is presented constituted the result of the authors about to the formation of the
ability to argue in the students of the Psychology-Pedagogy major. Their objective was given in
exposing of educational orientation that contributes to
the formation of the ability to argue from the different educational scenes favor the graduate's initial formation in the students of the Psychology-Pedagogy major. The used methods consisted on the documental revision of the sources
written around the topic, the analysis-synthesis, the induction-deduction and
the historical-logical method, those that allowed them to reach general
conclusion favor the
exercise of educational guidance in the career. Their
results offered elements of importance to consider in the quality of social
connections and like resource to confront the challenges of the life of the
human beings. Key
words: Educational Orientation; Ability “To Argue” |
Introducción
Las demandas a nivel de habilidades para el
siglo XXI motivadas por los retos del desarrollo social, económico y humano
alertan la necesidad de replantear estrategias que conlleven a un mayor nivel
de argumentación por parte de los estudiantes. Como parte de la formación integral
de la personalidad del futuro especialista en Pedagogía-Psicología se hace
necesario concebirla desde una visión que supere su perspectiva lingüística y
cognitivo comunicativa. Se requiere, entonces, contribuir a la formación de la
habilidad argumentar no solo como un aprendizaje en el orden académico, sino
como un aprendizaje para la vida, que imbrique, armónicamente, las esferas
cognitiva, afectiva y volitiva de la personalidad.
Para cumplir con este propósito, los profesionales de la educación y en especial los psicopedagogos, tienen asignadas determinadas funciones profesionales dentro de las cuales se encuentra la orientación educativa. Esta se concibe desde una posición integradora como una relación de ayuda que se realiza por el psicopedagogo de manera individual y grupal en los diferentes contextos de actuación: profesional, familiar, escolar y comunitario, en los que se desarrolla la vida de niños, adolescentes y jóvenes.
La orientación educativa como función esencial de los psicopedagogos se convierte en herramienta esencial pues permite armonizar el sistema de influencias educativas para lograr el desarrollo integral de la personalidad de los alumnos. Para ello se hace necesario que el estudiantado desarrolle la habilidad argumentar de manera que le permita atender las diferentes situaciones que se le presenten en los contextos de actuación.
Diversos
autores abordan aspectos relacionados con la formación de dicha habilidad:
Áreas(2003), Almarales(2010),Almaguer(2014), los que ofrecen fundamentos sobre
su formación desde el proceso de enseñanza aprendizaje, a partir de la
integración de contenidos y la elaboración de tareas desde la estructura
interna de la habilidad; incluyen procedimientos metodológicos generales para
diseñar tareas docentes de diversas asignaturas en los diferentes niveles de
educación, a partir de las invariantes de la habilidad, con énfasis en el nivel
de Educación Primaria. En todos los casos, falta profundización para superar la
prevalencia del enfoque cognitivo.
Las
investigaciones realizadas por Ortiz (2013), Lautín (2014), Mastrapa (2016) y
Cabrera (2018), al sustentarse en la
corriente integracionista de la orientación educativa, contienen
procedimientos, métodos, enfoques y modalidades que permiten evidenciar avances
en la teoría de orientación educativa, sin embargo, los referentes no son
suficientes para estimular la formación de la habilidad argumentar desde la
unidad de lo cognitivo-afectivo para el desarrollo de la personalidad.
Ello nos condujo a la mirada que aborda Fariñas (2009) en cuanto a la relación existente entre los componentes cognitivos y afectivos para la formación de la habilidad. Esta autora concibe el proceso de habilitación humana como fenómeno complejo, y no como dinámica cognitiva o afectiva solamente y expresa además, que la responsabilidad de la eficacia en la ejecución humana, no radica solo en la cadena compleja de acciones (Habilidades), también hay que considerar el estilo personal de realización de la habilidad, la seguridad con que se ejecuta y el placer que produce ejercitarla. Esto permitió considerar cómo concebir la formación de la habilidad argumentar como conformadora del desarrollo profesional del psicopedagogo.
La propuesta es un resultado parcial de la
investigación acción de los autores como respuesta a las necesidades de los
docentes para dirigir el proceso de formación de la habilidad argumentar con la
inserción de la orientación educativa que le permita al estudiante de
Pedagogía-Psicología resolver cualquier problemática con argumentos suficientes
en los diferentes contextos de actuación. Su puesta en práctica ha alcanzado
gran impacto en los estudiantes.
Materiales y métodos
Bajo el enfoque dialéctico
materialista se han utilizado métodos de investigación, la revisión documental
de las fuentes escritas en torno al tema; el análisis-síntesis, la
inducción-deducción y el método histórico-lógico, la observación participante
los que han permitido a las investigadoras
llegar a conclusiones generales
sobre la concepción de la habilidad
argumentar como conformadora del desarrollo de la personalidad con la inserción
de la orientación educativa y su implementación en el proceso educativo de la
carrera desde los diferentes escenarios educativos.
Resultados y discusión
La experiencia en la formación del personal docente y nuestras mejores tradiciones pedagógicas han hecho evidente la necesidad de formar un profesional en Pedagogía y Psicología, capaz de encontrar soluciones a los problemas del quehacer educacional en los diferentes niveles y elevar el desempeño profesional como docentes, asesores y orientadores educacionales contribuyendo así a la creación de una atmósfera de trabajo en las instituciones educativas que propicie el desarrollo armónico de la personalidad de los estudiantes, el accionar favorable de las organizaciones estudiantiles y del colectivo pedagógico que favorezca el desempeño creativo de los maestros y profesores.
Esta dinámica de cambios hace que el currículo se diversifique, aspecto que se reconoce como una tendencia de la educación superior en aras de perfeccionar el proceso de formación del profesional, acorde con lo más novedoso y avanzado de la pedagogía en sentido general. De lo anteriormente planteado se infiere que para elevar la calidad del aprendizaje constituye una imperiosa necesidad la utilización de herramientas de trabajo imprescindibles para argumentar de manera oral y escrita, aspecto que constituye una dificultad para los estudiantes que ingresan a la carrera de Pedagogía-Psicología.
Los estudios sobre la habilidad argumentar la revelan como una forma de razonar y llevar a cabo inferencias, cuyo objetivo era especialmente convencer, modificar las ideas, las actitudes, las decisiones o incidir en el actuar de uno o varios interlocutores. Aspectos sin lugar a dudas que han sido enriquecidos en la actualidad y ha provocado transformaciones en los ámbitos políticos, económicos y sociales.
En
el contexto nacional se consideran las
aportaciones García (1996); González
(2009); Almarales (2010) y Dorado (2011) en cuyas metodologías, programas
y tareas docentes revelan la formación de
la habilidad argumentar desde la estructura funcional que aborda (López, 1990):
la interpretación del juicio de partida, encontrar en otras fuentes los juicios
que corroboran el juicio inicial y la selección de las reglas lógicas que
sirven de base al razonamiento.
Resultan oportunas las valoraciones acerca de las acciones o invariantes de la habilidad, las cuales deben considerarse en el proceso de formación de la misma; sin embargo existe una tendencia al tratamiento predominantemente cognitivo en este análisis. Aun cuando en la carrera Pedagogía-Psicología se aprecian avances en su tratamiento, su concepción no rebasa lo motivacional afectivo. Por tanto, implicó la revisión de otros puntos de vista en este sentido.
Según Fariñas (2009), la formación de las habilidades constituyen procesos vivenciales, significa que no deben ser necesariamente analizadas como simple sucesiones de acciones relacionadas con la eficacia de la personalidad y sus procesos, sino como unidades complejas, en cuya orientación intervienen valores, conceptos, emociones, sentimientos, preferencias, y otros, que se amalgaman entre sí para dar lugar a vivencias encaminadas al logro de dicha eficacia.
Desde estas reflexiones la autora aborda las habilidades conformadoras del desarrollo personal como dinámicas del aprender a aprender en la unidad de la actividad y la comunicación, incluyendo los sentimientos e intereses, para de esa forma no reducirlas a cadenas de acciones.
Propone cuatro grupos atendiendo a los siguientes elementos:
Grupo I. Planteamiento y consecución de metas (organización temporal de la vida): son todas aquellas dinámicas de la personalidad (actitudes-valores-sentimientos) que nos habilitan en la proyección temporal intencionada, sobre todo el presente-futuro, con el fin de un mayor autogobierno de nuestras vidas. Entre estas pudiéramos contar: hacer proyectos de vida, planificar las actividades personales, organizar el tiempo libre, asignar tiempo a la reflexión de cualquier asunto, buscar sentidos personales, disfrutar el ocio concientemente, hacer balance retrospectivo, etc. La historia- al igual que la cultura- es constitutiva de la personalidad, no su coordenada externa. El tiempo biográfico contrae lazos con el tiempo generacional y sus tareas. Obrar la vida propia presupone estar a la altura de la época en que se vive o trascenderla.
Grupo II. Comprensión y búsqueda de la información: dinámicas que nos llevan a la exploración, a orientarnos en lo que nos circunda y más allá, donde no alcanzan nuestras percepciones directas de la realidad. Esta orientación puede ser tanto externa como interna, pues también podemos tratar de comprender o escudriñar dentro de nosotros. La mente humana tiene la característica de ser diagonal, y por tanto autorreflexiva. Pudieran servir como ejemplos: reflexionar sobre nuestra concepción del mundo, plantearnos interrogantes y buscar información al respecto, leer (diferentes tipos de literatura), tratar de leer los mensajes implícitos en situaciones de la vida cotidiana, el diálogo con uno mismo (diálogo interior), el placer estético.
Grupo III Expresión y Comunicación: dinámicas que nos permiten exteriorizar de una manera u otra nuestros sentimientos, ideas, actitudes, a través de distintos códigos (palabras, gestos, posturas corporales, trazos escritos). Entre otras formas, pudiéramos contar: hacer apuntes esquemas, diarios, bocetos, maquetas, componer ideas ensayos, cartas, conversar, gesticular compartir con amigos, dialogar consigo mismo (diálogo interior), danzar, hacer deportes.
Comprensión y expresión forman una unidad, pudiéramos decir que una se da a través de la otra. Los procesos de interiorización requieren de ambas. La interiorización de la experiencia implica también un movimiento inverso o de exteriorización. Al decir de V. P. Zinchenko… ¨ yo no interiorizo lo ajeno, sino lo mío y esto lo debo generar¨.
Grupo IV Planteamiento y solución de problemas: pudiéramos encontrar entre estas dinámicas diferentes formas como buscar la verdad sobre un tema (científico, social, personal), contrastar ideas buscando oposición (en un discurso oral, en el diálogo interior, en un ensayo escrito), distorsionar una idea o una práctica en aras de un replanteamiento o una nueva solución, resolver o crear tareas-problemas, acertijos, cuestionar el estilo de vida personal.
Según estos postulados concebimos la habilidad argumentar como conformadora del desarrollo profesional en la medida que el psicopedagogo logre reflexionar, persuadir, y exponer los juicios que se forma acerca de hechos, fenómenos y situaciones, y que le permite fundamentar una posición profesional coherente con la realidad.
El análisis realizado permitió insertar la orientación en la formación de la habilidad argumentar dada las características esenciales del proceso de orientación educativa:
Ø Es un proceso de ayuda.
Ø Estimula potencialidades de los seres humanos hacia su crecimiento personal y grupal.
Ø Promueve la búsqueda de alternativas para solucionar y prevenir problemas o enfrentar situaciones de conflicto.
Ø Requiere la correcta utilización de un sistema de técnicas, procedimientos e instrumentos de orientación.
Ø Predomina el modelo sistémico de intervención psicopedagógica integrado al currículo escolar y al desarrollo comunitario.
Ø El contexto de los estudiantes cobra importancia vital.
Ø Se incorporan diferentes profesionales para su realización, donde se destaca a los educadores con sus respectivas competencias para implicarse en este proceso.
Ø Tiene carácter estratégico.
Para llevar a cabo esta investigación fue necesario partir de la estructura interna de la habilidad argumentar como conformadora del desarrollo profesional:
Determinación
de la tesis de partida según la situación educativa a resolver: la persona
inicia con la presentación de la tesis que se formula desde el conocimiento de
la realidad educativa y la consulta de otras fuentes. Requiere de una
implicación personal asumida con responsabilidad, de su criticidad intelectual
para seleccionar los juicios desde los cuales construye dicha tesis para
emprender con disposición y satisfacción el discurso argumentativo.
Así,
llega a la organización del discurso argumentativo, a partir de la elaboración
de juicios propios, que le permiten la aceptación y/o refutación de las ideas
de otros sujetos; sobre la base de la flexibilidad del pensamiento y la
dignidad, para construir un diálogo abierto y sin tensiones, flexible y con
respeto a los criterios de otros. Esto le confiere seguridad en sí mismo. Debe
ordenar los juicios para alcanzar coherencia entre las razones que sustenten la
postura que se asume. De tal modo, construye un discurso que se ajusta a las
reglas lógicas que sirven de base al razonamiento.
Discurso sobre la posición asumida:
discurre demostrando la posición asumida, es decir, realiza la exposición de
sus ideas mediante un discurso argumentativo, en un lenguaje directo, que emana
de la elaboración personal, caracterizado por un estilo comunicativo asertivo;
acompañado de aspectos paralingüísticos; tales como: expresión corporal, ritmo,
entonación, el énfasis y un adecuado vocabulario técnico. Estas características
apoyan la autenticidad de la posición asumida.
La puesta en
práctica de las ideas permitió la inserción de la orientación educativa en los
diferentes escenarios y el proceder didáctico curricular.
Se
propone la clase como escenario educativo por excelencia. Este permite
al estudiante exponer sus criterios, reflexionar a través del intercambio
recíproco entre estudiantes, confrontar tesis de partida, elaborar
contra-argumentos y discernir su aceptación o refutación. El profesor enriquece
la tipología de clase que lo facilita, para enriquecer sus conocimientos y
extrapolarlos a su vida personal, escolar, familiar y profesional que le
permita crecer como persona.
La práctica investigativa laboral
constituye otro escenario educativo, como un espacio de profundización en la
formación de las habilidades profesionales que requieren la integración de
saberes y fomenta la búsqueda de nuevos conocimientos conforme con los
problemas educativos de los contextos donde se realizan estas prácticas. Por lo
que aporta otras fuentes y niveles de argumentación que emanan de los problemas
profesionales a los cuales se enfrentan; todo lo cual demanda de la
diversificación del currículo.
El gabinete de orientación educativa.
Su esencia radica en la inserción del estudiante como sujeto orientado y
orientador desde un equipo de orientación, de conjunto con su tutor y según su
línea de investigación. Al realizar la orientación va adquiriendo modos de
actuación desde los más simples (observando a su tutor) hasta realizarla de
forma independiente durante la práctica preprofesional y la actividad
extensionista.
Desde
este escenario profundiza en la habilitación para la argumentación implicándose
desde la autorregulación emocional, manejando el conocimiento de sí mismo y los
valores de identidad, dignidad para alcanzar el
respeto, la discreción y confiabilidad, la empatía y asertividad en el
diálogo ameno, coherente que le permita ofrecer argumentos suficientes desde la
ética profesional.
El
profesor debe tener en cuenta que los escenarios educativos no son espacios
estáticos, se modifican en correspondencia con las particularidades del año
académico y el contexto, que incluye tanto los objetivos como los modos de
actuación a alcanzar. La integración de los estudiantes a estos escenarios
permitirá que alcance niveles superiores de argumentación desde las funciones
que desempeña: la docente metodológica, la investigativa y la orientadora.
Esto
también implicó incorporar un proceder didáctico curricular desde la clase:
a)
La evaluación de las necesidades educativas de los estudiantes con relación al
contenido formativo mediante el diagnóstico a nivel individual y grupal.
b)
Estudio de las potencialidades del contenido para determinar los contenidos
orientacionales conforme con los aprendizajes básicos de la vida humana,
entendidos como los que se relacionan con la actitud y la conducta hacia los
demás, los grupos, tareas y actividades fundamentales que realiza el individuo
ya sea desde el estudio, actividades extradocentes y extraescolares.
c)
Determinación de los contenidos orientacionales a introducir en la clase y
selección de las situaciones orientacionales que facilitan aprendizajes a lo
largo de la vida a partir del dominio de la habilidad.
d)
Determinación de los objetivos, formas y métodos de orientación: se considera
al alumno un sujeto activo que construye su aprendizaje a partir de lo que aporta
de sí mismo y la influencia de su familia. Los métodos se apoyan en el trabajo
grupal e individual en correspondencia con las necesidades de aprendizaje de
los alumnos, la orientación logra implicarse en la formación de motivaciones,
sentimientos actitudes y valores.
e)
Desarrollo de los contenidos orientacionales de forma individual y grupal a
partir de las situaciones orientacionales.
La organización e integración de los contenidos orientacionales considera que argumentar se convierta en una habilidad que trascienda lo cognitivo a través de la unidad con la esfera afectiva para lograr el desarrollo de la personalidad, conforme a los aprendizajes básicos para la vida, donde se conjugue con el Saber, los conocimientos de las diferentes disciplinas que le permitan ejercer con eficiencia su profesión.
Saber hacer, argumentar para enfrentar las problemáticas que se le presenten desde las funciones que desempeña para concebir un crecimiento personal junto a los otros y no a través de los otros.
Saber ser donde la habilidad trascienda el marco cognitivo y le permita ser solidario con las personas a un nivel social, responsables de su propia actuación para lograr resultados superiores.
Saber convivir, sensibilizarse con los problemas de las personas, manifestarles respeto, tolerancia, ayudarlos, comprenderlos, para que se inserten a la sociedad en correspondencia con sus potencialidades y debilidades.
Al realizar la orientación, esta se puede enriquecer mediante la integración de áreas como:
La orientación personal, referida a la ayuda en la adquisición de las habilidades individuales para la solución de problemas que forman parte de las condiciones y posibilidades personales con que cuenta el sujeto para resolver las dificultades de forma armónica y democrática. Esto significa atender las carencias y el progreso de las formaciones psicológicas que posibilitan el crecimiento personal y la madurez de la personalidad para regular de forma consciente y efectiva el comportamiento que se requiere para la formación integral de manera que le permita solucionar los problemas con argumentos coherentes, sólidos.
La orientación escolar como área de orientación permite sintetizar valores sociales, capacidad de análisis y reflexión. Todo ello en la asesoría y conducción del estudiante en función de lograr un desarrollo de su personalidad, la independencia en la solución de las problemáticas y el crecimiento personal.
La orientación profesional conduce a cómo insertar a los profesores en esa formación de la habilidad argumentar y cómo orientar a los estudiantes en la realización de las tareas.
Como todo proceso de formación el docente debe propiciar la evaluación de manera que le permita constatar el nivel de desarrollo de la habilidad alcanzado por los estudiantes. El docente debe conducir a que el estudiante identifique en su proceso de formación, las particularidades de su saber, saber hacer, saber ser y saber convivir en el marco de la profesión, para orientar, asesorar e investigar como especialista en Pedagogía-Psicología que implique no solo el nivel de conocimientos, sino además el comportamiento ético y responsable ante las situaciones que se le presentan y el tipo de relaciones interpersonales que establece, para ejercer sus roles de orientador, asesor o profesor con argumentos que generen un aprendizaje para la vida.
Conclusiones
La concepción de formación de la habilidad argumentar como conformadora del desarrollo profesional con la inserción de la orientación educativa, expuestas por los autores, constituyen referentes a considerar pues permite la unidad de lo cognitivo-afectivo en el proceso de formación de la habilidad argumentar y con ello se favorece la formación del profesional de Pedagogía-Psicología al contar con referentes teóricos y prácticos para su labor profesional.
Referencias
bibliográficas
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en opción al título académico de Master en ciencias de
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desde las clases de Lengua Española. Tesis en opción al título académico de
Master en ciencias de
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López, M. (1990). ¿Sabes enseñar a describir, definir,
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Mastrapa, R. (2016). La orientación educativa en el trabajo metodológico
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Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas,
Universidad de Holguín.
Ortiz, O. L. (2013). La orientación educativa para la formación
de las habilidades sociales en adolescentes de Secundaria Básica. Tesis
Doctoral. Universidad de Ciencias Pedagógicas “’José de