Título: José Martí, profeta de su propio destino.

Autores: Lic. Nancy Guerrero Rodríguez.

                 nancy@isphlg.rimed.cu 

              Lic. Fidel Pupo Gómez.

       

RESUMEN:

 El pensamiento de José Martí siempre  ha estado y estará  a favor de la causa del hombre humilde,  al servicio de la niñez y la juventud americanas  porque sintió y padeció en carne propia las consecuencias de las injusticias  de un mundo cruel, y al cual se enfrentó con todas sus fuerzas. Múltiples facetas  desempeñó en su corta pero titánica vida  con un caudal de importantes ideas que constituyen hoy el  fuerte puntal para el mejoramiento humano. Es notable la capacidad  de predicción, no sólo en cuanto  al futuro de los pueblos, sino en acontecimientos que ocurrirían en su propio destino, y este es precisamente el tema de este trabajo, en el que se exponen ejemplos  fehacientes de cómo él pensaba cuál sería el derrotero de su propia existencia. 

 

SUMMARY:

 Jose's thought Martí has always been and it will be in favor of the humble man's cause, to the service of the childhood and the american youth because it felt and he suffered the consequences of the injustices of a cruel world in flesh and blood and to which faced with all its forces. Multiple facets carried out in their short but titanic life with a flow of important ideas that they constitute today the strong prop for the human improvement. It is remarkable the prediction capacity, not only as for the future of the towns, but in events that would happen in their own destination, and this is in fact the topic of this work , in which examples fehacientes are exposed of how he thought which the course of its own existence would be.   

 

Ciento cincuenta y tres años han transcurrido del natalicio de José Martí, el Apóstol, el estratega genial de la humanidad y para rendirle el merecido  homenaje,  en Cuba y otras partes del mundo, conocedores de la importancia de sus ideas, se realiza un notable y masivo esfuerzo que ha posibilitado ir aprendiendo de su magnífica y multifacética  creación, la cual fue legada en sus cortos, pero titánicos cuarenta y dos años. La obra martiana no ha sido igualada por otras personas, ni tan siquiera por aquellas que han sido consideradas también genios, pero con una vida mucho más larga, con buen apoyo familiar y mejores condiciones  materiales.

Martí, como caso singular,  penetró en casi todas las ramas del universo humano y dejó una diversa y bien sustentada obra.  Cuando se lee un texto suyo, por muy breve que sea,  ocurre un encantamiento singular que motiva a continuar  ahondando en su inagotable fuente, pues en cada  línea  que se lee, se descubre algo nuevo, algo que parece haberse dicho ayer, hoy o quizás pudiera decirse mañana porque es simplemente la  creación de un hombre de todos los tiempos, pues él es el paradigma de hombre que se necesita para cambiar el mundo en que se vive hoy; por eso, igualarlo a otras personas nos parece vulgarizarlo, tratar de ser como él es una hermosa meta, demasiada ambiciosa quizás. En este sentido estamos de acuerdo con la autorizada  opinión de Cintio Vitier cuando expresó:

“...no tenemos que idealizar, ni mucho menos humanizar a Martí. Él es el que nos sustenta los ideales y el que tiene que humanizarnos, porque no fue sólo un genio revolucionario, ni sólo un poeta excepcional, ni sólo un extraordinario escritor, sino un paradigma viviente de todas las capacidades del hombre...”(1)

 José  Martí previó en la actuación de los hombres y gobiernos, previó en lo mejor para nuestras tierras de América, en las ambiciones de nuestro enemigo histórico, pero, aún más, hay en su obra, fundamentalmente en la epistolar y en la literaria, un sentido altamente profético sobre su propia existencia, de su vida íntima, de su muerte y la trascendencia de su pensamiento, por lo que le añadimos una nueva dimensión: la de profeta, en un término previsto para una conmemoración y que  constituye el propósito de este trabajo.

En su poema dramático, “Abdala”,2 escrito a los dieciséis años, se evidencian rasgos autobiográficos y un sentido altamente  profético, pues el héroe describe una exaltada batalla de amor maternal contra la firmeza indoblegable de principios de amor a la patria. En  ella Martí avizora las relaciones que con su  amada madre tendrá hasta el fin de sus días. Es coincidente que en la citada obra, Espirta, madre de Abdala le implora:

“¿Al fin te vas?...¿te vas?, ¡OH, hijo querido!

¡ A tu madre infeliz mira a tus plantas!

¡Mi llanto mira que angustioso corre!

De amargura y dolor ¡tus pies empapa!

Detente, OH, hijo querido..”(3)

Y Abdala contesta al final del diálogo con su madre:

“¡Cuántos tormentos!...!Cuán terrible angustia!

¡Mi madre llora..Nubia me reclama::

Hijo soy...nací nubio...ya no dudo:

¡Adiós! Yo marcho a defender mi patria.”4

Un año más tarde, el 4 de marzo de 1870, Martí comenzaría su larga y sacrificada existencia de mártir al ser condenado a seis años de presidio político, dejando a su hogar materno para siempre y en él una madre que anhelaba su regreso.

 Doña Leonor intentó muchas veces persuadirlo, como Espirta a su hijo, del empeño patrio, pues  no compartió  sus ideales de indoblegable sacrificio. Esto lo corroboraría Martí casi diez años después cuando en carta a Manuel Mercado le expresara:

“Mi madre tiene grandezas, y se las estimo, y la amo_Ud lo sabe_hondamente,pero no me perdona mi salvaje independencia, mi brusca inflexibilidad, ni mis opiniones sobre Cuba. Lo que tengo de mejor es lo que tengo juzgado por más malo. Me aflige, pero no tuerce mi camino”5

 

Y el vaticinio hecho en “ Abdala “se cumplió, porque tanto Espirta como Doña Leonor no lograron hacer cambiar los ideales de sus respectivos hijos.

Otra “vela negra” en la vida íntima de Martí fue el matrimonio con Carmen Zayas-Bazán, mujer a la que amó profundamente, pero que no compartió su pensamiento político y por tal razón lo  abandonó en varias ocasiones, hasta que  definitivamente se separó  en 1891,cuando  él  necesitaba más de su cariño y comprensión.

 En  su relación con Carmen, el esposo demuestra su ingenio profético en varias cartas enviadas  a su entrañable amigo mexicano cuando le dice:

“Afortunadamente, viviré poco, y tendré pocos hijos _ no  la haré sufrir... Mirando a mi pobre Carmen, se me llenan de lágrimas los ojos, y contengo difícilmente mi amargura...y pensar, como temo, que me iré de la vida sin poderle premiar tantos dolores...La he visto excelsa y abnegada, pero preparado a todo mal, no me sorprendería su olvido”6

  Estos fragmentos demuestran que él presiente que su matrimonio no dejará  muchos descendientes,  realidad que se cumplió, pues fue José Francisco Martí Zayas-Bazán, su querido Ismaelillo, el único fruto  de ese amor. También sabe que enfrentará situaciones difíciles con su familia y sufre por no poder evitarlo.

La capacidad de  ver hacia el futuro no sólo se puso de manifiesto  en su vida íntima, sino en el papel que le correspondía desempeñar a los gobiernos, preocupación latente en sus escritos políticos, pues estaba convencido cuan importante  es la capacidad previsora  de estos,  condición indispensable para  cumplir con éxito  el encargo social  correspondiente. Numerosos ejemplos dan fe de este razonamiento:

 “Prever es la cualidad esencial, en la constitución y gobierno de los pueblos. Gobernar no es más que prever”7

“Prever es el deber de los verdaderos estadistas: dejar de prever es un delito público: y un delito mayor no obrar, por incapacidad o por miedo...”8

“Hay que prever, y marchar con el mundo. La gloria no es de los que ven para atrás, sino para adelante”9

“Nadie quiere convencerse de que prever es ver antes que los demás”10

 

 Sobre su accionar en la guerra, particularmente en momentos relacionados con el Pacto del Zanjón y ante la situación personal que afrontaba, Martí tuvo conciencia  de la colosal batalla que tendría que emprender, no sólo para lograr la liberación definitiva de Cuba, sino la de  otros pueblos sufridos y también afrontar  sus deberes familiares.  Ese dilema lo compartió con el citado amigo mexicano:

 

“A Cuba , me decían mis deberes de familia, mi hijo que me va a nacer...A todas partes menos a Cuba, me decía la lógica histórica de los sucesos...!Creen que vuelvo a mi patria! ¡Mi patria está en tanta fosa abierta, en tanta gloria acabada, en tanto honor perdido y vendido! ¡Ya yo no tengo patria:_hasta que la conquiste _ voy a una tierra extraña, donde no me conocen, y donde, desde que me sospechen, me temerán...”11

Esas palabras finales demuestran que el Apóstol estaba decidido a continuar defendiendo sus ideales, a pesar de que tendría que enfrentar situaciones adversas.¿A caso no es esta la más completa realidad?.

 Otros ejemplos merecen ser comentados, pues enfatizan de modo especial cómo el Maestro vislumbró  la trascendencia de su obra, pues sabía  que no en vano  le había dedicado  su preciosa vida :

...luego yo tengo fuerzas, y podré hacer que la gente no se olvide de mi nombre....Este carácter mío es un fiero enemigo; pero aunque  para  el diario vivir me traiga penas, yo quiero más vivir después que vivir ahora...sé desaparecer, pero no desaparecerá mi pensamiento...”12

Esta idea también estuvo latente en su poesía, magnífica  arma de combate para enfrentar el reto de la vida y en Flores del destierro dice:

             Mi verso crecerá: bajo la yerba

              Yo también creceré...”13

Martí supo predecir su propia muerte, tema trabajado en La Edad de Oro, en  Versos sencillos, en Versos libres, en sus cartas y hasta en su oratoria. Ve en ese hecho algo  necesario y bello en algunos casos y en otros cruel e injusto.  Martí enfrenta a la muerte como antesala a una nueva existencia, en la que la utilidad es realmente la que hace perdurable al ser humano. Por eso, sintió el joven Abdala la satisfacción plena  al ofrendar su vida por la patria:

          OH, qué dulce es morir  cuando se muere

            Luchando audaz por defender la patria”14

 

Próximo a su incorporación a la guerra, el 25 de marzo de 1895, le expresó a Federico Henríquez y Carvajal:”Yo alzaré el mundo. Pero mi único deseo sería pegarme allí, al último tronco, al último peleador: morir callado, para mí ya es hora”15

 

Acerca de la significación que para él tenía la desaparición física, dijo:

No. La vida humana no es toda la vida. La tumba es vía y no término...La vida humana sería una invención repugnante y bárbara, si estuviera limitada a la vida en la tierra”16

Su premonición, acaso más conocida y cercana al desenlace fatal, la hizo en su carta inconclusa a Mercado: “Ya estoy todos los días en peligro de dar la vida por mi país y por mi deber..”17

Un día después se cumpliría el triste destino y que  confirmaría la visión de su propia muerte:

“Yo moriré sin dolor: será un rompimiento interior, una caída suave, y una sonrisa”17

Esa misma visión, la más conocida quizás,  la tuvo  en sus Versos sencillos:

        “Yo soy bueno y como bueno

          Moriré de cara al sol”18

Increíblemente previsor,el Apóstol  escribió su  propio epitafio, el cual resume de manera magistral el sentido de su vida y el derrotero final e imperecedero de su existencia :

“No quiero _para mí más epitafio que este:

En este antro hueco vibró una lengua suelta, armoniosa y lista. Ah! Si desdeñó la miel de la falsedad, si cuando no pudo alabar calló, si defendió atrevida la causa de la virtud sin atentar jamás contra la concordia noble, entonces esa lengua hablará por sí sola cuando el tiempo descubra el velo de la eternidad”19

¿No son acaso proféticas esas palabras del Maestro?¿No trascienden su obra y su pensamiento?. Es evidente que sí, vive hoy en Cuba, en América y en el mundo como él lo vaticinó.

 

José Martí no fue un profeta bíblico, pero sí un hombre de una grandeza extraordinaria, con una profundidad de pensamiento que lo ha llevado a ser nuestro Apóstol, el guía de nuestros  ideales, nuestro profeta y el profeta de su propia existencia.

 

La magna obra que llevó adelante, fuente de inspiración de la Generación del Centenario  mantiene plena vigencia; por eso   niños, jóvenes, mujeres y hombres verdaderamente  cubanos, somos fieles a sus ideas y en cualquier parte del mundo en que nos encontremos  mantenemos  viva la llama de su memoria porque nos hace ser cada día mejores.


                 Bibliografía.

 

CHACON NARDI, RAFAELA. Martí: momentos importantes. La Habana: Editorial

     Gente Nueva, 1984.

MARTÍ PÉREZ, JOSÉ. Obras completas. T 16. La Habana: Editorial de Ciencias

     Sociales, 1975.

_________________________________T18. La Habana: Editorial de Ciencias

     Sociales, 1975.

_________________________________T 20. La Habana: Editorial de Ciencias

      Sociales, 1975.

_________________________________Obras Escogidas II Tomo. La Habana:

       Editora Política,1979.

_________________________________Páginas inéditas o dispersas. La Habana:

       Editorial de la Universidad, 1963.

PICHARDO Hortensia. Lectura para jóvenes. La Habana: Editorial Gente Nueva,

     1989.

Testamentos de José Martí. Centro de Estudios Martianos. La Habana,1996.

 

VALDÉS GALARRAGA, RAMIRO. Diccionario del pensamiento martiano. La

     Habana: Editorial de Ciencias Sociales,2002.

 



2 Obra publicada en el único número del periódico La Patria Libre, el 23 de octubre de 1869.

3 Obc. Tomo 18 Pág. 20.

4 Ibídem.

5 Carta a Manuel Mercado 30 de marzo de 1878. t 20 Pág.45.

6 Cartas a Manuel Mercado 29 de septiembre de 1877; 20 de abril y 26 de mayo de 1878. t. 20 p.g33;51y 53.

7 La Conferencia Monetaria de las repúblicas de América. t.6 Pág.159

8 Discurso en conmemoración al 10 de octubre t4 Pág.221.

9 El Tercer año del PRC t 3 Pág.142

10 Carta a Manuel Mercado, 17 de enero de 1879.Epistolario t1 Pág.135.

11 Carta a Manuel Mercado, 6 de julio de 1878. t 20 Pág.53.

12 Cartas a Manuel Mercado 28 de octubre de 1877;8 de marzo de 1878 y 18 de mayo de 1895.

13 Obc t16 Pág. 251

14 Abdala t 18 Pág24

15 Obc.

16 Citada por Blache Zacharie de Baralt en El Martí que yo conocí, Pág. 37.

17Obc..

17 Cuadernos de Apuntes t 21 Pág. 183.

18 Obc t 16 Pág. 98.

19 Páginas inéditas o dispersas Pág275.